Capítulo 16

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— Buenas tardes — saludé a los chicos.

— Muy buenas — dijo Draco con una gran sonrisa. Lo miré extrañada.

— Hoy tenemos una reunión — dijo Fred.

— Ah, ¿y eso? — dije aun confundida.

— Que no iré — dijo Draco con una gran sonrisa.

— Draco odia esas reuniones y por fin se puedo librar de ir a esta — dijo Blaise.

— Así que te quedarás con Draco esta noche — comentó Fred.

— Con... con Draco — dije.

— Sí. No quiere ir y al parecer no quieren que vayan — dijo Harry en el piso de arriba, tenía una sonrisa.

— ¿Te parece bien. Hermione? — me preguntó Blaise.

— Ah... Claro, será... divertido — dije con una pequeña sonrisa.

— Bueno, este hombre se va a arreglar. Tengo unas chicas que impresionar — dijo Fred y subió las escaleras.

— ¿Qué se va a hacer con el? — Blaise también subió las escaleras.

Me quedé sola con Draco. Él me miraba como si quisiera devorarme... esta sería un larga noche.

— Bueno, ¿qué quieres hacer? — me preguntó.

— Cualquier cosa —

— No des ideas, Hermione.

Tardé un tiempo en encontrarle el doble sentido a la oración — ¡Draco! — dije en tono de reproche.

Draco se fue acercando y me cogió de la cintura — me encanta que seas tan inocente... — luego se separó — Bueno... voy a descansar — dijo con una sonrisa.

— Ah, está bien. Que descanses, Draco — dicho esto, él subió las escaleras. Escuché el grito de mi primo y subí las escaleras — ¿Qué pasa, Harry?

— Am... este... ¿ me puedes ayudar con la ropa? — dijo avergonzado. Yo solo reí un poco y me acerqué a su armario. Así se me pasó un poco de la tarde ayudando a Harry con la ropa. Al final mi primo se veía muy bien. Pocas veces lo había visto vestido de manera formal.

Bajé con él las escaleras y ya estaban los otros chicos abajo.

— Wow, Harry. Te ves sexy — dijo Blaise y luego le guiñó el ojo.

— Tú no te quedas atrás — respondió mi primo y le mandó un beso.

— Sigo preguntándome, por qué me junto con ustedes — dijo Fred.

— Porque somos irresistibles — contestó Draco.

— Ya que quedó claro que somos bombas sensuales, vámonos ya. No quiero llegar tarde — dijo mi primo.

Los chicos se prepararon para salir. Draco y yo los despedimos. Antes de irse, Harry me dio un beso en la frente y me sonrió cariñosamente; luego se marcharon los tres.

Yo cerré la puerta y después volteé a ver a Draco. Él estaba apoyado en la pared mirándome y sonriéndome como siempre. Yo me recosté sobre la puerta y lo miré. Nos quedamos unos segundos observándonos mutuamente hasta que él me dijo:

— ¿Quieres ver una película? — me sonrió. Dudé un momento pero él dijo — con el televisor se ven estupendas.

— Sí, es verdad — sonreí.

— ¿Entonces?

— Está bien, vamos.

Draco fue y puso la película. Yo me senté en el sofá, luego él se sentó a la par mía. Nos quedamos viendo la película, nunca faltaron los roces que Draco tenia conmigo, pero al final fue una buena tarde. Cuando terminó la película, yo fui a la cocina a preparar un postre. Comencé a sacar harina, huevos, levadura y todos los ingredientes necesarios.

— ¡Oh!, ¿vas a hacer postre? — preguntó.

— Sí.

— ¿Te puedo ayudar? — me miró como un cachorrito. ¿Quién podía negarse a eso?

— Está bien.

Cocinar con Draco fue muy lindo, se comportó como siempre pero hoy tenía más afecto conmigo.

Durante la tarde nos la pasamos platicando; jugamos un juego de mesa que yo había traído de mi casa, fue muy divertido. Él se molestaba cada vez que perdía y me robaba un beso. Nos la pasamos tan entretenidos, que no nos dimos cuenta que ya eran las 8:54 p.m.

Realmente el tiempo pasó volando para los dos. Guardé el juego y Draco declaró que fue empate. Le sonreí y luego me dispuse a subir para guardar mi juego. Entré a mi habitación y lo dejé entre mis cosas. Cuando estaba a punto de salir, vi a Draco en mi puerta.

— Voy a darme un baño — se acercó a mí — ¿qué te parece si cuando salga... — me tomó de la cintura — preparamos juntos la cena? — Me pegó a él.

— De... de acuerdo.

— Bien; entonces si quieres espérame abajo linda — se acercó lentamente a mí y me besó. Un beso cargado de sentimiento, no solo de pasión y lujuria.... sino también cariño, un gran beso. Se separó poco a poco — bueno; iré ya... — me sonrió igual que siempre y se separó de mí.

Miré como se iba alejando hasta que entró a su cuarto, yo me giré y entré de nuevo a mi habitación. Sentí los latidos de mi corazón acelerados, era por ése lindo beso. Toqué mis labios y lo recordé. Me senté en mi cama, pero me sentía inquieta. Mi cabeza estaba en un mar de pensamientos y uno de esos era... era lo que tanto reprimí desde que llegué a la casa de los chicos.

No quería aceptarlo, yo... ¿pensando en eso? ¿Por qué? ¿Tanto me cautivó Draco?

Todas esas preguntas tenían una clara respuesta... SÍ. Me levanté y comencé a caminar por todo mi cuarto, quería hacerlo pero... eso sería demostrarle a Draco que él ganó.

Pero, ¿pero qué estoy pensando?

Mi tía me lo dijo: "Nunca dudes en seguir tu felicidad" y... tengo que admitirlo.

Draco... de cierto modo... me hace feliz.

El placer de tu inocencia [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora