Temporada 2: ᥴꪖρⅈ𝕥ꪊꪶꪮ 14

2.2K 217 48
                                    

- ¡MALDICIÓN! - gritó eufórico - ¡maldita sea, ese imbesil lo volvió a hacer!

- tranquilo - la suave y cansada voz de Kamir le hizo verla con una expresión muy molesta

- ¿tranquilo? - interrogó - ¿¡TRANQUILO!?, ¡te voy a recordar que paso! - se acercó a ella aun con una enorme molestia que haría que un sunami destruyera toda Grecia - ¡Apenas pasaron dos malditas horas de que te habías calmado de ese ataque, te faltó la respiración y de paso estás más débil de lo que ya estabas, idiota!

- deja de gritar - me sugirió algo intranquila respirando con mucha dificultad - trata de respirar para calmarte, yo no estoy en condiciones para aguantar tu mal genio

Tenía razón, ella estaba mal, terriblemente mal, gritar e insuktarla no haría que ella recupere rápido las fuerza necesarias incluso para poder levantarse de la cama, dejó de quejarse y fue al balcón de la habitación respetando el aire frío y fresco del bosque, le dio una leve mirada a la diosa que ha se veía un poco más calmada después de aquello sucedido en la madrugada, estaba más desesperado que antes, sabía que Tyr ya había recuperado fuerzas para poder tratar de volver a llevarse a Kamir, no podía permitirse el echo de que volviera a pasar lo de aquella vez, sin embargo se puso a pensar en lo del día anterior, se había enojado con ella por tonto peinado al recurdar el echo de que aquel dios la iba a obligar a casarse, sobre todo el saber que la había golpeado. Se dio cuenta que la aznaache se quedó dormida, pero no se daría el lujo de bajar la guardia por si llegaba a pasar por tercera vez, tomó la silla que estaba en el escritorio para ponerla cerca de la cama, se sentó ahí esperando si ella llegaba a reaccionar de forma hioemete como hace poco, la respiración de Kamir era tranquila al igual que sus expresiones, su piel ya no estaba tan palida había tomado su color natural, estaba estática y apneas se notaba que estaba bien en cierta parte, lo que había sucedido de repente le había quitado el sueño y mejor se dedicaba a cuidar del bien estar de la contraria.

- ¿desde cuando me preocupo por otros? - se interrogó así en un susurro mirando con atención el rostro de la ojos gris -... es tu culpa, estúpida

Sin darse cuenta acarició el suave rostro de Kamir, haciendo que esta reaccionara aceptando su tacto, Poseidón a duras penas lo noto pero no quería dejar de verla o si quiera dejar de acariciar el rostro de la fémina que reposaba con tranquilidad, el sol salía de su escondite dándole el adiós a la noche y hola a la mañana, sus rayos cálidos fueron por todas partes iluminando la oscuridad que había en la mayoría de rincones, los pájaros comenzaron a salir de sus nidos para dar sus cantos y los demás animales salían a explorar el bosque. El rubio se levantó de su asiento para ir por té, al salir de la habitación fue a la cocina a preparar lo que haría, a Kamir me hizo un té diferente uno que le devolvería un poco de nergia y evitaría que sucediera algún otro síntoma de su accidente, preparo todo con calma y regreso a la habitación donde su compañera estaba levantada fregando un poco sus ojos, se volteo a verlo y le saludo aún algo cansada.

- buenos días - sonrió amable y algo somnolienta

- no tiene nada de bueno - respondió seco dejando la bandeja en la mesa, agarro la taza que tenía el té correspondiente de la azabache - bebé el té, te hará sentir algo mejor

- gracias

En silencio tomó el líquido que contenía la taza, sintió aquello amargo y a la vez dulce del té haciendo que hiciera una pequeña mueca, el de ojos azulados sólo rodó los ojos y tomó su taza aún escugabdo el sonido de los pájaros saliendo de sus nidos, le desagradan aquel canto pero se dio cuenta que a Kamir le resultaba agradables, ya que miraba la ventana encantada con el bosque y ver varios pájaros volar y cantar cerca del palacio, al terminar, tomó los trastes y sólo los dejó en la cocina, la azabache se levantó de la cama y fue a di habitación a darse un baño, sentía que lo necesitaba y estaba más que decidida a quedarse un buen rato para relajarse, llegando a la habitación hizo lo que de dispuso a hacer, el agua no estaba una temperatura ambiente que le calmaba demasiado, cerró sus ojos dejando que sus músculos dejarán de estar tensos liberando estrés y preocupación, inconscientemente tocó su mejilla como si todavía pudiera sentir la fría mano de Poseidón tocando esa zona, un leve color rojo pinto sus mejillas pensando que podría ser un simple sueño, si lo era ha de estar muy loca o mareada para suponer que de verdad pasó, de ser verdad se haría muchas interrogantes del por qué lo había echo, no era alguíen delicado con ella, se veía a lenguas que aveces tenía ganas de matarla.

𝐔𝐍𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐀𝐍𝐎 ❛𝑷𝒐𝒔𝒆𝒊𝒅𝒐𝒏❜  SNVМесто, где живут истории. Откройте их для себя