Capítulo 10

117 9 0
                                    


Jean Granger observó a ambos — ¿Se conocen?

— Draco Malfoy es un genio en nuestra escuela — respondió la castaña, sintiéndose un poco nerviosa — él es muy famoso — al terminar su respuesta, le dedicó al rubio una expresión de enojo, a lo cual él solo desvió la mirada.

— Genial, entonces... — su madrastra se incorporó del sillón — como era de esperarse, por alguien recomendado por Remus Lupin — le sonrió al ojigris — entonces, dejaré a Hermione bajo tu cuidado.

— Daré lo mejor de mí para completarlo — respondió el chico mirando a la castaña, quien hizo un puchero.

— Parece que ustedes dos interactúan muy bien.

— Eso es, por supuesto — sonrió Hermione falsamente.

— Está bien — respondió la señora Granger antes de dejarlos solos en la sala. Al irse su madrastra, Hermione volvió a observar a Draco con enojo.

"¡No hay manera de que yo me lleve bien con él!" — se acercó a él, le agarró de la mano y lo jaló hacia donde se encontraba su estudio.

Era una habitación muy amplia e iluminada en la cual había varios estantes con decoraciones, una mesa con dos sillas que tenía objetos sobre ella, un sillón color blanco inmenso, varios cuadros de pintura, y un hermoso piano de cola color blanco.

Al llegar al estudio, Hermione Granger le soltó la mano abruptamente — ¿por qué tú de nuevo? — reclamó, a lo cual él la observó confundido — desde la ceremonia de Cedric Diggory... ¿por qué estás en todo lugar? — se cruzó de brazos. Él rodó los ojos y se rascó la oreja derecha — ¿estás interesado en mí? ¿Tu intención es acercarte más y más? — suspiró y le dio la espalda al rubio — Draco Malfoy, déjame decirte algo. Tú y yo somos imposibles — volvió a mirarlo — tú puedes olvidar esos pensamientos. ¿De acuerdo? — le dio un par de palmadas en el hombro.

Draco observó el techo y suspiró con fastidio — no tengo tiempo para pensar en ese tipo de cosas. El rector me dijo que viniera aquí como tu tutor.

— Entonces... ¿estás diciendo que no quieres ser mi tutor? — él levantó una ceja, ella sonrió y con su mano le volvió a dar un sutil golpe en el hombro — si es así, es muy sencillo. Tú no quieres ser mi tutor y yo no quiero escucharte. Entonces cuando vengas puedes simplemente leer un libro o navegar en internet. Aún te pagaré pero no nos molestaremos el uno al otro. ¿Está bien? — le mostró la palma de la mano para que él la chocara y "cerraran el trato".

— Pero yo se lo prometí al rector.

Hermione bajó con desánimo su mano — el tío Remus no sabe que tú eres un pervertido — susurró.

El ojigris balbuceó antes de formular su frase — f-fue un accidente.

— ¡¿Qué quieres decir con que fue un accidente?! — gritó — de todas maneras... ¡simplemente no quiero que seas mi tutor!

— ¡Si tú crees que estudiar conmigo es muy incómodo, entonces ve y dile al rector que traiga a alguien más! — respondió de igual modo.

— ¡¿Cómo se supone que le voy a decir?!

— Yo se lo diré entonces — se dio la vuelta. Estaba a punto de irse, pero la castaña lo sostuvo del brazo con ambas manos.

— ¡Si le dices, te mato! — él dio un paso hacia adelante y la chica de inmediato lo soltó y agachó la mirada, sintiéndose apenada — lo que quiero decir es... — suavizó el tono de su voz — ¿qué pasaría si el tío Remus no está de acuerdo? ¿me seguirás enseñando? ¿no será eso molesto? — Draco la observó con una expresión seria — no puedo comunicarme con una cara de cubo de hielo como tú — se dio la vuelta.

My Little Princess [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora