Luna Estrellada

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*Draco*
Cada palabra que salió de los labios de Granger, me estremeció en lo más profundo de mí ser, jamás pensé escuchar algo tan cierto y al mismo tiempo tan frustrante y doloroso. Ella sabía cuál sería nuestro final, un patético y doloroso final... eso era todo lo que nos esperaba, dolor y sufrimiento. ¿Acaso era justo? Estaba seguro de que ella, estaría de acuerdo conmigo, al preferir que nuestros pasados regresaran, siendo enemigos, peleando por cualquier estupidez, pero ante todo... felicites con nuestras vidas.
Mis ojos permanecieron fijos en ella, mis manos me rogaban por tocar su piel, pero esa sensación quemante en mi corazón seguía impidiéndomelo, sus emociones y sentimientos era fuertes, llegaban a mí con tal fluidez que me confundían, si... aun no me acostumbraba a sentirla en mi interior. Estaba tan metido en mis pensamientos que no capte la presencia de la lunática, más sin embargo las acciones de aquel par me desconcertó hasta que por fin comprendí de quien se trataba, por más imposible que se escuchara. Ella era Afrodita, estaba ahí... ¿Cómo? Ni idea, debo agregar.
- ¿Cómo...? – escuche preguntar a la castaña que yacía a mi derecha. Ella nos miró con una sonrisa, le divertía vernos... ¿Cómo no reconocer ese semblante?
- Tus palabras provocaron un escalofrió en mí, te felicito niña... - comento la rubia, dio unos pasos hacia el peliblanco y le brindo un abrazo, después de alejarse se acercó a Nyx y le dio una sonora cachetada. Esa acción provoco que quisiera regresársela, pero esa tonta hada pareció leer mis pensamientos ya que al instante escuche un "No lo hagas". Esas palabras trajeron las miradas hacia mí como imanes - ¿aun proteges a la mujer que te ha hecho esto? Arruino tu vida y ten por seguro que te será difícil recuperarla – dijo con frialdad, lanzándome una mirada llena de diversión y al mismo tiempo de odio.
- Aunque sea cierto, no es correcto lo que hizo... ¿Cómo es que está aquí? – Granger dio unos pasos hacia la rubia, quien no quito su mirada de mí. Era obvio que no le había caído bien.
- La curiosidad fue la que me trajo aquí, como diosa es fácil detectar el uso del poder y más si se trata de aquel que solo mi hijo puede manipular – sus ojos por fin se alejaron de mi persona para dirigirse a Nyx, quien yacía de rodillas. La diosa jugo con unos mechones de cabellos, y soltó un suspiro – una inferior, usando los poderes de un dios, ¿Cuándo se vio eso? Una acción que merece la pena máxima – dijo con una voz cantarina y un tanto escalofriante. Debía aceptarlo, esa mujer era aterradora cuando quería.
- ¿Vio a mi señor? – pregunto el peliblanco. La diosa se acercó a él y sonrió ladina.
- Esa es la otra razón por la que he venido, ¡oh mí amado Nim! ¿Dónde yace mi hijo? – El peliblanco le miro desconcertado, le mire y note por primera vez una emoción reflejada en los ojos del guardián – creí que al venir al lugar de donde provino el poder, le encontraría... incluso use a esta pequeña para que me permitiera entrar en su cuerpo... -
El silencio, inundo cada rincón de aquella habitación. ¿Qué pasaría una vez que esa mujer supiera lo de su hijo? Esa pregunta, tenía demasiadas respuestas, pero ninguna nos favorecería a los presentes, mucho menos a aquellos a los que la diosa consideraba inferiores. Granger me miro y fue cuando comprendí que estábamos en sintonía, ella también lo sabía. El peliblanco bajo la mirada y sus labios se abrieron un poco pero después volvían a cerrarse de golpe, eso cambio la mirada de la diosa.
- ¿Dónde está mi hijo? ¡Responde! – una mirada asesina y en su totalidad enfermiza, ciertamente nunca imagine que aquella diosa que todos consideraban hermosa, bondadosa, y amorosa tuviera un lado psicótico.
- Eros... no volverá más, mi señora... me disculpo, fue culpa mía por no detenerlo... más sin embargo su corazón continuo muriendo y su mente se fue perdiendo en las sombras... os ruego su perdón – la diosa retrocedió y fijo la mirada en Nyx, como si ella fuera la causante de todo.
No soporte más ser un espectador, me acerque con rapidez a la hada y le obligue a levantarse. Mire a la diosa con firmeza y orgullo, no le mostraría temor a esa mujer... a pesar de que en mi cabeza retumbaran las palabras que una vez escuche de mi madre "Nunca hagas enojar a un dios, porque si lo haces provocaras que caiga un infierno en ti".
