Capitulo dos

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Se sentó en el auto de su padre, su padre divagando una y otra vez sobre que pronto tendría que conseguirle su propio auto

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Se sentó en el auto de su padre, su padre divagando una y otra vez sobre que pronto tendría que conseguirle su propio auto. 

Viviendo en DC, no había necesitado un automóvil, ya que el transporte público era más fácil y el estacionamiento era limitado.  Tenía su licencia, pero nunca la usó.  Aquí, ella lo necesitaría. 

Olivia miró a las hordas de estudiantes y luego a su padre. 

-Debería entrar. Recoger mis cosas y conocer a mi mentor estudiantil-Ella interrumpió, Leonardo se aclaro la garganta.

-Sí, sí, probablemente tengas razón. No necesitas que vaya contigo, ¿verdad?-

-Papá, tengo diecisiete, no siete. Creo que puedo hacer esto yo sola-Abrió la puerta, suspirando cuando vio el dolor en los ojos de su padre.

-Oh, está bien. Que tengas un buen día-

Olivia cerró la puerta, besó la mejilla de su padre y lo abrazó.  -Lo siento, papá. No quise decir eso de esa manera, solo quiero hacer esto sola. Gracias por todo y nos vemos a las 3.-

Salió del auto, Leonardo sonrió de nuevo.  No fue mucho para Olivia, el afecto, pero para Leonardo, fue un progreso.  Y fue para demostrar que estaba recuperando a su hija. 

Se alejó, dejando a Olivia mirando hacia la escuela secundaria.  Era pequeño y exclusivo, solo residentes de la reserva entraban. Estaba claro que rara vez tenían nuevos estudiantes, por la forma en que todos la  miraban y murmuraban, nadie se acercaba a ella. 

Olivia agradeció a sus estrellas de la suerte que se pareciera más a su padre que a su madre, haciéndola parecer un poco nativa.  Bueno, al menos un poco. 

Comenzó a entrar, agarrando con fuerza la correa de su bolso.  Fue directamente a la oficina, exhalando los nervios.  Se acercó al mostrador de recepción, sonriendo a la recepcionista.  "Hola, mi nombre es Olivia De Costa, soy una estudiante nueva

-Ah, sí, señorita De Costa, la estábamos esperando.-La mujer abrió un cajón, sacó un archivo y lo examinó.  -¿Conocí a tu padre cuando vino aquí, Leonardo De Costa? Era un estudiante excepcional. Y parece que eres igual a el-

-Sí, me parezco mucho a él, siempre me lo decía mi mamá-

La mujer le entregó unos papeles, agarrando un bolígrafo.  Hizo un gesto hacia el primer papel, encerrando un número en la parte inferior. 

-Este es su horario de clases. Notará que hay clases de lunes y miércoles, y luego clases de martes y jueves. Sabrá cuál es cuál por el color en el que está resaltada la clase. Su mentor estudiantil debería estar aquí momentáneamente para  darte  el recorrido, pasarás el resto del día con ella. Estoy bastante segura de que también tienes las mismas clases. El número de tu casillero y la combinación están en la parte inferior, solo lo rodeé con un círculo para ti y tu  el mentor del estudiante debe mostrárselo después del recorrido-

-¿Y este papel?-

-Necesitas que todos tus profesores lo firmen hoy y mañana. Ya sabes, para asegurarte de que vas a clase- La mujer sonríe, volviéndose hacia la puerta.  -Y ahí está tu mentor estudiantil. ¡Kim, por aquí!-

Kim se acercó y Olivia la examinó.  Tenía un bronceado perfecto, largo cabello castaño oscuro y una sonrisa radiante.  No era sencilla, pero no era la chica más bonita que Olivia había visto en su vida.  Se posicionó frente a Olivia, tomándola de la mano.

-¡Hola, soy Kim Cornwell! ¡Es un placer conocerte finalmente!-

-Olivia De Costa, gusto en conocerte también, Kim.-

-Bueno, sé que te dejo en buenas manos, Olivia. Te encargarás de ella, ¿verdad, Kim?-

  -Por supuesto, Sra. Moore. Vamos, Olivia, la llevaré a su casillero antes de todo.-

-Está bien. Adiós, Sra. Moore, y gracias!-

Salieron de la oficina, todos los ojos cayeron inmediatamente sobre ellas. Todos miraron a Olivia primero, los ojos se deslizaron hacia Kim y la fulminaron con la mirada, susurrando entre ellos. 

Olivia notó cómo la sonrisa de Kim vaciló, Kim tratando de ampliarla de nuevo.

  -¿Estás bien?-

-Sí, estoy bien.-Ella aseguró, tratando de tranquilizarse a sí misma también.

  Olivia agarró su mano, apretándola.  -No dejes que te afecten. ¿No les agradas mucho, supongo?-

Kim suspiró.  -Solían hacerlo, pero luego comencé a salir con mi novio y tampoco les agrada exactamente-

-Bueno, se lo están perdiendo. Te ves genial, Kim, una buena persona-Llegaron a su casillero, Kim golpeándolo.

-Oh, y este es en realidad mi casillero, dos casilleros más abajo-

-Genial. Al menos conoceré a alguien hoy.Olivia abrió el casillero y dejó sus cosas a un lado.  Kim esperó, aconsejándole que dejara todo ya que volverían a buscar libros para la clase.

  -Nos saltamos el primer período, para su recorrido completo-Ella añadió.

Olivia no pudo evitar suspirar de alivio.  -Gracias a Dios, no tenía muchas ganas de que me miraran tan temprano en la mañana. Pero, ¿cómo obtengo mi firma?-

Agitó la hoja.  Kim negó con la cabeza.  -Esa clase está disculpada-

-Bueno, vayamos a eso, entonces- Kim guió a Olivia por toda la escuela, Olivia se sorprendió de lo grande que era en realidad.  Kim le informó que era una animadora y que la llevaría con ella a practicar al día siguiente para probar. 

Olivia y Kim se llevaron muy bien, riendo y hablando todo el tiempo, recibiendo miradas.

Kim le contó a Olivia toda su vida en la Reserva y le explicó que la razón por la que a la escuela no le gustaba su novio era por su grupo de amigos, que era muy exclusivo. 

-Todos son muy altos y fornidos y todos piensan que están tomando esteroides, pero no es así . También dicen que están en una secta, no lo están. Simplemente están pasando por un momento difícil y dependen el uno del otro-

Olivia asintió.  -Sí, lo entiendo. La gente decía mucho de mí que no era cierto-

-¿Qué quieres decir?-

-Bueno, la razón por la que me mudé aquí fue porque tuve una sobredosis- Kim jadeó, deteniéndose y agarrando la mano de Olivia. 

-Liv, eso debe haber sido horrible, lo siento mucho.-

Olivia la despidió.  -Está bien. Yo, uh, era adicto a las drogas, me metí demasiado profundo. De todos modos, antes de eso, era la popular de la escuela. Todos me odiaban, pero todos querían ser yo. Entonces, siempre tenían algo que  decir. Que era una puta, que vendía drogas además de tomarlas, que engañaba a mi novio con mi traficante. Los rumores terminaron empujándome a consumir drogas-  Ella se rió sin humor.

Kim la atrajo hacia el abrazo.  -Lamento que hayas pasado por eso. Pero ahora me tienes. Considérame tu nueva mejor amiga-

se rió Olivia. -Gracias Kim-

Better Man| Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora