𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐈𝐈𝐈

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐂𝐄:
𝐁𝐞𝐥𝐥𝐞
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HACE UN MES

             ALEKSANDER ESTABA SUMAMENTE PREOCUPADO, la salud de Isabella empeoraba con rapidez. Su pecho dolía cada vez más y las venas negras ya estaban en su cuello, trepando hacia su cara. Sus poderes se volvieron escasos y agradecían haber dado la presentación antes, porque ahora se le dificultaba hasta moverse. Por petición de Kirigan, Isabella se había visto en la obligación de utilizar un bastón para reforzar su andar.

Isabella había cambiado de su habitación a dormir en la de Aleksander, luego de que él la encontrara desmayada y sola en el suelo. Ella dormía en su cama y él no dormía. El General se quedaba hasta la mañana del día siguiente buscando en todos los libros existentes una solución para sus problemas.

Ahora estaba así, sentado en su escritorio, leyendo el octavo libro aquella madrugada y dejando que algunas veces su mirada de perdiera en la platinada dormida sobre su cama. En sus primeros días a Isabella le había costado dormir en la habitación de alguien más, pero terminó confiando en él y durmiendo casi toda la noche.

El chico se sorprendió a sí mismo buscando a la invocadora del Sol no para buscar más poder, sino que para salvar a aquella chica en la que se había perdido. Se sorprendió a sí mismo, cuando ya no le importaba el poder de Isabella, solo su estabilidad y felicidad.

Ahora Aleksander no luchaba por poder, el luchaba por ella y por nada más. Su decidida y herida Bella no era su salvación, el no necesitaba ser salvado. Ella era su tranquilidad, ella era su todo y Aleksander al fin logró entenderlo.

La chica se quejó aún dormida y Alek suspiro. Él pudo notar que no había noche que la chica no se despertara o se quejara por una pesadilla. Parecía estar acostumbrada porque cuando despertaba, simplemente suspiraba y se abrazabas si misma. Isabella estaba acostumbrada a soñar con todos los abusos y maltratos de su pasado. Pero esta vez era diferente.

𝐂𝐋𝐀𝐑𝐎𝐒𝐂𝐔𝐑𝐎: 𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐚𝐫𝐤𝐥𝐢𝐧𝐠Where stories live. Discover now