Capítulo 4

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Empecé a hace el desayuno. Después de una hora los chicos bajaron y se acercaron a la mesa. Comencé a serviles.

— ¡Vaya que esto huele bien. Hermione! — dijo Fred con una gran sonrisa.

— Y sabe — dijo Harry con un pedazo de tostada en la boca.

— Vaya, me impresionas mucho Hermione — dijo Blaise tomando un sorbo de café.

— Gracias chicos, pero no es necesario que me alaguen.

— Oww... pero te lo mereces — respondió Fred — es la mejor comida que he probado en mi vida; pero no le digas a mi mamá — dijo riendo de una manera muy curiosa que nos hizo reír a todos.

Me percaté que no estaba Draco y no sé por qué me importo que no estuviera, pero igual pregunté — Ammm... ¿y Draco? — Dije intentando parecer que no me importaba.

— Arriba. Se fue a bañar. Supongo que baja en un momento — respondió Blaise.

— No lo creo — dijo mi primo, tomando un poco de café.

— ¿Por qué lo dice? — preguntó Blaise.

— Me dijo que por favor le subieran el desayuno — respondió Harry.

— ¡Puff! ¿Ahora resulta que somos sus empleados o qué? – dijo Fred con ironía.

— Bueno, en realidad me pidió que Hermione se lo subiera — Fred y Blaise me voltearon a ver. Parecían un poco sorprendidos.

— Y-yo — dije. ¡Dios! ¿por qué me enseñaron a ser servicial? — bueno... ahora le subo — dije con mucho pesar — luego bajo para desayunar con ustedes — intenté formar una sonrisa.

— Está bien, ¡gracias Hermione! — dijo Blaise con una sonrisa. Yo se la devolví.

Comencé a subir las escaleras con la bandeja en mano hasta llegar al cuarto de él. Toqué con una pequeña patada pero la puerta se abrió sola. Pensé en entrar... hasta que me decidí y entré.

La habitación de Draco era realmente linda. Un poco desordenada, claro está. Además tenía su olor por todas partes. Pensé que él no estaba, hasta que escuché un ruido y volteé.

Vi como Draco salía del baño sin camisa. Podía apreciar su perfecto abdomen. Bien marcado y muy... deseable. Saqué de mi mente ese pensamiento, no era propio de mí. Vi cómo se secaba el pelo con la toalla y la dejo caer sobre su cama.

Volteó y me vio.

— ¡Oh! Gracias Hermione — dijo y comenzó a acercarse.

— De... de nada — dije. Tenía a Draco enfrente de mí y podía ver su perfecto pecho y eso abdominales bien marcados.

Draco lanzó una leve risa y me miró — ¿por qué estás tan sonrojada? — dijo y se dio la vuelta. Sentía como recorría todo mi cuerpo con la mirada. Se colocó atrás mío. Sentí como acercó sus labios a mi oreja — ¿Qué? ¿Acaso te gusta lo que ves? Porque a mí me encanta lo que veo — me besó lo oreja, sentí que me sonrojaba más.

Puse toda mi fuerza y hablé — toma, aquí está tu desayuno — dije volteándome y se lo entregué. Él la recibió y la fue a dejar en su mesita de noche — Espero que te guste — dije intentando ser cortés.

— Si lo has hecho tú, estoy seguro que me encantará — dijo volteándose y lamiéndose los labios.

— Emmm... bueno... yo... te dejaré desayunar tranquilo — dije nerviosa y me dirigí a la puerta.

— ¡Espera! — gritó.

— ¿Qué? — dije yo volteándome a verlo.

— Quiero que veas algo — se dirigió a su cama, se sentó en esta y abrió un cajoncito de su mesa de noche — ven — dio una palmaditas para que me sentara a su costado. Vi como sacó algo del cajón.

El placer de tu inocencia [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora