Capitulo 7 🏷️

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No es difícil creer que las personas fuertes se forman a partir de pasados dolorosos, el desastre nos fortalece, una vez superado aprendemos a no dañarnos de la misma manera y desarrollamos un sistema de defensa.

Se puede decir que tengo múltiples sistemas de defensa, pero quiero creer que es uno solo, al final el propósito sigue siendo el mismo: protegerme.

Me mantuve algo alejada de Jungkook los tres días siguientes, aunque nuestros encuentros no eran frecuentes siempre eran intensos, y la forma en lo que todo al rededor parecía irrelevante cuando estaba cerca me irritaba, porque sin pedir permiso alguno el estaba escalando entre mis prioridades y eso podría ser un problema.

Me di cuenta que el aún no había llegado al ultimo escalón cuando me llamaron a mitad de la noche el jueves, y su existencia completo dejo de ser relevante.

Empaque todo lo necesario, que era en realidad no mucho, compre un boleto hacia Daegu para las cinco de la mañana, a las siete de la mañana llegue y a las siete y media estaba en el hospital, en la recepción de urgencias, preguntando por el estado de mi madre.

Espere una, dos y tres horas, entre mensajes y llamadas que no fui capaz de contestar, mi pierna moviéndose repetitivamente, prueba de mi nerviosismo, de mi debilidad, de la más obvia y probablemente la más grande.

La mujer que me crio estaba en el hospital y aunque no era nada grave podía sentir como los latidos de mi corazón atacaban a mis oídos, odiaba que la gente enfermara, odiaba la debilidad y odiaba estar en el hospital, odiaba especialmente la sala de espera, era como estar en el maldito limbo, balanceándose entre dos posibilidades que aunque siempre están presentes aquí se hacen más notables, mas reales, La vida y la muerte.

Una enfermera me avisa que puedo pasar, al entrar veo a mi madre sentada en la camilla, tiene un vendaje en la cabeza y me quedo sin aire al verla así, ella nota mi presencia, y me mira, me mira con comprensión, me mira con angustia, ¿No es ella la que esta en la camilla en este momento? ¿Por que recibo yo la mirada de lastima?

Me acerco hasta ella, sin articular palabra me acomodo entre sus brazos, me es inevitable llorar, mi madre es lo único que tengo y es inevitable sentir ansiedad al pensar que puede sufrir un daño.

-¿Que sucedió? -Pregunto cuando estoy calmada-

-Entraron a robar -Dice observándome cuando me separo de ella- Iba a revisar cuando caí por la escalera, pero no fue nada, solo un pequeño golpe.

-No puedes tener vendada media cabeza y decir que no fue nada -Dije con el ceño fruncido-

-Y tu no puedes salir corriendo de tu universidad cada vez que una pequeña cosa pase, ya habíamos hablado de eso Ivy -Suspire, tenía razón, habíamos charlado sobre ello pero era imposible controlar mis impulsos-

-Lo siento -Murmure en voz baja- No lo pensé hasta que estuve en la sala de espera.

-Mi niña -Dijo acariciando mi cabeza con su tono suave- Sabes lo que te hacen estos lugares, me darán el alta en unas horas, ahora quiero que vayas a casa, cambies tu ropa y vuelvas solo para recogerme ¿Esta bien?

-¿Que tiene de malo mi ropa?

-Ivy estas en pijama, aún estoy tratando de entender porque, pero contigo simplemente no se sabe, ahora largo -Suspire y sonreí-

-Esta bien, iré a casa, y estaré esperando tu llamada, pero no me iré en los próximos días y -Dije antes de que ella pudiera hablar- No esta a discusión.

Salí corriendo de la habitación dejando atrás sus llamados, tal vez no había venido por algo malo después de todo.

Volver a casa siempre era un gran duelo, recordar lo que perdí y lo que en realidad nunca tuve es duro, pero todo vale la pena estando cerca de mi madre, es posiblemente una de las pocas personas que me tiene en su vida por voluntad.

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