Hidden » H.S (2)

-16 (Parte 2)

Anna

Mi mente estaba completamente aturdida, mi respiración bastante agitada y una leve capa de sudor cubría mi frente.

Traté de mirar hacia el techo pero entonces todo me daba vuelta, así que lo único que hice fue cerrar los ojos y morder el hombro de Harry, quién se seguía hundiendo más y más en mi.

No me acordaba el momento exacto en el que llegamos a su habitación, pero estábamos ahí sobre su cama, inundando el espacio con gemidos y pequeños ruidos que me hacían saber que quizás era el mejor sexo de todos.

Estuvimos así cerca de una hora. Quizás más. No lo sabía exactamente.

Lo único que sabía era que después de eso, sentí en cómo una sábana cubría mi cuerpo desnudo, me acomodé en la cómoda cama y fui bastante ingenua en creer que Harry dormiría ahí esa noche.

Él simplemente murmuró un "llámame por si necesitas algo" y salió de ahí.

Al día siguiente lo que me despertó fueron las horribles náuseas y un insoportable dolor de cabeza, por lo que me puse de pie y corrí hasta el baño de la habitación para botar todo lo que mi estómago estaba devolviendo.

—Mierda— dije al tocar mi cabeza con mis manos.

Quería llorar.

Tenía muchas ganas de llorar porque yo no era más que un desastre: estaba desnuda sentada en el baño de Harry, con ganas de vomitar y complemente arrepentida de haber tenido sexo con él la noche anterior.

Estuve así por varios minutos, planteándome todos los errores cometidos en las últimas veinticuatro horas y los últimos trecientos sesenta y cinco días.

Fue entonces que decidí ponerme de pie y antes de salir del baño comprobé que no hubiera nadie en la habitación. Me di cuenta que sobre la cama había ropa doblada que seguramente Harry había dejado para mi.

Pero por nada del mundo usaría su ropa.

Recordé que mucho tiempo atrás había dejado un simple jogger y un top negro, así que después de estar un rato buscándolo, me adentre a la ducha cuando tuve las prendas en la mano.

Dejé que el agua se lleve todo el olor a alcohol de mi cuerpo, todo el sudor y la culpabilidad. Luego lavé mis dientes y saqué el poco rastro de maquillaje que quedaba. Entonces cuando bajé a la planta baja, Harry estaba ahí con el desayuno listo, un vaso de agua y una pastilla para ofrecerme.

—Te estaba esperando.

—Necesitamos hablar— le dije, haciendo que él asienta con la cabeza— Porque hemos dejado pasar por mucho tiempo algo que quizás ya está hecho.

—Lo sé.

—Lo de anoche claramente fue un error, nunca debió pasar.

—Tú estabas ebria y yo estaba más que drogado, por supuesto que nunca debió pasar— dice y da un paso al frente— Pero, no lo sé... No sé porque vestías así si vas a salir de mi vida.

—No digas tonterías.

—El punto es que lo de anoche nunca debió pasar— dice y yo le doy la razón.

—Exacto— respondo en un suspiro, entonces lo miro a los ojos y aquella sensación tan conocida se instala en mi garganta de nuevo— Estoy malditamente cansada de esto.

—¿De qué?

—De ti, estoy malditamente cansada de ti— hablo sin romper el contacto visual— Estoy cansada de siempre ser yo la que se tiene que humillar, la que tiene que decir los sentimientos de frente porque tu eres muy cobarde de hacérmelos saber.