Dear Teacher┃Yelena.

doce.

flashback (en letra cursiva)

..

El frío viento que provenía de la ventana soplaba en tu rostro, tu piel se erizó mientras inhalabas aire.

Sin embargo, ella estaba ahí para darte algo de calor, su mano estaba posada sobre tu muslo mientras conducía. Sonreíste, con recuerdos vagos de lo que había pasado hace solo unos minutos.

3:33 am marcaba la hora actual en el tablero del auto, con luces rojas que hacían difícil no centrarse en algo más. Te preguntaste si habías tomado la decisión correcta.

Siempre hay un límite.

Cuando sus labios dijeron aquello, tu rostro palideció, con tu mente aún procesando sus palabras que resonaban con dureza dentro de ti.

Escapar juntas.

- ¿Para siempre? - tus palabras salen entre susurros.

- No - Ella responde dejando escapar un suspiro, necesitando una respuesta congruente que no logras decir en voz alta, aún desconcertada. - No es para siempre.

- Pero, ¿a dónde piensas escapar?

Ella duda expresarlo en voz alta, pero se declina, metiendo las manos dentro de sus bolsillos antes de sacar un encendedor rojo.

- Isla Paradis, solo tú y yo. - declaró, desviando la mirada antes de ver la reacción en tu rostro. Pareció por un momento desconectarse con la expresión monótona con la que solía admirar a todos, excepto a ti, quizá por su mente rondaron recuerdos los cuales nunca descubriste.

Isla Paradis.

Solía ser una Isla de fantasía en tu infancia, que en tus últimos días de secundaria escuchaste a tus compañeras contar experiencias en la isla con sus magníficos novios llevándolas a consumir su virginidad en un bonito hotel con una cama de rosas.

Eras bastante ingenua creyendo aquellas historias.

- Si aceptó, ¿estarías feliz, Yelena? - tus ojos vuelven a encontrarse, maldiciendo por tus palabras repentinas.

Ella desvía la mirada de nuevo, ahora mirando hacia las cortinas blancas que flotaban por el viento de la ventana. Un bonito atardecer naranja.

- Mucho.

Los límites nunca te importaron, pues ya habías cruzado la línea al enamorarte de tu profesora.

El domingo por la noche, saliste de tu casa alrededor de las 12 am con el auto de Yelena esperando por ti. Ella tenía una bonita sonrisa en sus labios, apenas cruzaste la puerta ella te sujeto en brazos para alzar tu barbilla entre sus delgados dedos y chocar sus labios en un beso profundo sabor champán.

Las mariposas en tu estómago eran tan fuertes en ese momento, que olvidaste por completo todo, solo deseando estar junto a ella.

Pero vamos, al menos fuiste follada en su auto sentada en su regazo utilizando una minifalda. Si eso no hubiese sido una buena idea entonces no sabías lo que era.

Mantienes los pies por encima del tablero, jugando con las tiras de tu blusa mientras escuchas la música conectada al teléfono de Yelena.

Call me dé Blondie, la melodía te hizo volver al mundo y mirarla con una sonrisa entre tus labios. Ella te miró por el espejo del retrovisor.

- ¿Te gusta? Bueno, puedes cambiarla cuando gustes. - Su mirada estaba centrada en la carretera oscura, con los labios aún manchados de tu labial. Te perdiste en ellos con una mirada ingenua.