MALA VIDA

Forma humana

Apenas queda una mota de su ser, pero eso es todo lo que necesita para sobrevivir. El Otro no duerme pero vive en un estado constante de aletargamiento. Acurrucado contra el corazón de su huésped, se deja perder en el ritmo constante de los latidos. No recuerda quiénes son, su consciencia demasiado pequeña para un concepto tan enorme. Sólo sabe que está a salvo. El tiempo no tiene importancia, el Otro simplemente existe.

Eddie, el huésped se llama Eddie y la primera vez que recuerda su nombre es como despertar tras un largo coma. El Otro se desenrosca con cuidado del corazón de Eddie y se desliza sinuoso hasta la máquina maravillosa que es su cerebro. El Otro se embelesa observando los pulsos brillantes de los pensamientos de Eddie.

No es la primera vez que lo piensa, pero hay algo que no está bien. El cerebro de Eddie solía vivir inundado en dopamina. Su sabor dulce los mantenía alegres. Ahora apenas hay. Es como si algo en Eddie se estuviera muriendo y no es capaz de encontrar el qué. El Otro parece vivir en un estado permanente de ansiedad mientras Eddie se va apagando y no hay nada que pueda hacer. Demasiado débil. Demasiado patético.

La mente de Eddie lleva horas fijada en una idea. Los niveles de Dopamina están bajo mínimos. Apoyado contra la barandilla del Golden Gate, su mirada se pierde en el infinito. Es la primera vez que el Otro tiene miedo. Sin mucho esfuerzo, Eddie cruza al otro lado. Cogido a los cables de sujeción del puente, mantiene el equilibrio. Sólo su voluntad lo separa del abismo.

"Eddie" el Otro gime lastimoso tras muchos meses de silencio, su voz apenas un susurro. "Eddie" intenta gritar sobre el ruido del tráfico. Nadie parece prestarles atención. "No nos abandones".

–¿Ve? ¡Oh, Dios mío! –Eddie resbala, agarrándose a los barrotes hecho un ovillo intentando no caer. Está llorando–. Nunca. Nunca, Ve. Lo siento.

Su ser envuelve su mano en una garra negra que los mantiene a salvo.

"Nunca, Eddie" sus filamentos los envuelven en un abrazo. El Otro apenas es capaz de mantenerlos unos instantes. Demasiado débil todavía. "Somos Venom".