FINAL

1.7K 255 10
                                    

Desperté dos días después, por lo visto mis esfuerzos por acompañar a Dra en el parto hicieron que los puntos que Aroha me había puesto saltaran y esta tuviera que volver a coserme. Me costó mucho asimilar que mi pequeña hermanita era no sólo la mujer que había salvado mi vida, sino la que había traído al mundo a mi hijo.

-Aroha... necesito verlos...-Volví a insistir. Era el segundo día que estaba despierto, pero mi querida doctora me había ordenado que me quedara en la cama y como Dra todavía no había salido de la suya, no habíamos podido vernos aún.

-Eres un paciente terrible...

-Y tú una médico espantosa...

-Como te oigo James menospreciarme necesitarás mis servicios de nuevo... yo no me la jugaría. – Dijo divertida. La presencia de Aroha era un regalo. Seguía tan servicial y encantadora como siempre y su esposo parecía un satélite orbitando a su alrededor.

-No da tanto miedo cuando está a tu lado ¿lo sabías? Parece... un peluche. -Los dos reímos ante mi comentario.

-Oye... yo no hablaría así de la persona que te salvó la vida... si él no os hubiera encontrado en la calle y traído hasta mí... no se qué habría pasado.

-Lo que yo decía... es un bonachón encerrado en un cuerpo grande. -Jamás me habría atrevido a decir aquello en presencia de James, el esposo de mi hermana, pero a sus espaldas y por fastidiar a mi hermana...

-Si lo hubieras conocido cuando nos casamos no habrías pensado lo mismo. Hasta a mí me daba algo de miedo...

-Pero lo disimulabas bastante bien. -La voz de James Lluch inundó la estancia. -Cuñado. -Dijo saludándome con respeto.

-Ahora que has llegado podemos dejar que mi hermanito esté con su familia -Yo la miré ilusionado e hice el ademán de salir de la cama. – Ni lo sueñes, tu todavía no puedes moverte, no pienso volver a coserte otra vez. Iré a avisar a mi preciosa cuñadita. – Dijo feliz.

Cuando salió del cuarto aproveché para decirle unas palabras a James.

-Sé que desde esta posición no impongo mucho, pero créeme cuando te digo que como le hagas daño te mato. -El pareció divertido con mi advertencia, puesto que la comisura de su labio se alzó un poco. -Gracias por cuidarla.

-Es mi mayor tesoro. -Dijo serio antes de abandonar la estancia.

-¿Qué ocurrió con el hombre que intentó matar a Dra? -Pregunté cambiando de tema.

-Está entre rejas, al parecer fue contratado por el señor Hasting... el hombre parece haber perdido el juicio por completo. Me he encargado de ellos, espero que no te importe.

-Gracias. -Respondí aliviado.

Bueno. Pensé. Ya sólo me quedaba por amenazar al esposo de Gloria, aunque la verdad era que si ella y todas sus normas no lo habían espantado dudaba que yo pudiera hacerlo.

-Princesa... -La voz de Dra me sacó de mi ensimismamiento. -Veo que tienes mejor cara que la última vez que nos vimos. - Se retumbó en la cama dejando a nuestro hijo en el centro. Yo no pude evitar sonreír más que satisfecho al contemplarlos a los dos. - ¿Cómo te encuentras?

-¿Cómo crees que me encuentro? Tengo una esposa que me quiere... Un hijo perfecto... estoy vivo... ¿Qué más podría pedir?

-Se te olvida que eres asquerosamente rico...- Dijo risueña.

-Querida ese vocabulario. -Ella se inclinó y me besó.

-Te quiero. -Dijo separando apenas nuestros labios. -Te quiero... Siento todo lo que ha sucedido, de veras pensé que saliendo de la casa podría cambiar los hechos...

La hipocresía del destino (2º Libro saga 'VERDADES OCULTAS')Where stories live. Discover now