La Última Bathory© [En Edición ]

Capítulo 14: El bosque siempre te espera

Madie estaciono el lujoso auto deportivo que había comprado en Bucarest frente a la casa de sus tíos, había viajado quince horas en un vuelo desde Los Ángeles California hasta la capital de Rumania donde eligió conducir otras seis horas hasta Toplita en un tiempo récord gracias a la bestia increíblemente potente que había comprado, no quería ser una carga y pensó que lo mejor sería obtener un auto y conducir, ya que nadie podría recogerla en la estación de tren. Cuando subió los escalones de la entrada, la madera crujió bajo sus pies, se tomó un momento para mirar hacia atrás y admirar el bosque a su alrededor, aspiro el aire frio y el olor a pino inundo sus fosas nasales haciendo que algo dentro de ella se removiera, estaba muy nerviosa por volver y reencontrarse con su familia o al menos lo que quedaba de ella, no estaba preparada para lo que encontró después de abrir la puerta principal y caminar hacia la cocina.

Sentado en la mesa estaba el hombre que tal vez podría ser su padre biológico, él la observo en silencio mientras Madie se decidía si debía intentar hablar con él sobre el pasado, ya no era una chiquilla de diecisiete años y Adrien la había ayudado mucho a comprender el mundo del que su madre se había alejado, pero independientemente de ello, la sangre del hombre frente a ella corría por sus venas y Madie quería juzgar por si misma si merecía la pena tratar de remendar lo que había hecho su madre. 

Le dolía pensar en lo que pudo haber sido, y que en lugar de crecer con tantas incógnitas sobre sí mima, sobre porque sentía en el fondo que sus padres no la querían y lo diferente que era del resto de las demás personas a su alrededor, no solo se trataba de tener una inteligencia superior a los demás,  ni ser un genio musical, si no que existía una magia desconocida dentro de ella que la hacia una cambia formas. En cambio toda su vida había sido una mentira y su madre había preferido dejarla a cargo de un hombre que tenía un pasado misterioso, en lugar de su propio padre.

— ¿Kristin?—Le pregunto algo incomoda mientras metía las manos en los bolsillos de su chaqueta.

—Está en su habitación, no ha bajado en todo el día, tal vez tú puedas convencerla de que coma algo—Le dijo el hombre con una voz que sonaba con seda y acero.

— ¿Liam? ¿Qué tan malo es? —Madie estaba realmente preocupada por él, habían compartido muy poco tiempo, pero le había tomado cariño y se había mantenido en contacto a través de los años.

Jack negó con la cabeza.

—Muy malo.

Se le hizo un nudo en la garganta que apretaba tan fuerte que le hizo difícil respirar, los ojos se le humedecieron y bajo la mirada hacia el suelo cuando una increíble tristeza la atravesó.

—Iré a ver a mi tía—Le dijo mientras se miraba las manos. 

No quería mostrarle lo afectada que estaba.

—Madeline—Jack se puso de pie y se acercó a ella, —Ella va a necesitar mucha ayuda, necesita de alguien que se quede y que este aquí para ella, si no puedes ser esa persona entonces te sugiero que no le des falsas esperanzas, Liam el no...—Jack cerro los ojos e hizo una mueca de dolor, después sacudió la cabeza en negación, —Él no está bien, está luchando pero no estoy seguro de que vaya a lograrlo.

Madie se llevó ambas manos hacia el rostro, cubriendo su expresión de asombro, no podía creer que algo así estuviera pasando, entendía el dolor por el que estaba pasando Kristin y jamás ni en un millón de años le habría deseado a nadie experimentar la pérdida de las personas que más amas.

— ¿Qué más podía hacer? ¿Ignorar su llamada?

No espero a que Jack le respondiera, solo subió las escaleras y camino hacia la recamara principal donde dio unos pequeños golpes antes de entrar, la habitación estaba completamente a oscuras y Madie distinguió perfectamente a Kristin envuelta en un montón de mantas, sin decir nada se metió debajo de ellas y la abrazo fuertemente, Kristin abrió un poco los ojos y cuando vio de quien se trataba sollozo.