Capítulo 12: La canción

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5 años más tarde...


Madie permanecía de pie observando a través del gran ventanal en la oficina de Adrien, era su vista favorita de toda la ciudad, llevaba un rato esperando al abogado que estaba encerrado en la sala de juntas con uno de sus clientes. Mientras miraba el bullicio que hacían las personas en la calle, comenzó a imaginar una melodía, las notas bailaban dentro de su cabeza hasta que tomaron forma, la transportaron a otra época, a otro lugar y se perdió en el recuerdo.

— ¿Puedo saber el motivo por el que me honras con tu presencia? — Le dijo Adrien cuando entro y cerró la puerta tras de sí.

Madie se alejó de la ventana y dejo un periódico sobre su escritorio.

—El crítico puso que mi música no reflejaba nada, que teniendo cuenta el dolor que me había hecho sufrir mi familia disfuncional sería una interprete asombrosa, cree que mis presentaciones son una farsa y que puedo tocar las mejores piezas pero que carezco de corazón al hacerlo.

—Eso es ridículo— Le dijo Adrien mientras se acercaba a ella y tomaba el periódico en sus manos.

—Creí que la presentación de anoche había sido perfecta, pero cuando leí la reseña esta mañana, comencé a preocuparme de que nadie se presente esta noche.

—Pero dijiste que todas las entradas estaban vendidas, Madie este tipo solo quiere generar polémica y vender periódicos, no dejes que una mala reseña te afecte, tu talento es único y no siempre vas a recibir halagos, quédate con las verdaderas críticas constructivas y se mejor de lo que ya eres.

Adrien la rodeo con sus brazos y le dio un beso en la cabeza, Madie le regreso el abrazo, cuando enterró la cara en su pecho el olor de su colonia la empalago y se alejó de el con una mueca.

— ¿Siguen molestándote los olores? — Le pregunto con diversión.

—A veces los olores más fuertes me provocan arcadas— Le dijo con honestidad.

—No estas acostumbrada, se volverá más tolerable con el tiempo, es como si volvieras a ser un bebe y tuvieras que aprender de cero.

Llevaba años sin beber el brebaje para dormir a su lobo, con el pasar de los meses noto algunos cambios, su audición mejoro mucho, lo cual fue un problema ya que tuvo que comenzar a usar tapones durante sus presentaciones, podía caminar en la oscuridad y ver todo claramente, así como percibir olores que antes no notaba, aprendió que las personas olían de diferentes formas y que normalmente estaba relacionado a sus feromonas. En más de una ocasión había sido víctima de algunos olores masculinos, caminando en medio de una multitud, a mitad de algún restaurante o al percibir el rastro de algún hombre que había pasado por ese mismo lugar unas horas antes. No podía evitar la humedad que se formaba entre sus piernas, ni la forma en que sus pezones se ponían erectos y el deseo explotaba dentro de ella como una loba en celo, en más de una ocasión se encontró a si misma masturbándose escondida en los lugares más extraños, y cuando finalmente alcanzaba el orgasmo, sentía culpa por el rostro del que eran protagonistas sus más oscuras fantasías.

Algunas veces una parte primitiva de ella anhelaba verlo, pero otras simplemente se convencía así misma de que volver a casa con Adrien había sido lo mejor, haber terminado su carrera y haber vendido la empresa de su padre que aunque fue una decisión difícil. Madie sabía que realmente nunca se haría cargo de ella, seguía siendo muy rica e incluso había invertido en algunos proyectos que apenas estaban generando frutos, pero los negocios no era algo que la apasionara.

—Estoy hambrienta, ¿te gustaría ir a comer algo conmigo? — Le dijo al abogado.

—Estoy algo corto de tiempo Madie ¿podemos dejarlo para otro día?

La Última Bathory© [En Edición ]Where stories live. Discover now