epílogo.

2.2K 130 83
                                    

Prométeme que recordarás que eres mía

Di que lo recordarás, cariño '

El ruido de la lluvia cayendo silencio por completo tus sucios jadeos en la habitación

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El ruido de la lluvia cayendo silencio por completo tus sucios jadeos en la habitación. Sus cálidos y largos dedos acariciaron cada rincón de tu piel frágil, amando la facilidad con la que tu piel se marcaba de hermosas manchas rojizas ante el mínimo toque.

Ella realmente te adoraba, cada parte de ti.

Ella adoraba como estabas repleta de sus besos, indefensa y jadeando su nombre.

La hacías sentir como si le pertenecieras.

Sasha — gemiste suavemente su nombre mientras el placer recorría cada rincón de tu cuerpo.

Su mirada cálida miró cada bonita facción de tu rostro al terminar, con una sonrisa satisfecha. Ella siempre fue dulce contigo, tan suave y paciente. Sentías que no la merecías.

¿Fui buena en esto? — sus manos acariciaron con gentileza tu vientre magullado. Con una mueca preocupada que te hacía sonreír con dulzura. — No me gusta lastimarte... pero tú lo deseabas tanto.

Sabes que te lo haría saber si algo no me agrada... — dijiste en voz baja, ella se relajó lo suficiente.

Eres una masoquista de primera, cielo. — Ella sonrió, su pulgar deslizándose por tu mejilla izquierda con gentileza para sentir lo caliente que estaba tu cuerpo después de una sesión. No evitaste reprimir una risa genuina.

¿Hoy tocarás en la banda, cielo? — cambiaste de tema rápidamente.

Si — no pudiste reprimir una mueca de tristeza al escuchar su respuesta borde. Esta mañana significaría estar sola sin su compañía.

¿No puedes quedarte?

Sasha se levantó de su lugar, no sin antes darte un pequeño beso en la frente que te causó ligeras cosquillas.

Lo siento, pero no puedo faltar esta vez. Jean y Connie me necesitan y no puedo rechazarlos de nuevo. — Gemiste de frustración, doblando las rodillas y sentándote con la espalda recargada al cuero del respaldo.

Está bien. ¿Puedo acompañarte?

Observaste la silueta de Sasha, pensando en lo atractiva que era, sin duda alguna había cambiado un montón desde secundaria. Se había vuelto mucho más alta que tú, aún con 21 años parecía alguien mucho más mayor.

Claro, pero Jean estará también allí. No quiero que te sientas incómoda con él. ¿Estás bien con eso?

Amabas que se preocupara por ti. Solo la necesitabas a ella, los demás no importaban. — Descuida, está bien. Sé que estarás allí.

Dear Teacher┃Yelena. Where stories live. Discover now