Dear Teacher┃Yelena.

𝗡𝗦𝗙𝗪, siete.

Sabías que esto terminaría de aquella forma.

Ella sigue descendiendo.

No sientes culpa. Tus sentimientos se desvanecen cada vez que el aliento de la mujer recorre tu cuello. Tus piernas tiemblan con anticipación. Mueves tus caderas.

Espasmos.

El líquido mancha tus muslos.

Ella siempre mantuvo esa sonrisa egocéntrica.

...

Los murmullos y gritos te despiertan.

Clase de deportes.

Siempre odiaste participar. La idea de llevar sudor por todo tu cuerpo era desagradable, en cambio te quedaste en las butacas sintiendo un extraño nudo en tu garganta.

Tu estado de ánimo no era el mejor mirando la escena que tenías frente.

Yelena ayudando a una de tus compañeras.

La cercanía de sus cuerpos te hizo hervir en celos, sus manos se encontraban puestos de cada lado sobre el redondo balón de basquetbol. Juzgas la expresión de la menor, sonrojada hasta el puente de la nariz.

Cuando por fin decide lanzar el balón recuperas el aliento.

Tiró fallido.

Pero al menos ya no está cerca de Yelena.

Abanicas tu rostro con el movimiento rápido de tus manos consiguiendo un poco de aire.

Te quedaste un rato mirando la práctica de la mujer alta, ayudando a tus compañeros a realizar tiros fáciles que nunca pensabas lograr. Sus brazos se flexionaban con regularidad, y sus increíbles manos sosteniendo con fuerza el objeto.

Te ruborizas sin notarlo.

Solo habían pasado días desde la última vez que interactuaste con ella.

En un principio pensaste que solo había sido una aventura de una noche, solo consigue un poco de sexo y se marcha.

Pero ella siempre te da las miradas más intensas que algún ser te pudo dar en años, su voz monótona recorría tus oídos con simples y cortas frases que solo te ponían nerviosa. No, definitivamente no olvido ni trato de ocultar lo que había pasado entre ustedes. Al contrario, ella siempre trataba de seducirte.

Ella ahora está mirándote.

Lo sabías tan pronto sentiste el escalofrío recorrer tu espalda, su alta figura cubre el sol dándote sombra. Se encontraba examinando tu pequeño cuerpo, ligeras gotas de sudor recorren su frente adhiriendo su cabello desordenado. Subes la mirada y te encuentras con sus profundos ojos.

Nunca notaste que la clase había terminado. Ahora, solo eras tú y ella.

— Sígueme

.

Todo lo que hiciste fue obedecerla. Es decir, la curiosidad por saber a donde quería llegar era grande, aunque había algunas ideas en tu mente.

Trataste de igualar sus pasos, pero eran enormes lo que hacía que prácticamente corrieras detrás de ella.

Se detiene frente a la puerta de la oficina y abre la manilla plateada. Te deja entrar primero, su figura ahora está detrás de ti, aprovecha para deslizar sus dedos por tus hombros. Suspiras temblorosamente, la idea de que te tomé en un lugar como la oficina es tentadora.

— ¿Me follarás en este sitio, Yelena? — fuiste directa. Sin pizca de vergüenza en tu voz.

Puedes sentir la respiración de Yelena en tu cuello, desliza sus manos a tu cintura sosteniéndola por detrás, sonríes ante su toque.