Cap 17 Creo que se parecen

609 67 54
                                    

—¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿A dónde voy? ¿Y por qué hace tanto calor? —Suzie Q despertó de golpe, bastante afectada, pues recobro la conciencia después de caer rendida por agotamiento.

Rápidamente volvió a su mente los sucesos que pasaron en tan poco tiempo, la llegada a New York, la discusión con Caesar, el encuentro con Joseph, el avión, el accidente.

Si, buenos tiempos.

Tenía que ponerse manos a la obra, aun había una pareja que juntar y no debía perder el tiempo, aunque justo ahora lo primordial era saber donde estaba.

Al mirar a su alrededor se encontró con un paisaje de lo más hermoso, la playa y el mar se veían espectaculares al ocaso, el color dorado y naranja pintaban hasta el último rincón del lugar lleno de palmeras que olía a brisa marina. No había ni una mínima muestra de civilización a la vista, pero eso solo lograba remarcar la belleza natural del sitio, dándole una sensación completa de libertad.

Era como un pequeño paraíso en la tierra, digno para un rompecabezas que una vez armado jamás volverá a ser usado o una boda natural y privada. Y ya sabía cuál sería si podía actuar a tiempo. Sí que lo imaginaba.

“Quizá pueda aplicar la de Erina y conseguir que alguno use un vestido” río risueña mientras recordaba cierto incidente con tequila.

Después de perderse en su mente y babear un poquito sacudió su cabeza para luego ver que la mayoría de los tripulantes de su vuelo se encontraban bien al igual que ella, despertando confundidos. Tal vez uno o dos deberían ver un doctor, pero en general, para ser un vuelo con Joseph en él, era un resultado ¿Aceptable?.

—Umm… bien estamos vivos, eso es bueno —dijo la italiana parándose y sacudiéndose la arena —Espera… ¡¿Dónde están Joseph y Caesar?! 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Un rubio descansaba agotado en la costa más al oeste de la playa. Cuando se quedo como el único capaz de salvar la situación del avión no pensó que usar todo su Hamon lo dejaría tan desgastado. Pero evitar que un avión se estrellara, tener que sacar a más de 30 personas y dejarlos en un lugar seguro y evitar ver el bonit… idiota rostro del Joestar no fue trabajo fácil, además con solo pensar en haber hecho semejante escena en el avión hizo que sus mejillas ardieran y no sabía si era de vergüenza o rabia.

Su único pesar, aparte de la escenita que montó claro, ahora era buscar a su boba hermana, llevarla de nuevo a casa y entrenar, nada de distraerse con el hermo… estúpido castaño. 

—Ahg… solo descansaré un momento —dijo el rubio recostándose en la tibia arena descansar los ojos y, en un parpadeo, caer rendido al sueño. 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

—¡Joseph! ¡Caesar! —gritaba la italiana quien había empezado a buscar a su amigo/casi cuñado y su hermano tsundere.

La rubia había recorrido un buen tramo hasta que por fin encontró a Joseph debajo de unas palmeras sin nada de arena. Es más, parecía como si alguien lo hubiera acomodado y acunado de la manera más delicada posible pues descansaba plácidamente, o lo hizo hasta que ella se acercó.

—¡Que injusto!, yo me desperté llena de arena —dijo con un puchero la italiana —aunque… se ve tan lindo e indefenso —susurró mientras se acercaba a su rostro con una sonrisa un tanto inquietante.

¡Plaf! Le planto una bofetada en la boca que hizo eco y el Joestar se despertó asustado por el golpe. 

—¡Esto es por Tomoko! —grito la Zeppeli.

—¿Quién es Tomoko? —dijo asustado el castaño tratando de que su mente nublada se enfocará.

—¡Joseph! ¿Qué pasó? ¿Quién te hizo esto? — dijo la rubia como si no hubiera hecho nada y abrazó a su amigo— yo acabo de llegar, ¡estaba tan preocupada! 

Llamame Cupido Where stories live. Discover now