𝙎𝙐𝙍𝙑𝙄𝙑𝙊𝙍 || ❝ Solamente tenemos un único objetivo, no morir. ❞
James tuvo la desgracia de ir a casa de Lily a pedirle una cita. Por consejo de su amigo más sensato, se presentó de una manera romántica y formal.
Sin embargo, como siempre, las...
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CONSULTAS
°•°
—Te odio.
—Lo sé. - Los dedos de la chica examinaban tranquilamente el torso del joven, revisando cada una de sus costillas. —Ya todas están en su lugar, lo que no me gusta es la severa desnutrición que tienes. - Eleanor hizo una mueca extraña que iba entre la furia y comprensión. —Incluso... ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir?
—No te interesa.
La joven rodó los ojos y sin tapujos apretó las vendas sobre el torso del pálido chico.
Snape soltó un quejido ante el dolor que el médico le proporciono. —O'Malley métete en tus asun... ¡Carajo deja de apretar las vendas!
—¡Oh! ¿Las estoy apretando? - Se hizo la desentendida. —Discúlpame, tiendo a meter presión cuando el paciente se comporta como un imbécil.
—Tú eres una...
—¿Maldita? Tal vez. - La joven suspiró par después aflojar el vendaje del joven. —¿A qué volviste? Creí que ahora estarías tranquilo y feliz en tu departamento nuevo.
El pelinegro chasqueo la lengua al tiempo en que se terminaba de desprender de su postura defensiva. —Olvide uno de los cuadernillos de mi madre. - Explicó con serenidad.
—¿Lo recuperaste? ¿Quieres que vaya por él?
—¿A caso piensas volver y que te carguen al muerto? - Una sonrisa que expresaba la más pura amargura surco en los labios del pálido chico. Poco después metió su mano en el bolsillo de su pantalón donde saco un par de cosas en miniatura.
—Al menos ya lo tienes contigo, de esa forma jamás tendrás que volver a venir a este lugar.
—Lo dudo mucho.
—¿Ah? ¿Por qué?
—Hace tres años, tú te marchaste de aquí, y siempre vuelves, es como si existiera algo que te atrae de nuevo a este infierno.
La pelirroja suspiró, y pronto comenzó a atender las heridas del rostro de su amigo. —Tú no eres cómo yo, yo soy una idiota. - Apuntó. —Por extraño que parezca, la Hilandera me trae paz, estar aquí, sola, sin hermanos por los que preocuparme, me da una extraña tranquilidad.
Ambos se sumieron en un espeso y prolongado silencio, en lo que la joven trabaja en dejarlo como nuevo.
No tuvo reparos en ocupar las cosas mágicas que tenía bien ocultas por su casa, finalmente si las llegó a conseguir fue gracias a la bondad y genuina preocupación de la madre de Severus.
Lo mínimo que podía hacer por ella, era emplearlas en la salud de su descuidado hijo.
—Es difícil. - Explicó el pocionista después de un largo momento de mutismo. —Le dije que me esperará un poco más, que cuando cumpliera diecisiete me darían mis bóvedas, solo le dije que esperara un poco para sacarla de este maldito infierno, sin embargo...
