Capítulo 30

413 33 6
                                    


Draco comenzó a jugar desesperadamente con mi lengua, parecía que no tenía herida. Metió su mano dentro del short de mi pijama y comenzó a frotar mi feminidad por encima de mis bragas. Llevó su otra mano a mi espalda e hizo que mi senos se apretaran contra su pecho.

Separó su boca poco a poco de mí.

— Vaya que querías, linda... — quitó su mano de mi parte íntima — ya estás completamente húmeda — me sonrió. Yo me sonrojé completamente. Comenzó a quitarme la ropa lentamente, besándome los hombros, recorriendo mis piernas con sus manos, hasta que quedé solo con mis bragas. Draco me alzó y me depositó suavemente en la cama. Comenzó a sacarse la ropa. Verlo así, completamente desnudo, con su cuerpo bien desarrollado... no tenía palabras. De a poco se fue acercando hasta que se extendió sobre mí. Su mirada se posó en mis pechos — me encantan tus pechos — y se metió uno a la boca. Movía mi pezón con su lengua, me encantaba — y su sabor es mhh — repitió la misma acción con mi otro pecho. Fue subiendo por mi cuello hasta mi oreja — quiero probarte, Hermione — lo miré directo a los ojos, con duda — tranquila, nadie te oirá — estiró su brazo hasta mesita de noche y sacó un pañuelo, el que siempre utilizaba para... callarme. Levanté ligeramente mi cabeza para facilitar su labor. Él entendió y me amarró delicadamente el pañuelo, cubriéndome la boca — además de mí, claro — dijo con una sonrisa completamente pervertida.

Fue sacando mis bragas lentamente, rozando mis piernas en el acto.

Llevó sus manos a mis muslos, comenzó a abrir mis piernas lentamente. Su rostro fue descendiendo, dejando un rastro de besos húmedos. Su respiración chocaba con mi feminidad, eso hacía que me excite aún más.

Sujetó mis muslos con sus dos manos. Dio un pequeño roce con su lengua en mi clítoris, lancé un gemido (claro que no escuchaba mucho, por el pañuelo)

Llevó sus manos a mi ingle mientras seguía lamiendo — realmente eres perfecta, Hermione — dijo. Ahora me penetraba con dos dedos y lamia mi clítoris al mismo tiempo. Yo estaba muerta de placer. Levantaba mis caderas ligeramente para que Draco pudiera hacer "su trabajo" mejor.

Sacó sus dedos y abrió mi feminidad con ellos. Pasó su lengua lentamente por absolutamente toda mi vagina. Arrugué las sabanas con mis manos y un impulso me hizo abrir levemente más mis piernas.

Draco se acercó a mi rostro mientras estimulaba mi parte íntima con su mano izquierda — ¿te gustó, linda? — sonrió. Yo asentí con la cabeza. Bajó mi pañuelo y comenzó a besarme con mucha pasión. Sacó su mano de mi feminidad

Comenzó a ponerse el preservativo. Bajé mi mirada a su miembro, me encantaba verlo así de excitado.

A pesar de haberlo visto muchas veces en este estado, nunca dejaría de sorprenderme. Subí mi mirada a su cara. Draco me había atrapado mirándolo, tenía una sonrisa pervertida en el rostro.

Volvió a subir el pañuelo, cubriendo mi boca.

Acercó su miembro a mí y rozó su punta con mi feminidad. Emití un gemido y mordí el pañuelo. Comenzó a penetrarme cariñosamente al igual que todas las noches.

Lo introdujo todo de una vez y se acercó a mi rostro. Puso sus brazos uno a cada lado, me sonrió — juntos para siempre, linda... — me sorprendí por sus palabras. Al parecer él se dio cuenta, así que volvió a decir: — para siempre, Hermione... — dijo afirmando lo antes dicho.

Él empezó con un movimiento lento. Noté como quería disfrutar cada momento. Masajeaba mis pechos mientras los besaba e iba acelerando el paso. Comenzó a ir más rápido mientras mordía mis senos.

Yo tomé su rostro con ambas manos obligándolo a verme. Me bajé el pañuelo y lo acerqué a mí. Comencé a besarlo mientras él me penetraba velozmente.

Empezamos a sudar más, nuestros cuerpos brillaban con la poca iluminación que había; se sentía tan caluroso el ambiente.

Pasamos así tanto tiempo, pero para nosotros simplemente existía al placer en ese momento. Draco me había vuelto a poner el pañuelo mientras iba rápidamente dentro de mí.

Me bajé el pañuelo — D-draco — le dije, tratando de no gemir al morderme el labio.

Se acercó a mi rostro — sí... lo sé, linda — se acercó a mi oído y me dijo: — vengámonos juntos... — beso mi mejilla. Asentí con la cabeza sin soltar mi labio. Me sonrió y subió de nuevo el pañuelo.

Fue más y más rápido. Movíamos la cama, pero afortunadamente no hacia ruido. Llegamos a nuestros límites juntos como Draco me había dicho. Estábamos en un hermoso orgasmo.

Draco soltó un leve gemido y se separó lentamente de mí. Se recostó a mi lado jadeando por el cansancio:

— Cada... cada vez... — dijo mirando hacia el techo — mejoras más, mi Hermione... —volteo a verme y guio sus manos a mi rostro. Quitó el pañuelo de mi boca y lo tiró sobre el suelo. Llevó sus dedos a mi boca — lo... lo disfrutaste, ¿eh? — me sonrió y limpió alrededor de mis labios, quitando mi saliva de ellos.

Tomé su mano — Draco... — me pegué a él.

— Dime — dijo sonriente mientras acariciaba mi mano.

Me puse encima de él — o... otra... otra vez... — me sonrojé. Él se asombró. Me acerqué a su rostro — por favor... — rocé su miembro con mi feminidad — hazme tuya... de... de nuevo.

Se le formó una sonrisa tan pervertida en el rostro — eres... eres una golosa, Hermione.

— Por favor — puse mis manos sobre su pecho.

Se sentó y tomó mis caderas — nunca te negaría eso — me sonrió y comenzó a besarme. Rodeé su cuello con mis brazos mientras mis senos rozaban su pecho.

Me levantó delicadamente y me sentó en su miembro penetrándome de una vez con él, mordí su labio al sentirlo dentro de mí.

Así pasamos la noche, ésta vez Draco no dejó de besarme para que no emitiera ni un solo gemido. Aunque, creo que le gustaba como lo forjaba para que se separara y pudiera expresar mi placer.

Después de todo, es un pervertido y me está haciendo igual que él.

Me había vuelto un poco adicta a Draco. Sentirlo tocarme, acariciar y lamer cada centímetro de mi cuerpo me volvía... completamente loca.

Creo que no es un poco solamente.

Draco.seguía penetrándome más rápido. Yo movía mis caderas, me sentía a punto de llegar, estaba justo.

— Te amo — dijo Draco y yo llegue al orgasmo.

Un hermoso orgasmo.

Él también se corrió, estaba en las nubes.

"Te amo".

Me había dicho que me amaba... ¡lo había hecho!

Cuando por fin las contracciones pararon, fijé mi mirada en su rostro.

— Te amo — volvió a decir, con una sonrisa de felicidad en el rostro y los ojos iluminados.

— Yo también te amo — dije. La sonrisa en su rostro creció aún más y me besó. Un beso tierno demostrándonos el amor que sentíamos. Me recostó en la cama, se echó a mi lado y me tapó con las sabanas.

De a poco me quedé dormida, no sin antes escuchar un "Te amo" de parte de Draco.

El placer de tu inocencia [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora