Cap 4 Atrapen a la waifu

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Tal como había dicho Speedwagon, Erina lo había llevado a un lugar extraño.

Después de haberse alejado unos cuantos metros de Jonathan, le había pedido que se venderá los ojos y camine según sus indicaciones, algo que le parecia muy sospechoso, pero le hizo caso luego de que ella lo pidiera por favor.

Habia sonidos extraños, dio unos cuantos pasos y bajó unas escaleras, era lo que sintió hasta llegar a un sofá.

Aún vendado empezó a escuchar unos pequeños susurros y por lo que había oído eran solo de dulces voces.

—¡Es él!

—Se ve más joven de lo que recuerdo.

—Es tan lindo.

—¡Yo lo quiero!.

—Su cicatriz es única.

—¡Es la Waifu perfecta!

Se escuchaba al final un gritó en conjunto de todas las presentes.

—Bueno chicas, nuestro invitado debe estar hambriento, que les parece si preparamos algo para el —escuche la voz de Erina.

—Yo me encargo de eso —está vez la voz de una dama mayor.

—Yo te ayudare —otra voz distinta, probablemente de una chica joven, ademas tambien sonó un gruñido de parte de otra chica.

—Bien Roby, se que estas un tanto confundido, pero no es nada malo, sólo quiero presentarte a unas amigas —al final escuchó de nuevo la voz de Erina, mientras desataba el nudo de la venda.

Speedwagon estaba aliviado de cierta forma por ser liberado de la prisión oscura de sus ojos y un poco asustado de la situación en la que estaba, aunque su vida no era tan tranquila que digamos y estar en lugares peligrosos lo habían preparado para cualquier cosa, lo que no se imaginaba era lo que iba a vivir esa tarde.

Al abrir sus ojos se encontraba en un cuarto oscuro apenas iluminado por unas velas y llena de cosas extrañas.

Después de un silencioso recorrido con la mirada se topó con las señoritas y damas que habían estado hablando en susurros, pero sólo vio sus siluetas haciendo casi imposible ver sus rostros.

Speedwagon estaba apuntó de hablar hasta que la dama mayor gritó desde la parte de arriba de unas escaleras.

—Chicas la comida ya está casi lista, ¿me ayudan un poco?.

—¡Claro Holly! —gritó Erina.

—Roby quédate aquí, nosotras nos encargaremos todo, no te preocupes puedes ver las cosas, pero no tocarlas y cuando te llamemos sube —dijo la rubia con una sonrisa.

Mientras las demás chicas subían las escaleras.

—Estoy más confundido —dijo Speedwagon mientras sujetaba su cabeza y se desplomaba en el sillón.

El lugar ya de por sí era aterrador, pero no se imaginaba que le harían las “amigas” de Erina-Nee, aunque pensando un poco sólo había escuchado amables comentarios para él.

—Hasta me llamaron lindo —susurro Speedwagon un tanto sonrojado.

La curiosidad no se hizo esperar así que decidió merodear un poco el lugar.

Peluches, libros en un idioma distinto, un cuadro totalmente oscuro y que por detrás tenía varios cables, pinturas, pero en papel o parecían más una fotografías grandes de…

Mientras tanto en la parte de arriba

—Erina eres tan linda siendo joven —digno Holly mientras pellizcaba las mejillas de su bisabuela.

Llamame Cupido Where stories live. Discover now