Capítulo 28

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Yo terminé de leer el capítulo del libro, ahora sólo me faltaban 2 más. Miré el reloj y vi que eran las 12:47 a.m.

Me sorprendí al ver que Draco no había llegado, él nunca se retrasaba por la noche. Salí de mi habitación silenciosamente para aclarar la tardanza, entré cuidadosamente a su cuarto y cerré la puerta sin hacer ruido.

Cuando me acostumbré a la iluminación, observé que la puerta de su baño estaba abierta. Me acerqué y logré ver su camisa sobre la cama. Pero... tiene una mancha. Parecía salsa.

Ohh... ohh...

Me sorprendí y fui a la puerta del baño. Miré a Draco adentro sin camisa apoyando sus manos sobre el lavamanos y escupiendo sangre:

— ¡Draco! — me asombré y me acerqué a él.

Draco volteó a verme — ¿qué haces aquí? — Escupió y se limpió con su mano.

— Me extrañé porque no habías llegado... pero... — tomé su mejilla — ¿qué... qué te pasó?

Agarró mi mano y la quitó de su rostro — yo... hablé con Harry.

— ¿Qué? — Me sorprendí y me alejé de él — ¡¿qué?!

Se acercó a mí y me tomó de los hombros — si te vas en una semana yo... — lo interrumpí.

— Le dijiste a Harry... — negué con la cabeza mientras mantenía una expresión de asombro en mi rostro — tú... ¿le contaste a mi primo? — elevé un poco la voz.

— Linda, cálmate — me soltó de repente y volvió al lavamanos.

Vi cómo comenzó a escupir sangre — ¡Draco! — Me acerqué a él y puse mis manos en su espalda.

— Tengo que curarme — se limpió.

— Yo te curo.

Me miró — está bien... — salió del baño y fue a sentarse a su cama. Tomé un frasco del botiquín que estaba ahí adentro y una minúscula banda. Luego, salí del baño.

Draco vio cómo iba caminando hacia él con las cosas en las manos — ¿mhm? ¿Para qué ése frasco? — llegué enfrente de él — ¿no sabes para qué se usa?

— Para nada... nunca toco el botiquín.

— Pues... te desinfecta sin necesidad de alcohol u otra sustancia tóxica. Por eso es perfecto para heridas en la boca.

— Ahh... de acuerdo.

Me puse justo enfrente de Draco. Tomé su quijada suavemente y abrí su boca. Al parecer había sido un golpazo muy fuerte en la parte interna del labio. Me sentía tan culpable, una gran cortada por haberse chocado con los dientes — Draco...

— ¿Ajá? — dijo hablando con dificultad.

— Lo siento...

— ¿Por qué?

No le respondí y vertí un poco del líquido del frasco adentro de su boca. Abrió sus ojos completamente y apretó su cama con mucha fuerza. Yo sostenía su quijada y mantenía su boca cerrada para que no lo escupiera. Vi como una lagrima recorría su mejilla.

Lo levanté de la cama, lo llevé rápidamente al baño y lo puse enfrente de lavamanos — okay, escúpelo — lo escupió bruscamente y soltó un grito de dolor. Me acerqué y limpié la lágrima de su rostro — perdóname... — lo miré y lo abracé.

— Hermione... no... no tienes por qué disculparte. Tú sólo me curaste. Ese liqui... — lo interrumpí.

— Draco... — alejé mi rostro para mirarlo — Harry te golpeó por mi culpa.

— ¿Qué? — Hizo un gesto de asombro — no, claro que no — se separó de mí. Yo no le dije nada y agaché la mirada — tú no te preocupes, linda. Si él me golpeó fue por mi cuenta ¿de acuerdo? — Se acercó y me abrazó — Hermione... tú eres limpia y pura... recuérdalo — me sonrió dulcemente. Me sorprendió esa frase — no te sientas culpable, ¿sí? — sonrió.

— Pero tu boca — llevé mi mano a su rostro y toqué sus labios.

— Sanará... tarde o temprano — tomó mi mano, la quitó de su boca y la apretó delicadamente.

Sonreí, tomé la bendita y se la puse en el labio — ¿te sientes mejor?

— Sí, gracias.

— ¿Seguro?

— No te preocupes tanto por mí.... — sonrió.

— Lo siento, yo... — desvíe mi mirada a un lado. Soltó mi mano y tomó mi quijada.

— Hermione, te quiero — volteé a verlo. Tenía una hermosa sonrisa en el rostro y sus ojos tenían un brillo especial. Yo sonreí y me ruboricé un poco — te quiero, linda...

Acarició mi mejilla. Mi corazón aceleró a mil.

— Yo también — susurré. La sonrisa de Draco se hizo aún más grande.

— Créeme que te besaría, pero me duele demasiado — rió un poco, reí levemente — me fascina verte sonreír — llevó sus mano a mi cadera — y oírte gemir — me pegó a él — y sentirte mía — me sonrió y se mojó levemente los labios.

— Draco. Nunca... ¿nunca dejas de pensar en eso?

— Solo con mirarte pienso en eso. Me vuelves loco... — se acercó a mi oído — me desesperas Hermione — hice mi rostro hacia atrás para ver su cara.

— Draco.

— ¿Mmm? — sonriendo pícaramente.

— Voy hablar con Harry.

A Draco se le borró inmediatamente la sonrisa — ¿qué? — dijo sorprendido — no, no es nece... — lo interrumpí.

— Draco — tomé sus dos mejillas con mis dos manos — voy hablar con él, ¿sí? — me acerqué a su rostro — no... no intentes detenerme — rocé mis labios con los suyos suavemente y me separe de él. 

El placer de tu inocencia [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora