Capítulo 24

453 42 4
                                    


— ¿Te gustó mi regalo? — Preguntó Draco.

— Sí. Es... es muy lindo. Gracias.

— De nada — retrocedió para mirarme y rápidamente deslizó los tirantes de mi camisón, provocando que cayeran al suelo.

— Te queda perfecto — sonrió mirándome de pies a cabeza. Sentí mis mejillas arder —¿Recuerdas lo que te dije en la cena, linda? — tomó mi quijada acercando mi rostro al de él. No respondí — ¿no quieres probar?

— D-Draco y-yo no... — diablos, tartamudez.

Draco se acercó y me beso tiernamente, sin ningún apuro, mordiéndome sensualmente el labio inferior, aferrando sus manos a mi cadera. De a poco fue metiendo su lengua y su exquisito sabor llego a mis papilas gustativas. ¡Como amaba ese sabor! Sus manos fueron subiendo hasta toparse con mi sostén. Eso hizo que entrara en razón y lo detuviera.

— Draco — él me miraba fijamente — No... no quiero — me separé y volteé.

— ¿Qué? — dijo en un tono confundido.

— No quiero — me giré para mirarlo — acaso yo... ¿soy un juguete para ti? — la cara de Draco era de asombro total — No, no quiero... yo no soy un juguete sexual Draco — elevé un poco el tono de mi voz, él seguía sin decir nada, todavía sorprendido — sólo... sólo lo hemos he... hecho... — dije tímidamente — dos veces y... y... — puso un dedo en mis labios evitando que pudiera continuar.

— No digas nada — dijo seriamente. Ahora la sorprendida era yo. Nunca había visto a Draco con esa cara. Quitó su dedo de mis labios — Tú no eres un juguete para mí, Hermione — seguía serio, aunque había tristeza en sus ojos — no pienses de ese modo... — dio unos pasos hacia atrás. No le dije nada y di unos pequeños pasos hacia él, nunca lo había visto así — Nunca serías sólo un juguete... nunca... — vi como hizo puño sus manos y las apretó.

— Draco... yo... — me interrumpió.

— ¿Que no lo entiendes? — Se acercó rápidamente a mí y me tomó de los hombros.

— ¿Enten... entender qué? — Sorprendida y extrañada.

— Te me has vuelto una adicción Hermione... una obsesión. Yo... no puedo vivir sin ti... — acercó su rostro al mío.

— ¿Qu... Qué? — no lo podía creer, estaba embobada por esas palabras: "No puedo vivir sin ti"

No dijo nada y me soltó — olvídalo... — me miró fríamente — todas creen lo mismo... — ahora la conversación daba un giro. No podía creer lo que me estaba diciendo — yo también tengo sentimientos ¿sabes? — se alejó un poco — pero claro... siempre... siempre piensan que todo es por el sexo que me dan.

— ¡No!... espera... — lo interrumpí.

— Hermione... linda, tú no eres un artefacto que yo uso para mis deseos sexuales... eso es, es...— intentaba encontrar una palabra adecuada. Su cara era de tristeza y sufrimiento... yo también estaba sufriendo al verlo así — es ridículo... — de repente me soltó y se fue directo a la puerta — por favor, no pienses así... — tomó la perilla — buenas noches Hermione... — la giró, abrió la puerta y salió de mi habitación.

Me quedé paralizada por lo que había ocurrido. Sinceramente ofender o lastimar a Draco era lo último que quería hacer. Esa mirada que tenía... me demostró honestidad y seriedad a la vez. Jamás en todo éste tiempo lo había visto de ésa forma; y con lo que había dicho.

Tomé rápidamente mi camisón del suelo y me lo puse. Abrí la puerta de mi habitación sin hacer mucho ruido y salí. Fui al cuarto de Draco y entré silenciosamente, cerré la puerta y observé la habitación. Estaba completamente oscura, era poca la iluminación que tenía debido a la luz de la luna que entraba por la ventana.

El placer de tu inocencia [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora