CAPÍTULO 8: Lotus

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Caminó bajo esos frondoso árboles, donde quiera que miraba sólo había bosque y matorrales, se detuvo al cruzar un tronco de árbol muerto lleno del típico musgo.

Alzó su mirada hacía el cielo y como acto de reflejo sus ojos se entrecerraron por los fuertes rayos de sol que se habrían paso por medio de las tantas hojas de los árboles.

Miró a su alrededor, no sabía lo que buscaba pero algo dentro de si, le decía que ese era el camino correcto, dio unos cuantos pasos hacía delante y no supo cuando ni donde pero ahora se encontraba de pie a unos metros de un hermoso dragón blanco.

Lo escucharon, un hermoso dragón blanco.
Este dormía plácidamente con su cuerpo formando una O sobre el suave pasto, de su cabeza, unos bellos y largos cuernos dorados sobresalían, una sedosa melena azul adornaba parte de la misma, sus blancas escamas brillaban bajo la luz del sol, tanto sus manos como patas terminaban en unas largas y afiladas garras.

No sentía miedo alguno, más bien, tenía ansias de tocarlo, cuando se acercó unos centímetros más, el dragón despertó. Sus ojos eran de un hermoso y exótico color azul, Yuuji tan pronto detuvo su andar observó como aquel animal místico se acercó a su lado sin recelo alguno, lo rodeo con su largo cuerpo dejándolo así, justo en el medio.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca de este, Yuuji estirando su mano de forma lenta por fin logró tocarlo, sonrió cuando lo hizo.

El calmando dragón acercando más su rostro al del peli rosa logró que este, acariciándolo con ambas manos pegara su frente en una parte de su hocico. Yuuji se sentía protegido y no supo explicar el porque pero, su ser estaba muy feliz.

Con un leve movimiento el dragón se alejó del peli rosa pero no tanto como para que este no logrará ver su propio reflejo en esos hermosos ojos color cielo. Abrió su hocico y de este, unas cuantas pepitas de oro caían al piso.

Sus ojos de por si se abrieron, lo primero que alcanzó a divisar fue aquella lámpara colgando de su techo, una de sus manos descansan encima de su cabeza, lágrimas caían por sus ojos, aún sentía todo ese regocijo recoger su cuerpo, sonrió y llevando su otra mano a su vientre susurró:

- Eras tú verdad.

Tomo palomitas de aquel tazón verde a su lado, sus piernas una encima de la otra descansaba en la alfombra bajo su cuerpo, su espalda recargada al filo de aquella cama lograban un mayor estado de confort, sus ojos zafiros se encontraban fijos en l...

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Tomo palomitas de aquel tazón verde a su lado, sus piernas una encima de la otra descansaba en la alfombra bajo su cuerpo, su espalda recargada al filo de aquella cama lograban un mayor estado de confort, sus ojos zafiros se encontraban fijos en las imágenes de la pantalla a su delante.

Ver al perrito recostado en el mismo sitio día tras día y con la vista puesta en aquellas puertas de cristal, alzando sus orejitas cada vez que alguien salía, estaba estrujando su corazón, no le faltaba mucho para echarse a llorar, pensaba.

Este sentimiento se intensificaba aún mas cuando recordaba el hecho de que su dueño nunca regresaría. Porque había perdido la apuesta, si hubiese ganado, el ahora estaría viendo una película de terror o de acción, y no una que estaba haciendo que varias lágrimas se acumularan en sus ojos y entorpecieran visión.

OJOS AZULES  (GoYuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora