𝟐𝟔 | ¿A dónde vamos?

7.8K 252 93
                                    

"El amor es una de las respuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte"
Octavio Paz

"El amor es una de las respuestas que el hombre ha inventado para mirar de frente a la muerte"Octavio Paz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝐗𝐗𝐕𝐈

⇜⇝
Valentina

ME ENCONTRABA EN UN SUEÑO MÁS QUE PROFUNDO. Me desperté cuando Mateo empezó a saltar en mi cama alrededor de las 9 y pico de la mañana, yo gruñí por lo bajo.

—Despierta. Despierta. Despierta. Desp...—iba diciendo mientras saltaba antes de que yo le tirara un cojín que hizo que se cayera al suelo.

—Ya voy pesado—gruñí mientras abría los ojos.

—¿Cómo tienes tanta fuerza?—preguntó él levantándose del suelo.

—No soy fuerte. Tú eres muy flojo—murmuré mientras salía por la puerta. Él corrió detrás mío y se subió a mis espaldas.

—No soy débil.

Yo reí. Lo bajé y caminé hacia la cocina. Antes de eso acaricié a Truman, que me miraba con hambre. Le puse la comida y él empezó a comer a gusto.

Preparé el desayuno para Mateo y para mí y nos sentamos en el sofá para ver historias corrientes mientras nos comíamos un pan un poco quemado con aguacate. La cocina no era mi fuerte, la verdad.

Después de eso empezamos a preparar las maletas. Me vestí con ropa de deporte y salí de mi habitación.

—Voy a pasear con Truman, ¿vienes?—le pregunté a mi hermano.

Él me miró con cara de no querer ir.

—Vale, pues no rompas nada—le señalé con el dedo mientras cogía la correa. Él asintió divertido.

Yo repetí lo de siempre. Pero no era tan aburrido pasear a tu perro. Cuando no había gente en las calles, le hablaba sobre la vida.

—¿Entonces qué puedo hacer?

—Guau, guau.

—No es una opción viable porque se enterarían—opuse.

—Guau.

—Ya, eso es verdad.

En realidad no le entendía, pero hacía como que sí.

Luego subí otra vez a casa y estuve limpiando todo antes de escuchar unos toques en la puerta. Abrí y me encontré con una cara familiar.

—¡Pedri!—saludó mi hermano desde el salón.

—Hola campeón—habló. Luego se giró hacia mí—¿Has hecho las maletas?

—Claro, no soy tan despistada.

—Ajá.

—Cállate.

No me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora