Capítulo 18

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Un rayo de sol me despertó de ese sueño profundo. Abrí mis ojos lentamente y me encontré en una habitación que no era la mía. Tardeé unos minutos en recordar dónde y por qué estaba ahí.

Había pasado la mejor noche de mi vida.

Me había entregado al hombre que quiero.

Ese pensamiento me dejo en shock por unos minutos: Quería a Draco.

Un ruido me sacó de mis pensamientos. Draco salía de su baño. Venía con una tolla enroscada a su cintura.

— Hola ¿Cómo dormiste? — me preguntó.

Como nunca antes — pensé — bien ¿y tú?

— De maravilla — dijo con una hermosa sonrisa. Comenzó a caminar hacia la cama — si quieres — se sentó — el baño ya está libre.

— Gracias — me levanté tapándome con la sabana — ¿tienes una toalla?

— Claro — me miró pervertidamente.

— ¿Me la puedes prestar? — pedí.

— Como quieras — dicho esto, se sacó la tolla, dejando su escultural cuerpo desnudo frente a mí otra vez. No pude evitar sonrojarme — toma — se acercó hacia mí e intentó pasarme la toalla.

— ¡Draco, cúbrete! — desvié mi mirada hacia otro lado.

— ¿Para qué? — se sentó en la cama, justo al lado mío —si tú ya me has visto así — guio una de sus manos y apartó la sabana de mi cuerpo, dejándome completamente desnuda y sonrojada — y yo ya te he visto así — dicho eso, se puso arriba mío, acorralándome entre ese musculoso cuerpo y la cama — y déjame decirte que eres hermosa — me dio un pequeño beso en los labios y se separó — bajaré a hacer el desayuno mientras te bañas ¿de acuerdo? — se estaba comenzando a poner la ropa.

— Es... está bien.

— ¡Oh! Y no te preocupes por los chicos, después de estas fiestas siempre vienen al día siguiente.

Me sentía un poco culpable. No se me había pasado por la mente en ningún momento los chicos.

— Claro — susurré.

— Hermione — dijo Draco serio.

— ¿Qué... que pasa?

Se comenzó a acercar poco a poco. Su rostro estaba cerca del mío y nuestros labios se rosaban, creando una fricción exquisita. Se acercó y nos besamos, un beso tierno lleno de sentimiento, en el que por mi parte le decía a Draco que lo quería.

Aunque en el fondo de mi corazón sabía que no podía decírselo.

Sus labios eran suaves, nuestras bocas se movían en una sincronización perfecta. De a poco se fue separando, sus ojos brillaban y tenía una gran sonrisa en el rostro.

— Te espero abajo — se fue del cuarto.

Di un gran suspiro cuando él salió y tomé la toalla que estaba en la cama. Me paré y me la coloqué. Me dirigí al baño y me bañé.

Cuando terminé, tome mi conjunto blanco, el cual estaba en el suelo a un lado de la cama. Lo recogí y salí del cuarto con la toalla puesta. Entré a mi habitación y dejé mi conjunto sobre mi cama.

Fui al armario, elegí mi ropa y me vestí. Luego volví al cuarto de Draco a dejar su toalla. Fui al baño y la colgué. Vi que el cuarto era un desastre, o más bien, la cama. Me ruboricé al recordar lo que habíamos hecho. Draco fue tan cariñoso y tierno.

El placer de tu inocencia [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora