Llamame Cupido

Cap 16 El despertar de los hombres del pilar

-Bien, ya casi está todo listo-LisaLisa tenía una copa de vino en la mano analizando lo próximo que haría.

No sabía si todo saldría a la perfección o tendría que ir por Caesar y por Joseph, aunque esperaba no tener que hacerlo tomarse a la ligera a los hombres del Pilar sería estúpido, aun le salían lágrimas al pensar en cómo pasaron las cosas antes, sintiendo culpa al no poder proteger a su alumno, por eso mismo esta vez quería arreglar todo ella sola, si fallaba aunque sea un poco no podría con los poderosos dioses fitness y debería buscar a ambos para detenerlos, pero la posibilidad de que la historia se repitiera se elevaba tanto que... No, debía ser positiva.

Aún seguía pensando en Caesar y Joseph cuando se detuvo al ver la gran mesa llena de aperitivos ser atacada sin compasión.

Había preparado para su cuartel un pequeño banquete para reponer la sangre "donada", aunque ahora solo podían soñar con las migajas, mismas que ni siquiera hubo por la voracidad con la que los platos desaparecieron. Los soldados, quienes por miedo habían donado bastante sangre para su "misión", solo podían ver como toda esa deliciosa comida se perdía a una velocidad inhumana en las fauces de ese pequeño monstruo pelinegro.

-¡Donde diablos entra tanta comida! -grito espantada la maestra del Hamon, ni viendo a los hombres del Pilar absorbiendo sangre vio un escenario tan... salvaje.

-Y no la han visto cuando tiene hambre -Dijo Nijimura, quien le daba un sorbo tranquilamente su taza de té de cardamomo.

-Ahg~ -LisaLisa se sintió frustrada y quería reprender a la quinceañera, pero una sombra tratando de alejarse le llamo la atención- ¡Tú!

-¡Uah! -un aullido de espanto resonó en el lugar.

-Alessi no estás tratando de escapar de nuevo, ¿cierto? -la castaña giró tenebrosamente la cabeza con una sonrisa sádica, estaba lo suficientemente enojada para buscar un blanco para su ira.

-¿Cómo puede pensar eso de mí? ¡Oh! Gran Señora Lisa-Lisa, yo no podría... -dijo Alessi intentando ignorar la sed de sangre de la mujer y sentir el peso de la intimidante mirada de la maestra del Hamon.

-Sabes que tus alabanzas no harán nada. De hecho, me hacen irritar más -dijo la castaña con su mano envuelta con chispas brillantes, pero se contuvo pues aún tenían trabajo para él. En su lugar hizo uso de todo su auto control y llamo a uno de sus soldados-¡EINS!

-Sí, señora -dijo un soldado quien había llegado corriendo y poniendo su mano en la frente como saludo militar.

-Pónganle cinta y vigílelo, perdió su privilegio de ir al baño.

El pobre soldado alemán no pudo ocultar el disgusto en su cara. Su superior, Stromheim, había sufrido bastante por la misma orden, y mientras que el alemán pudo conservar su dignidad, tenía serias dudas de que ese extraño hombre pudiera hacer lo mismo.

-Pero señora...

-¿Tú también quieres perderlo? -solo una fría mirada basto para que todo ese ejercito recordara lo fría que era la oji azul, por lo que no tardó en responder.

-¡No! ¡Quiero decir sí!, quiero decir, ¡lo que ordene señora Lisa-Lisa!

Mientras la gran y poderosa Lisa-Lisa se encargaba de los preparativos para la misión "El despertar" ordenando a los soldados, Stromheim miraba impotente a sus soldados, aquellos que temblaban como pollitos ante la cruel morena y él... él no podía sacarlos de esa penosa situación. Tratando inútilmente de planear como recuperar a su gente, sus pensamientos iban desde cómo dejo que su soldado favorito (ahora el fiel sirviente de la poderosa mujer) sea gritado por una decisión lógica, hasta que cenaría está noche (si mal no recordaba deberían haber llegado provisiones poco después de que llego la morena). Intentaba sin éxito hallar una forma de volver a estar al mando de toda la investigación, pero su tren de pensamiento siempre llegaba a la misma conclusión. Por una misteriosa fuerza, él y sus soldados se habían vuelto parte de una historia extravagante que estaba seguro iba de otra manera. Pero que, por caprichos del destino, ahora los tenía como rehenes.