Ausencia

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*Hermione*

Caminaba con dirección al gran comedor, ya habían pasado dos días desde que Belial no estaba, y debía admitir que era frustrante no saber nada de él, aunque claro nunca faltaba la chica de alguna casa que hablaba con sus amigas sobre su sueño con un príncipe azul. Odiaba escuchar de él por medio de otras chicas, pero esa la única manera en la que podía estar segura de que se encontraba bien.

Sabia que era tonto preocuparme, pero Belial no había bebido de mi sangre al día siguiente como había dicho, simplemente desapareció dejando una pequeña nota con una letra, debía admitir, muy bonita. La cual decía:

"Se que estas más que sorprendida, pero sera mejor que cuando llegue me tengas preparado un buen festín, por que ten por seguro que regresare hambriento.

No me extrañes, Belial"

No podía creer que incluso en sus notas sintiera, el terriblemente fastidioso sarcasmo y diversión de Belial, incluso podía imaginar su risa malvada mientras escribía la nota.

- Hermione ¿otra vez en la luna? - pregunto Ginny con una sonrisa divertida, Harry y Ron me miraron algo confundidos, y no los culpaba. Desde que había encontrado a Belial no era la misma de siempre.

- No estoy en la luna, Ginny - conteste dándoles una sonrisa - es solo que me dejan curiosa todas esas platicas que he escuchado en el baño sobre el "Príncipe azul de los sueños" - comente recalcando lo ultimo con algo de burla.

Ginny me miro sorprendida, levanto un dedo hacia los chicos en señal de que la esperaran para continuación jalarme de un brazo y caminar hasta el vestíbulo. La pelirroja miro a los alrededores y al no ver a nadie sonrío.

- ¡Por dios Hermione! No has soñado con él... ¡dios es un papacito, si pudiera tenerlo enfrente me lo comería completo! - retrocedí unos pasos al ver la cegadora emoción de mi amiga, y la única pregunta que llego a mi cabeza fue "¿Qué diablos les hiciste Belial?"

- Ginny, ¿por eso me trajiste hasta aquí? - pregunte, ya que no veía una razón para que tuviéramos que estar solas para que me dijera aquello.

- Hermione, es imposible que seas la única que aun no sueña con él, según las notas que se han estado pasado por las clases, el misterioso chico ya paso por sueños de todas - contesto con rapidez.

No comprendía en absoluto a que notas de clase se refería, ¿acaso estaba tan metida a los estudios que no me percataba de mi alrededor? No, me dije. Era imposible, apenas habían pasado dos días desde que hice mis cuentas y no era creíble que, tan solo en ese periodo Belial ya sé hubiera adentrado en los sueños de todas las chicas.

- ¿Hermione? ¡Hermione! - grito Ginny sacándome de mis pensamientos, parpadee rápidamente mientras llevaba una mano a mi oído, su grito aun retumbaba en mis cuerdas auditivas - ¿Qué te pasa? -

- Eso debería preguntarlo yo, casi me dejas sorda - conteste con tranquilidad pero con algo de molestia en mi voz.

- Lo siento, pero de nuevo... saltaste hacia la luna, mira... en realidad te traje aquí, para decirte que en la próxima salida a Hogsmeade iremos a comprar los vestidos para el baile de Navidad - cerré los ojos y asentí con la cabeza.

No podía creer que me hubiera olvidado de que una semana antes Ginny se había ofrecido a ayudarme a escoger un buen vestido. Era más que frustrante, el Baile estaba a dos semanas y media contando desde ese momento y yo seguía pensando en ese condenado Ndaktel.

Ginny me dio un golpecito en el brazo y me hizo señas para que volviéramos a entrar al gran comedor. Suspire y sonreí caminando tras ella. Mientras caminaba hasta donde se encontraban Harry y Ron logre sentir una mirada curiosa atravesándome, así que desvíe la mirada en su búsqueda y logre encontrarme con un par de fríos ojos grises. Me le quede viendo y al instante en que nuestra conexión se rompió por causa de su prometida, me senté.

Mi pesadilla🔥😈Место, где живут истории. Откройте их для себя