32: Me he quedado viuda!

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El titulo ya anticipando el septimo libro JSJSJJAJAJAJA

La noticia de que habían envenenado a Ron se extendió como la pólvora al día siguiente, pero no causó tanta conmoción como la agresión sufrida por Katie

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La noticia de que habían envenenado a Ron se extendió como la pólvora al día siguiente, pero no causó tanta conmoción como la agresión sufrida por Katie. Por lo visto, la gente creía que podía tratarse de un accidente, dado que Ron se hallaba en el despacho del profesor de Pociones en el momento del envenenamiento; además, como le habían dado un antídoto de inmediato, en realidad no le había pasado nada grave. De hecho, a la mayoría de los estudiantes de Gryffindor les interesaba más el próximo partido de quidditch contra Hufflepuff, ya que muchos querían ver cómo castigaban a Zacharias Smith, que jugaba de cazador en el equipo de esa casa, a causa de los comentarios que había hecho por el megáfono mágico durante el partido inaugural contra Slytherin.

Aunque....no fue el único ataque de la escuela, en la mañana del día siguiente Romilda Vane había despertado con un grito espantando a las chicas del pasillo. Despertó con enormes pústulas en la cara, y no paraba de vomitar cucarachas y mantis religiosas en la sala común, saliendo llorando a la enfermería. Inmediatamente noté la mirada de todos mis amigos en mi, mientras yo sonreía satisfecha de mi misma y Morgana a mi lado se reía a carcajadas. 

—¿Que?—puse una cara inocente—. Trató de besar a Harry, le dio un filtro de amor y me hizo vomitar flores por dos días. Además, de no ser por ella, Ron no estaría en la enfermería.

Fay palmeó a Harry en el hombro.

—¿Para que alguien te amenazaría? Lo arruinas con Laila y ella misma te convierte en mosca—rió a la vez que Ginny me veía orgullosa e  impresionada, Hermione me vio dudosa.

—¿No crees que fue un poco excesivo?

—Bueno....Romilda Vane ya no se me acercara nunca mas, yo creo que todos ganamos, fue efectivo—opino Harry orgulloso con una pequeña sonrisa y es que ni siquiera tenía que usar mi legeremancia para saber lo mucho que le gustara que yo fuera así de celosa.

Aun así, el partido de quidditch era lo menos que me importaba y eso que yo era la comentarista, cada día trabajaba mejor con mis poderes y el conocimiento de Morgana, en runas sobre todo, y ya habiamos empezado en maldiciones como la que le había hecho a Romilda. Eso, además de hacer mis deberes y también apenas podía pasar tiempo con mi novio porque estaba muy ocupado con los entrenamientos de quidditch, los deberes y el hecho de que Cormac McLaggen y Lavender Brown lo seguían allá donde fuera. La otra vez estábamos en plena sesión de besos cuando McLaggen había venido por detrás para hablarle de Quidditch, jamás había visto a Harry contenerse tanto para no golpear a alguien.

 McLaggen no paraba de lanzarle indirectas de que le convenía más tenerlo a él como guardián titular que a Ron, y afirmaba que cuando lo viera jugar varias veces seguidas acabaría convenciéndose; también le encantaba criticar a los otros jugadores y le proporcionaba detallados ejercicios de entrenamiento, de modo que en varias ocasiones Harry tuvo que recordarle quién era el capitán del equipo.

Laila Scamander Y La Maldición de MorganaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora