La primera mirada a veces es inevitable, sucede muy a menudo, y casi siempre la historia termina aquí.
La segunda mirada es la más importante, ahí hay mucho en juego, y cualquier gesto extra dice un mundo.
La tercera mirada, cuando se produce ya h...
"Antes de saltar la valla y echar a volar, gracias por los días que vendrán" M-Clan
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𝐗𝐕
⇜⇝ Valentina
NUNCA ME HABRÍA ESPERADO ESO. No celebraba un cumpleaños desde que tenía unos 6 años. Y no era cosa de otro mundo, pero, sin embargo, para mí era el mejor día del año. Mis padres y yo en la mesa, ellos cantando y yo sonriendo hasta que me dolía la cara. Luego venía mi mejor amiga de la época, que en realidad luego acabó yéndose con la que nos hacía bullying desde pequeñas.
Volví al mundo real, donde estaba dirigiendo a Pedri a la pista de baile, mientras Morata y Alice cantaban. Junto a todos nos pusimos a bailar. Yo me reí mucho, la verdad. Luego, Ferran y Gaya me subieron con ellos al Karaoke. Me susurraron al oído la canción que querían y yo sonreí con malicia. Ahora Morata pagaría por las veces que venía a la habitación a gritar los buenos días.
Cuando empezó la música de la canción, todos menos Morata, Koke y Marcos LLorente empezaron a reír. Incluso los demás de Madrid, que no se lo tomaban tan pecho reían. Morata se sentó en una silla, enfadado en broma, pero enfadado. Me tocó a mí el principio:
-Podéis tener Retiro, Casa Campo y Ateneo, podéis tener mil cines, mil teatros, mil museos, podéis tener Corrala, organillos y chulapas. Pero al llegar agosto, ¡vaya, vaya!-canté mientras bajaba del escenario y le revolvía el pelo a Morata.
-¡Aquí no hay playa! ¡Vaya, vaya! ¡No hay playa! ¡Vaya, vaya!-gritamos todos los que no vivíamos en Madrid.
Seguimos cantando la canción, y al final, hasta Morata nos unió. Luego canté junto a Marcos Llorente la del imperio contraataca, que era para todos los españoles.
Los demás no se sabían la canción pero reían con la letra.
-¡Cambia el rumbo de la evasión! De Cuba van directos a Canarias, y ya no van a Florida-cantó Marcos. Pedri soltó un grito y todos reímos.
-Los Mc Donalds están de vacas flacas, ha vencido la tortilla de patatas. En Las Vegas no hay black jack, sólo se juega al cinquillo, y la moda es en rojo y amarillo-canté. Todos rieron.
Me lo pasé de lujo. Nadie bebió nada, claro. Cuando volvimos, yo estaba cansadísima. Pedri y yo subimos a la habitación. Cuando abrimos la puerta, un libro estaba en el suelo.
-¡Lo había perdido! Gracias a Dios, quería saber lo que le pasaba a Martin-murmuré dándole un beso al libro y abrazándolo.
-Parece que quieras más a los libros que a los humanos-bromeó Pedri.
