ᥴꪖρⅈ𝕥ꪊꪶꪮ 4

4.6K 432 45
                                    

Mantenía perdida si vista en aquellas aguas cristalinas donde jugaban uno que otro pez naranja casi dorado, de aletas transparentes, su padre leía un libro en voz alta mientras que ella sólo escuchaba, aquellas palabras leídas de un libro no tan grueso, recuerda a cada oanabra, verso y el nombre del poema junto con su autor, ese siempre lo escuchaba antes de dormir cuando era niña, bellos recuerdos inundaron su cabeza mientras escuchaba aquellas oraciones.

- "Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las costumbres de muchos hombres" - leyó dicha parte mientras volteaba a ver su hija

- la iliada, canto I - respondió sonriendo feliz al recordar eso - me lo loas junto a mamá cada noche antes de dormir, lo recuerdo muy bien

- me alegra oír eso - sonrió por aquello para posteriormente seguís leyendo el primer canto hasta el segundo, terminando aquello cerró el libro para luego mirar las nubes - ¿extrañas a tu madre?

- si... - le volteo a ver - cada día que pasa

Ambos dieron un suspiro nostálgico en aquel ambiente cálido, la brisa suave y pura del viento movía las suaves hebras de los dos dejando que se relajaran y sólo pensamientos hermosos invadieran su pensar, recjrdar solo risas, alegría, libros, cuentos, poemas, sobre todo, la Ilida y la Odisea, un poema encatador lleno de sentienhti y nostalgia para esa familia, el mayor se levantó dejando sola a Kamir quien se mantenía entretenida mirando las nubes. Mientras que su padre caminaba tranquilamente por el gran salón de su palacio para luego sentarse en un bello trono de oro con terciopelo rojo vino, las enormes puertas se abrieron, dejando ver aún grupo de dioses conocidos de este, dejó el libro reposando en sus piernas para prestarles atención, sobre todo, aún Dios rubio que ahora conocido como el enemigo de su hija.

- viejo amigo, tiempo sin vernos - saludo Zeus - esperamos no molestar

- Claro que no - esbozó una sonrisa sincera - son bienvenidos, solo tengo una duda - todos parpadearon esperando su pregunta - ¿qué hace aquí Poseidón? Según entendí, él odia a Kamir

- bueno... - habló Hermes, dio una corta pausa para tozer si garganta y liberar tensión de esta - queremos que la señorita Kamir ayude a Poseidón, sobre sus ataques de ira

- ¿...? - se quedó mudo ante aquello, no era de sorpresa, más era de gracia, lo veía divertido ya que este le prestaba más atención a la ventana que a las palabras del de cabellos negros - ¿en serio? - evitó no reír - estuvo apuntó de asesinar a mi hija... Sin embargó - se puso pensativo aún con una pequeña sonrisa de burla - creo que podría hacer una excepción, solo, por que no se necesitan más muertos

- ridículo - se escucho fuerte y claro esa palabra proveniente de la boca del de ojos azules - esa diosa no ayudara en nada

- todas las veces en las que has estado cerca de Kamir, tu enojo se va -- cerró si mano en puño para luego posar su barbilla en este, Poseidón, al escucharlo trato de disimular su pequeño enojo - ¿crees que no note la primera vez que tu y mi hija se conocieron? Por favor, solo tu eres el más enojado de todos

- idiota - susurro tan bajo que en vez de susurro parecía más un pensamiento

El silencio reino hasta que las risas de imfantes inundaron el salón, eran ecos vagos y algo lejanos, por lo que se les ocurrió mirar hacía el gran ventanal, quedaron observando como unos cuantos niños reían al estar cerca de la diosa de ojos grises, se quedaron observando cada detalle, Kamir sonreía feliz ante las risas de los infantes mientras ellos hacían una pequeña carrera para ver si su tía leía alguno de los tantos libros, lo que más llamó la atención fueron las súplicas d típicas de ellos y aquella fémina tan tranquila y Serena, era una pasiciencia que se merecía respeto, no todos soportaban a los niños y la pasiciencia no duraba tanto como lo presentaba Kamir. Todos sonrueirn, a excepción del dios de los mares, de manera tierna al ver como ella sonreía con ternura ante los niños, mientras escijia un libro al azar y lo empezaba a leer para ellos, los pequeños se sentaron en el verde y suave pasto en semi círculo para escuchar las palabras que salían de aquel o ejti de pasta dura y hojas final y delicadas.

𝐔𝐍𝐀 𝐄𝐒𝐏𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐀𝐍𝐎 ❛𝑷𝒐𝒔𝒆𝒊𝒅𝒐𝒏❜  SNVWhere stories live. Discover now