XV

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Tal y como Dra había predicho un par de días después llegaron los padres de Luis. Nada más y nada menos que unos Archiduques... realmente mi hermana había logrado un enlace inmejorable. No pude evitar sonreír al corroborar las palabras de Dra, aquel matrimonio no parecía real. No sabía cómo habían lucido en su juventud, pero incluso ahora serían la envidia de la gran mayoría de jóvenes de Inglaterra. Su llegada trajo a la casa más alegrías y risas. Miguel parecía querer enseñarles cada uno de sus nuevos avances o descubrimientos a sus abuelos, y ellos lo escuchaban con devoción. Eso me hizo pensar en el bebé que esperaba Dra, bueno que esperábamos, seguro mi madre también se desharía en carantoñas cuando lo viera. En aquel preciso instante recordé que no había escrito a mi madre dándole la noticia. Me iba a matar.

Me dirigí al despacho de Luis y una vez dentro comencé a redactar una carta, aproveché la ocasión para escribir de nuevo Gloria y Aroha para darles la noticia también. Por muchas ganas que tuviera de verlas Gloria no podía ausentarse de su clan y Aroha se encontraba en el extranjero. No obstante, en los cuatro meses que llevaba en casa les había escrito un par de veces a cada una. A Zuzanny le habíamos dado la noticia del embarazo en persona. Ella parecía encantada de tener un sobrino nuevo. Cuando las cartas estuvieron cerradas y lacradas me dirigí al exterior a tomar el aire. Una vez en allí vi como una mujer del servicio volvía a la casa caminando con dificultad.

-¿Se encuentra usted bien? -Pregunté acercándome a la doncella con la intención de ayudarla.

-Sí señor Sant... no quisiera molestarlo. -Dijo tímidamente, pero el dolor se reflejó en su rostro cuando volvió a apoyar el pie en el suelo.

-¿Me permite? -Pregunté antes de rodearla con mi brazo para cargar con su peso hasta la entrada de la casa.

-Muchas gracias. – Dijo ella una vez estuvimos en las escaleras principales.

-Ha sido un placer... -Respondí con una reverencia. La muchacha entró con algo de dificultad en la casa y yo me giré para proseguir con mi paseo, pero me topé con el semblante de Dra. - ¿Qué te pasa ahora? -Pregunté con desgana.

-Será jodido... -Dijo dando media vuelta e internándose en el jardín.

-Dra, no hay quien te comprenda... -Dije siguiéndola entre los árboles.

-¿Qué no hay quién me comprenda? ¡¿Qué no hay quién me comprenda?! Eres un desgraciado... -Dijo empujándome con asco.

-¿Y ahora qué he hecho? -Realmente no comprendía nada.

-No te basta con mostrar tu desagrado por mi persona en público, sino que encima das tus atenciones a otra mujer... ¡eres como todos los hombres!

-¿¡Pero qué diablos dices!? Jamás te he dejado en ridículo en público. Lo que no esperarás es que me queda en silencio ante tus insultos ¿no? ¿Y de qué otra mujer hablas? A pesar de que tú no me dejas ni acercarme a ti, yo no he ido detrás de nadie.

-¡A no claro que no! -Dijo sarcástica. -Y yo me acabo de imaginar que estabas con una de las "doncellas" ¿Te crees que soy estúpida o qué?

-¡Pues al parecer lo eres!- Grité cansado de que me insultara. -En todo el tiempo que hemos estado aquí solo he intentado que te sintieras cómoda, pero Dios me libre de entender tu cabeza ¡Estás loca! -Ella enmudeció ante mi comentario. -Qué soy demasiado amable, demasiado bruto, demasiado tonto, demasiado sabelotodo... ya no sé ni cómo soy joder. ¿Y ahora me vienes con que no te respeto como mi mujer? ¿Qué coño quieres que haga? Me mantienes a distancia y te quejas porque estoy demasiado lejos. Ya no sé qué necesitas, ni cuándo...

-Necesito... -Ella tragó con algo de dificultad. -Necesito que no seas tan quejica... no tienes ni idea de lo que es tener a una personita en tu interior, cómo hace que no te sientas tú mismo, para colmo estoy sola en un lugar desconocido y necesito.... Joder cada vez que te veo sólo quiero... -Dra se mordió el labio inferior y yo me acerque a ella con cautela.

La hipocresía del destino (2º Libro saga 'VERDADES OCULTAS')Where stories live. Discover now