𝟎𝟏 | El destino está jugando a los bolos

24.1K 593 380
                                    



"Y así fue como nuestros caminos se cruzaron"

"Y así fue como nuestros caminos se cruzaron"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝐈

⇜⇝
Narrador omnisciente

VALENTINA SANCHIS ERA LO MÁS CERCANO QUE PODÍA SER UN HUMANO A LA DEFINICIÓN DE BUENA. Sus ojos brillaban por la ausencia de maldad, y su sonrisa no enseñaba nada que no fuera pura bondad. Quizás era simplemente por el hecho de que le placía ayudar a los demás, o podía ser el hecho de que cualquier cosa que hacía, procuraba no ser ni remotamente parecida a sus padres. Aquella chica castaña no había tenido una buena infancia, y probablemente era eso lo que le había hecho mudarse a Barcelona, con el pasado atormentándola y el futuro aún por descubrir. Cierto era que Valentina Sanchis odiaba el desconcierto, pero no había ningún sentimiento mejor que el de sentirse libre por fin.




•••









Valentina

Me despedí de mi perro antes de salir de casa. Había quedado con una amiga, Sira. La podría considerar mi mejor amiga de aquí, de Barcelona. Habíamos quedado en una heladería que había por allí.

Cuando llegué ella estaba esperándome. Pedimos unos helados y dimos un paseo por el centro mientras nos lo acabábamos. Nos sentamos en un banco y hablamos de cosas triviales. Ella recibió una llamada de su padre. Volvió unos minutos después.

—Valen—me dijo Sira.

—Dime.

—Mi padre me ha dicho que tenemos que ir a la ciutat deportiva—me avisó.

—¿Yo también?—pregunté.

—Sí, al final te llevamos nosotros a casa, pero dice que vayamos que tardará un poco en acabar y no quiere que nos quedemos solas de noche—argumentó.

—Pues vamos.

Y nos pusimos de camino al sitio donde entrenaban. Cuando llegamos, unos guardias nos pidieron los nombres, ya que Luis les había dicho que vendríamos. Pasamos al campo, donde estaban entrenando todos los futbolistas del equipo. Cuando vi a Messi, la impresión invadió mi mente.

¿Quién pensaría que una valenciana de pueblo estaría viendo a Messi entrenar?

—Hola—saludó Luis. Nos acercamos a él y comenzamos a hablar, aunque el corregía a los futbolistas mientras.

—¡Buenísima, Pedri! Eso no lo hago ni yo—exclamó en un punto, mientras aplaudía.

Me giré para ver a un chico que estaba en medio de un grupo de otros futbolistas. Uno le revolvía el pelo, otro le pasaba un brazo por los hombros...

No me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora