El es mi pesadilla

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*Draco*

Las clases estaban siendo aburridas, más que de costumbre, cosa que yo pensaba que fuera posible. Durante el día completo Nyx no salio de mi camisa, a mi claro que no me molestaba, pero era en verdad incomodo tener que entrar a ciertos lugares con ella oculta entre mis ropas.

Aquella pequeña y molesta situación, no pude más que buscar a Astoria y cancelar nuestra noche de diversión. No podía dejar que Nyx estuviera ahí, aunque claro... era una tentación, así lograría sacarle las ideas alocadas a esa pequeña hada sobre lo que era en realidad como era.

Una vez que oscureció, me deshice de mis enormes escoltas, y fui hasta mi acostumbrada cabaña. Al entrar, camine a la cama y me recosté boca arriba para no aplastar a Nyx.

- Es molesto ser usado como escudo, ya sal ¿no? - susurre con pesadez, a la vez que cerraba mis ojos y acomodaba mis manos tras mi cabeza - ese halcón se fue desde hace millones de horas, dudo que vuelva - me moví un poco y suspire, estaba exagerando, pero que más podía hacer, me había perdido de una noche con final feliz todo por ella.

Seguía teniendo curiosidad por lo que ese halcón había entregado, era extraño que muggles mandaran algo en ese animal. Y claro estaba más que seguro que la sangre-sucia no conocía a más magos fuera de Hogwarts.

- Lo siento... - abrí mis ojos y me tope con los pequeños ojos de Nyx, era tan inocente y algo tonta. Negué con la cabeza, para asegurarle que no había problema. Ella me entendería, lo sabia - Draco, ¿puedo confiar en ti? - pregunto poniendo un semblante de preocupación y tristeza. Yo asentí con la cabeza sin pensar siquiera en la posibilidad de que fuera de fiar - ese halcón... se a quien pertenece, aunque estoy segura que no es posible... él esta muerto - dijo con rapidez, su diminuto cuerpo temblaba.

No entendía muy bien a lo que se refería, pero no podía exigirle que continuara, y que se diera explicar. Aquella pequeña y confusa revelación no tenía que ver conmigo, así que no debía importarme...

Después de esas palabras Nyx se quedo en silencio, abandono mi camisa y fue hasta la almohada, donde se recostó dándome la espalda. Mis ojos no le quitaron la mirada de encima, al menos hasta que comencé a sentirme adormilado. Cerré los ojos con lentitud y me deje caer en brazos de Morfeo.

*Hermione*

Había anochecido hace 2 horas y yo seguía, haciendo mis rondas. O al menos eso ponía de pretexto ya que mis pensamientos seguían fijos en los que Vicktor había escrito. Camine tan lentamente, que cualquiera que me viera, diría que una tortuga era más rápida que yo.

Me detuve justo enfrente de la sala de los menesteres. Me recargue en la pared, dejándome caer lentamente, hasta que mi trasero toco el frió suelo. Lleve mis manos a mi cabeza y cerré los ojos, ¿Qué más podía pasar? Me pregunte mientras a mi llegaban los recuerdos de horas atrás...

...

- ¿Hermione? - escuche a la vez a Harry, Ron y Ginny. La pelirroja tomo una de sus cartas y me echo aire. Mis ojos parecían estar desorbitados. Pasaba de Harry a Ron, de Ron a Ginny y de Ginny nuevamente a Harry.

Yo seguía en el mismo estado a diferencia de que ahora, mi piel estaba completamente pálida. Sin percatarme Luna recogió la carta que había estado leyendo anteriormente. La rubia paso la mirada por ella y después me la entrego con una sonrisa.

- Estas feliz, respira lentamente y relájate - dijo con su acostumbrada voz soñadora - o un Kilok entrara por tu boca y te pondrás morada -termino. Me pareció algo sin sentido su ultimo comentario, así que lo deseche y seguí el primero.

Una vez que comencé a recuperar mi acostumbrada respiración, alcance a notar que Harry y Ron veían raros a Luna. Y eso me dio a entender que ambos se preguntaban ¿Qué era un Kilok? Posiblemente otro bicho que solo ella conocía.

Mi pesadilla🔥😈Where stories live. Discover now