ᥴꪖρⅈ𝕥ꪊꪶꪮ 13

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La azabache terminaba de hacer su aceo personal, estaba peinando su cabello con cuidado y se hizo una trenza baja, sentía mucha calor a pesar de estar bajo el agua salada del mar, terminó su cabello y se dispuso a ir al comedor, estaba solo y se encontraba solamente su desayuno, sin quejarse comió y camino un poco por el palacio buscando al rubio, no lo encontraba por ningún lado y mejor decidió quedarse en la biblioteca, al abrir la puerta chocó con alguien mucho más alto que ella, dio unos pocos pasos hacia atrás manteniendo el equilibrio dándose cuanta que Poseidón iba saliendo de ahí.

- ah ya llegaste - exclamó sin darle importancia - debemos ver a que lugar movernos, camina rápido

- ahg, ya voy - respondió algo chistosa por su fajta de cortesía

Kamir camino detrás del rubio hasta donde se suponía está la casa de que el castillo se mueva, la anzache miraba cada rincón del castillo memorizando cada rincón para no perderce si en algún miento decidía conocer mejor el lugar donde se quedaría por un plazo de tiempo, llegando al lugar había una ezfera de cristal mucho más grande que la que había en la otra sala y le decía al dios del mar donde estaba cuando la habían secuestrado, dicho objeto mostró varios lugares a los cuales podían quedarse, los ojos grises de la fémina miraban con atención que lugar sería un buen primer escondite en lo que se resolvía el asunto del atacante.

- escoge tu primero - la voz de Poseidón le sacó del trance - el segundo lugar lo escogere yo

- esta bien - se acercó un poco al objeto flotante observando cada lugar que le mostraba hasta deterlo - ¿qué tal Partenón? Esta lejos del territorio de las Harpías

- mientras este lejos - le respondió para después hacer que el castillo se moviera

El palacio comenzó a moverse de repente provocando que la diosa se tanbaleara un poco tropezando sobre el contrario, este la había atrapado por sí luego llegara a caer al suelo la azabache se sonrojo un poco y le pidió perdón por eso y este no dijo nada, hasta notar que Kamir estaba peinada.

- te hiciste una trenza - comentó y está le miró - te habían peinado así para que te casaras con aquel imbesil

- tenía calor y no quería tener mi cabello en la cara - respondió algo confundida ya que lo veía un poco enojado

- hazte otro peinado, ese no me gusta - frunció el ceño

- no, ya me hice este, me lo quedó - dicho ello se separó del dios y se fue rápido a la biblioteca a refugiarse un poco

No se sentía cómoda con la mirada tan atenta de desagrado del contrario que prefería refugiarse en un libro, estando en la biblioteca decidió leer en el tercer piso, había una gran ventana y una comida alfombra llena de cogines para leer a gusto, observó por la ventana como el palacio flotante terminaba de salir del mar dejando ver la ciudad humana, por un lieknto pensó en el niño que había salvado suponía que el pequeño ya estaría bien, pero le hubiera gustado haberlo visto una última vez. Abrió el libro que tenía en sus manos comenzando a leer no sin antes darse cuenta que Ntenfin se estaba despidiendo de ella y le devolvió su despedida con una cálida sonrisa, se acostó en la suave alomfra apoyando su cabeza el cojín redondo detrás de ella para leer mucho más a gusto y olvidar el echo de que el rubio eshaba molesto, solo por haberse echo una trenza haciéndole recurdar lo de hace unos pocos días, ella no le tomaba nada de importancia y prefería a tenerse de discutir con él ya que le estaba dando un lugar para quedarse, no quería discusiones y sólo quedarse tranquila como parte del día anterior, a pesar de que en ese momento estaba tranquila tenía el mal prednegonunto de que aquel ataque le volviera a suceder. Las letras plasmadas sobre aquel objeto eran bellas y llenas de sentimientos, ella sonrió al leer tan bello relato que le hizo sentir algo tranquilidad y relajación olvidandl sus males y la tempestad que sufría con huir de un atacante, de dejar a su familia y tener que soportar un maltrato que la perseguido por casi toda su vida. Las preocupaciones no eran presentes cuando leía, y tenía un buen libro en las manos, era lo más hermoso que podía sentir, tan sumida en su lectura se encontraba que ni cuenta se había dado que el dios del mar la observaba desde un balcón que ya sía en la biblioteca, seguía enfadado por que la contraria no le había echo caso en que se quitara ese peinado, sin embargo era de esperarse ya que era la única diosa en toda la existencia de su raza, que se había atrevido a desafuarlo.

𝐔𝐍𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐀𝐍𝐎 ❛𝑷𝒐𝒔𝒆𝒊𝒅𝒐𝒏❜  SNVحيث تعيش القصص. اكتشف الآن