VIII

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Los días transcurrieron con rapidez y antes de darme cuenta me encontraba descendiendo por la pasarela del barco con una pequeña bolsa y una gran sonrisa dibujada en mi rostro ¡Por fin! Mi deuda había sido saldada. Me costó despedirme de mis compañeros, esa tripulación había sido los últimos años lo más cercano a una familia, una familia muy disfuncional, pero cada uno hacía lo que podía. Supongo que yo era demasiado sentimental, porque ellos no parecieron muy afligidos por mi partida. Seguramente el capitán tenía razón y aquel no era mi lugar.

El último favor que debía hacerle al capitán era sencillo. Las indicaciones habían sido claras, tenía que ir a una posada que se encontraba a poca distancia del puerto y una vez allí debía entregarle una misiva a la persona que se hubiera registrado en ella con el nombre del capitán. No negaré que me resultaba un tanto extraño, pero después de aquello iba a volver a casa, por lo que no le di muchas vueltas. Por desgracia, el único coche de alquiler de aquel pequeño pueblo ya había sido tomado, por lo que me tocó realizar gran parte del trayecto a pie. Esa "poca distancia" que había dicho el capitán se transformaron en dos largas horas. El sol comenzaba a esconderse cuando mis pies traspasaron el umbral de la posada.

-Buenas noches señor... siento decirle que si viene por alojamiento la posada está llena. -Dijo una mujer a modo de saludo.

-Buenas noches señora. Vengo a entregar un mensaje al huésped de la habitación del capitán Evans. – Ella me miró un tanto interrogativa, como si desaprobara las palabras que terminaba de decir. -Pero cuando entregue la misiva me encantaría poder disfrutar uno de sus platos, si saben la mitad de bien de lo que huelen deben estar deliciosos... -Mis palabras parecieron hacerle olvidar aquello que la había desagradado y me hizo un gesto para que la siguiera. Caminamos por un estrecho pasillo hasta que ella se detuvo frente a una puerta y tras llamar asomó su cabeza sin esperar respuesta.

-El hombre al que esperaba acaba de llegar. -Le anunció al huésped que había en el interior. -¿Le hago pasar? -El hombre debió decir que sí, porque ella se apartó de la puerta para dejarme entrar. -Espero que no armen mucho escándalo, esta es una posada respetable.

Yo ingresé en la habitación sin entender muy bien a qué venían las amenazas de aquella mujer. Al entrar me topé con una sencilla habitación, poco amueblada y con una pequeña ventana en la pared. Junto a esta y de espaldas a mí se encontraba una figura encapuchada.

-Buenas noches ...- Dije intentando romper el silencio. -Vengo a entregarle...

-¡Princesa! -Exclamó una voz demasiado chillona para ser la de un hombre.

-¿Dra? -Dije muy confundido. -¿Qué haces tú aquí?

-Cumplo órdenes ¿Y tú qué coño haces? – Preguntó tan mal hablada como siempre.

-Al parecer lo mismo que tú, pero eso no tiene ningún sentido. ¿Por qué el capitán me enviaría hasta aquí para entregarte una nota a ti? – Aquella pregunta era más para mí que para ella. Yo no comprendía nada.

-Entrégame la carta y terminemos con esto. -Dijo Dra extendiendo la mano.

Yo algo reticente busqué el sobre entre mis pertenencias y se lo di. Ella lo abrió y su cara pareció desencajarse al leer su contenido. Dra comenzó a respirar con dificultad y de pronto empezó a decir todos los improperios que conocía.

-¿Qué diantres pone en la carta? -Pregunté algo nervioso. Ella se giró hacia mí, parecía haber recordado de golpe que yo estaba allí. De pronto tomo el jarrón que había sobre el aparador y sin previo aviso lo lanzó en mi dirección. - ¡¿Pero qué?! -Exclamé logrando esquivar el objeto de milagro.

-¡¿Cómo ha podido hacerme esto?! -Para mi sorpresa Dra parecía derrumbarse por momentos. Aquella chica loca y marimacho se convirtió de golpe en un ser indefenso que se dejó caer al suelo sin fuerzas. -Él juró protegerme... esto no debía pasar... yo lo tenía todo planeado... -decía entre murmullos casi inteligibles. Yo me incliné a su lado en un intento de consolarla, pero obtuve un empujón como recompensa. - ¡Todo esto es culpa tuya! – Me acusó.

La hipocresía del destino (2º Libro saga 'VERDADES OCULTAS')Where stories live. Discover now