*Hermione"
¿Qué hacer? Ciertamente no me esperaba todo aquello, era algo difícil de sobrellevar, especialmente por la pesadez en el ambiente que comenzaba a asfixiarme, y ahora esto... ¿Acaso Malfoy no podía quedarse por un minuto tranquilo y sin provocar disturbios? ¡Estaba molesta! Pero también temía. Respire hondo y sentí el aire entrando en mis pulmones como agujas.
«- Nunca mostré inferioridad ante nadie... es estúpido y te hace débil – escuche en mi cabeza... recordaba esa noche, ¿Por qué llegaba a mi cabeza ahora? – nadie te puede hacer daño más que tú mismo, si eres fuerte y a pesar de que te caigas sepas levantarte, siempre con la cabeza en alto, lograras lo que sea – parpadee, Eros me había dicho eso una noche, nunca entendí por qué lo hacía, pero ahora que recordaba, me llenaba de confianza y calidez – si te dejas vencer, será el final de todo... solo sigue luchando no importa cuán difícil sea, sé que lo lograras – había terminado aquel comentario en sueños, en ese momento supe que esas palabras no eran dirigidas a mi sino a otra persona  »
- ¿Nos ayudaras? – pregunte con determinación, no podíamos seguir perdiendo el tiempo, ciertamente la actuación de Afrodita de madre preocupada no me la creía, ella solo dramatizaba – Eros no volverá, y si nunca te preocupaste por buscarle cuando estaba encerrado en el cuerpo de un Ndaktel, entonces no mereces preocuparte ahora por él – dije con tranquilidad, a pesar de que mi corazón latía con fuerza.
La diosa me miro molesta, era tan claro al ver esos ojos ardiendo en furia, pero pasados unos segundos sonrió de lado, pero su mirada no cambio en absoluto. Camino con tranquilidad por la habitación, tocando y observando cada objeto que ahí había antes de detenerse y mirar el espejo por donde Eros desapareció. Lo toco y soltó un suspiro lento y cansado.
- El tiempo cambia a las personas, pero no a los dioses... eres una chica extraña, pero tienes razón, dejemos de darle vueltas al asunto y vayamos directo a lo nos interesa – nos miró con ayuda del reflejo del espejo, ella parecía más tranquila – la única manera de erradicar su maldición es con el ritual que yo debo hacer, más sin embargo no les será sencillo que yo acepte. La razón por la que vine no era para ayudarles, pero si logran darme lo que quiero... -
- ¿Qué es lo que deseas? Habla ya, ¿no dejaríamos a un lado los rodeos? – Afrodita sonrió de lado y asintió con la cabeza.
- Quiero que me demuestren que serán capaces de sacrificar lo que más aman, porque eso, mis niños es el pago del ritual – mire a Malfoy y después a Luna, ¿Qué significaba eso? ¿Cómo podíamos demostrar eso? – llevare a cada uno hasta sus sueños más profundos donde recreare el sacrificio, si ambos pasan esa prueba hare el ritual sin más, ¿aceptan? – nos miramos por unos segundos antes de escuchar una aprobación por parte de Malfoy, eso tuvo un efecto doloroso en mi corazón, así que no tuve más remedio de aceptar.
La diosa sonrió ladina y sin que pudiera hacer algún movimiento, una especie de rayo golpeo contra mi pecho, una sensación ardiente me recorrió el cuerpo, me quemaba y casi podía jurar que estaba gritando ya que las miradas llenas de preocupación de Nim y Nyx aparecieron frente a mí. Poco a poco el aire dejo de entrar a mis pulmones, dejándome con una ansiedad increíblemente aterradora. Después de lo que yo sentí fueron unas horas todo quedo en sombras y no hubo más dolor...
[...]
- ¿Qué clase de prueba es? – pregunto el peliblanco mientras acomodaba el cuerpo de la castaña sobre la cama, justo a un lado del cuerpo del rubio. Ambos yacían en un profundo sueño. Afrodita les mirada con cierto interés. No había ninguna otra emoción en su semblante.
- No lo sé, cada uno es diferente y ten por seguro que la experiencia que tengan no será la misma... eso sí, les llevara al mismo desenlace – suspiro y entrecerró los ojos.
Nyx mantenía agarrada la diestra de Malfoy con sus pequeñas manos, como si quisiera darle fuerza en aquella difícil prueba, porque ella estaba segura de que lo seria, nada que proviniera de Afrodita era sencillo.
Las horas pasaron sin que ninguno despertara, la luz de la luna entraba por un pequeño ventanal que Afrodita se había encargado de que apareciera, las estrellas bañaban con su tenue luz el mar oscuro que era el cielo en esos momentos. El tiempo seguía transcurriendo sin pasar nada, Nim y Nyx se habían quedado dormidos dejando sola en su espera a la diosa, que continuaba contemplando la belleza de la noche.
Ella sabía que una vez abrieran los ojos, la pareja no sería la misma de siempre, podían volverse oscuros o simplemente estarían en shock por la experiencia vivida durante sus sueños. 

Mi pesadilla🔥😈Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz