𝐔𝐍𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐀𝐍𝐎 ❛𝑷𝒐𝒔𝒆𝒊𝒅𝒐𝒏❜ SNV

ᥴꪖρⅈ𝕥ꪊꪶꪮ 3

Abrió despacio sus ojos parpadeando un par de veces dejando que se acostumbraran a la luz, los rayos solares no entraban por completo a su habitación debido a las cortinas beige de la enorme recámara, se levantó despacio sintiendo que tenía la mejor siesta de toda sus años de vida, aunque algo no estaba bien. . .¿qué había pasado? Y más aun ¿cuánto tiempo durmió? Solo recordó cierto acontecimiento, donde estaba apunto de perder control de si, dejando que la otra parte de su poder de diosa saliera a la luz, hubiera sido una catástrofe si no fuera porque algo, más bien dicho alguien la había echo desbaneser para ir su furia no se llevara tanto vidas humana, como la de sus hermanos.

- ¿despertaste? - escuchó la voz de su padre quien estaba entrando en la recámara - que alivio

- papá. . .- fue lo único que dijo, para después ser regañada de manera verbal por su padre

- ¡enserio eres una imprudente! - le levantó la voz - ¡aprende a controlar el maldito lado del Caos que posees! ¡Kamir!, ¡¿en qué carajos estabas pensado?!

- lo siento padre - bajo la mirada, apenada por haberle causado un susto y sobre todo casi un gran problema a su padre, mas a su padre, a sus hermanos también

- ¡si no hubiera interferido, quien sabe a que parte del cosmos hubieras estafado! - siguió con su reproche y no parecía querer parar sus males y maldiciones para ella - ¡sabes que eres mi iniciativa, y no me voy a arriesgar a perderte!, ¡eres igual de imprudente que tu madre!, ¡MALDICIÓN!

Al decir aquellas últimas palabras de mala gana, cerro la puerta de manera brusca dejándola sola y sintiendo un gran revoltijo de emociones, se sentía mal, tenia tristeza y sobre todo pena, por lo mal que hizo sentir y ver a su familia, era verdad, aveces era imprudente por su naturaleza y era algo que no lo podían quitar ni aunque usaran los poderes más peligrosos del universo. Dejo salir un suspiro frustrado dejando que aquellos recuerdos vinieran a su cabeza.

❝ˏˋFlashBackˎˊ❞

Ambos dioses, poseían miradas de desafío, unas miradas que cualquiera las viera se notaba el echo de que ambos se matarían sin dudarlo, un leve movimiento del tridente del dios del mar hizo que una enorme ola se fuera dirigida a ella, se veía que no era alguien que no se andaba con solo amenaza que se puedan solo decir y no hacerlas. La diosa, que alguna vez estaba tan tranquila como las aguas de un lago ahora se encontraba tan alterada como las tormentas nevadas, deseando que el mismo frío de los cuentos y la nieve los mataran congelados. La ola estaba apunto de acer sobre ella la cual desapareció en cuestión de segundos por uno de los ataques de Kamir, pero ahí, el asunto no terminaba, noto que había un niño cerca de la playa, por lo cual, una de las tantas olas dirigidas a ella estaba apunto de llegar al niño que se encontraba solo y lloroso, con rapidez fue directo a él, sin dejar que las demás enormes montaña echas de agua salada la atraparan llegando por fín, donde se encontraba la pequeña criatura inofensiva, lo tomo entre sus brazos protegiendolo de una ola que estaba apunto de matarlo, creo una pequeña cúpula donde resistió lo suficiente para que ambos estuvieran sanos y salvos.
Poseidón, sin calmar su furia incluso por las acciones tan estúpidas al ver como arriesgaba su vida, por salvar aun parásito de humano, claro que sus pensamientos nunca fueron los mas adecuados hacia los humanos, cuando estaba apunto de volver a atacarla junto al pequeño, echo de ver que la diosa ya no se encontraba ahí, ni siquiera el pequeño acompañante, extrañado la busco con la mirada sin encontrarla hasta que esquivó uno de los ataques de la mujer, su mejilla había tenido un lento rose de una afilada lanza, sintió su mejilla y supo que no tenía ningún rasguño a pesar de que fuera rápida.

- asquerosa diosa salva humanos - le maldijo al verla frente a él tan "tranquila" sin quitar aquella apariencia dejando ver aquella lanza que era más grande que ella en altura - responde. . .- le apunto con su tridente - ¿por qué te importan esas plagas? Solo hacen estupidez con sus vidas