𝐔𝐍𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐀𝐍𝐎 ❛𝑷𝒐𝒔𝒆𝒊𝒅𝒐𝒏❜ SNV

ᥴꪖρⅈ𝕥ꪊꪶꪮ 10

Aquella mirada seguía ahí sin siquiera moverse otra vez, estaba estático y la mirada podía sentirse hasta ahí, se levantó de la cama para ir a la ventana de aquella habitación, miró atravez del vidrio y a lo lejos pudo ver que en un árbol había un par de ojos amarillos un tanto oscuros pero se notaba en una pequeña distancia, estos frunvieron más el ceño llamando su atención, le dio un vistazo a Kamir que no despertaba a pesar de tener una atenta mirada sobre ella, ahí comprendió, que quien podría estar en ese árbol lo era nada más y nada menos que el acosador de la azabache, la puerta se abrió donde la madre de la diosa había entrado notando que Poseidon miraba a la ventana con el ceño fruncido, está se acercó y se quedó al lado de este.

- ¿hay algo ahí? - preguntó mirando a la lejania mirando aquel par de ojos - no...

- es él - afirmó, tenía ese presentimiento de que podía ser Tyr - desde hace rato esta mirando hacía aquí, con una mirada nada agradable

- la descubrió - susurro Calíope - maldición, sabía que lo debía de dejarla volver... No debía

- ¿al menos sabe como se siente Kamir? - cuestionó mirando el suelo

- ¿a qué te refieres? - respondió con otra pregunta sintiendo su sangre hervir

- me refiero a que Kamir se siente como un pajaro enjaulado por su propia familia, si, es cierto que buscan cuidara la, pero ella no es feliz - respondió de forma firme, aún sintiendo aquella mirada de odio

- ¿tu que sabes? - busco no levantar la voz - no la conoces

- puede que no la conozca como lo hacen ustedes, pero ella misma me dijo que desde niña fue alguien infeliz, le tenía envidia y odio a los demás por que podían ser libres de hacer lo que querían, podían tener amigos y seguir si vida de forma placentera sin preocupación - le dijo aquello sin siquiera importarle que la mujer se sintiera ofendida

- ¿ella...? - suaviso su voz mirando a su hija evitando que las lágrimas no salieran, aquella palabras eran ciertas pero lo que le dolía era que su hija no se lo dijera - ¿por qué te lo dijo a ti y... A mi no?

- es simple < didirgio si mirada a aquel ser que se dedico a marcharse - me dijo que aunque ella lo explique ustedes no la escucharán, tiene miedo de volver a estar encerrada

- confía en ti - bajo la cabeza dejando que sus lágrimas calleran sin pena, ahora su orgullo se esfumo para que su lado materno y tierno se dejara ver - al parecer confía más en ti que en la familia, pero es lógico

- un día, Feyr me dijo que Kamir se había ido a Delos con usted, donde la entrenó pero... De igual forma era un lugar escindido donde había una barrera por la cual ella no podía salir - respondió

- es verdad... - se limpio las lágrimas - creo que entenderás... Te diré todo

Poseidon solo suspiro, al menos quería saber cual era la mayor infelicidad de su acompañante, era mera curiosidad lo que le hacía escuchar las palabras de la madre de Kamir...

Flash back

Hace años, en la ciudad de Delos en una parte alejada de la ciudad, había un gran palacio y un campo enorme de batalla, estaba lleno de amazanas y guerreros, Calíope había llevado a su pequeña hija a ese lugar, el padre de la Ninfa al ver a su nieta la veía con atención dándose cuenta de que tenía un carácter fuerte, a penas había llegado ella tuvo que empezar con un entrenamiento tedioso para ser una mazinas de pues a cabeza, destacaba por su fuerza y agilidad, pero había algunos que no creían que fuera verdad ya que era la nieta de su jefe, la tomaban por débil y que todos sus oponentes fingían que de verdad ella tenía una fuerza de un guerrero, de igual forma se enfrentaban y temroaban siendo derrotados arrepintiendo se del echo de que ella era mucho más fuerte, ahora la preocupación aumentó al darse la informa que Tyr tenía un vigía te escondido entre los hombres de aquella zona, haciendo que aumentarán la seguridad, había guardias que la vigilaban y una cúpula por la cual ella nunca pediría salir. Pasando los años Kamir y su madre fueron a visitar a Feyr y ese día ella había salido del palacio a escondidas dando su ubicación a su enemigo y haciendo que regresarán de inmediato a la ciudad de Delos, con su madre hecha una fuera y en su rostro un claro ejemplo de decepción.
En el palacio, Caliope y su padre regañaban a la azabache quien miraba el suelo de forma molesta, cansada de oír tantos reclamos por su parte que ya estaba harta, dejando que su enojo saliera para que se dieran cuenta de que ella no era feliz en ese lugar ni en ninguno donde estuviera encerrada.