¿Intimidad?

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Jiho encendió las luces intermitentes, se estacionó frente a la compañía y le abrió la cajuela automáticamente a quien ya la esperaba. La pelinegra metió la maleta, cerró la puerta y se adentro al auto en el asiento de copiloto.

-Llegas tarde. -reclamo la pelinegra.

-Ajá. -Jiho miro el reloj y solo eran las 6:03.

Comenzó a conducir y por lo menos treinta minutos se quedaron en silencio, al menos hasta que comenzó a llover levemente.

-Demonios. -susurro Jiho un poco molesta.

-¿Te da miedo la lluvia? -pregunto Arin con una sonrisa burlona. Jiho no le contesto, pues la lluvia tenía un significado grande en su vida- Veo que si. -dijo al no recibir una respuesta.

La lluvia comenzó a caer con fuerza, a tal grado que tapaba la vista de los conductores.

-Me voy a detener. -Jiho volvió a encender las intermitentes y se paró a la orilla de la carretera. Maldijo un poco más hasta que soltó el volante y se recargo en el asiento- No me da miedo la lluvia. -dijo tranquila y sonriendo de lado, Arin la miro y pensó que el perfil de la pelirosa era de lo más lindo- A decir verdad me gusta la lluvia... Cuando era niña solía jugar bajo la lluvia con mi padre. -Jiho sonreía de oreja a oreja- Brincabamos en los charcos y corríamos de un lado a otro, a mi hermano no le gustaba, el solo se mataba jugando ajedrez... Fuí muy feliz cuando era niña.

Hubo un silencio de un par de minutos, hasta que Arin miro hacia su ventana y tragó saliva.

-Yo odio la lluvia. -dijo casi en un susurro y está vez fue Jiho quien la miro- Tenía siete años cuando después de comer comenzó a llover, era algo raro que lloviera en primavera... -Jiho la escucho frunciendo el ceño, escuchaba una voz sería en ese momento- Quise salir a jugar... No recuerdo nada, no recuerdo mucho del lugar al que fui, solo sé que me estaban buscando y cuando volví a casa... Mi madre abrazaba a mi hermana, estaban llorando y solo escuchaba gritos... Mi madre... Me echo la culpa de todo... Yo tenía la culpa... No debí haber salido... -trago saliva y sus ojos estaban cristalizados- Todo lo que pasó ese día... Fue mi culpa.

Jiho miro hacia otro lado, después de todo, pensó que todo el mundo sufre por algo y lamentaba qué, esa bella pelinegra sufriera.

-No fue culpa tuya. -dijo Jiho ahora sosteniendo con fuerza el volante, esperaba que sus palabras le llegarán a Arin- Eras una niña, a esa edad te preocupas únicamente por divertirte... Lamento lo que hayas pasado, lamento lo que ocurrió con tu familia... Pero no fue tu culpa...

No volvieron hablar, la lluvia no cesaba y hasta cierto punto el silencio se volvió incómodo. Aunque la pelinegra sintió mucha tranquilidad con las palabras que Jiho le había dicho, no se permitió llorar.

-¿Conoces Cheongdam? -pregunto Jiho.

-No... Cuando era niña solo viví en Busan, después de lo que ocurrió con mi hermana venimos a Seúl.

-Yo viví aquí por un tiempo, si te parece y no te enojas por llegar tarde al hotel... ¿Te gustaría que te invitará a cenar? Conozco un lugar en el que preparan arroz picante muy rico.

-¿Me comprarás soju?

-Claro, lo que gustes.

-Ok, acepto. -Jiho sonrío de lado y la miro.

-Está hecho. -Jiho limpio el parabrisas empañado con una toallita que estaba en la guantera y volvió a prestarle atención a la lluvia, la nostalgia volvio- Si te soy honesta, se supone que también debería odiar la lluvia... -miro a Arin- Mi padre murió en un día lluvioso... Inocente yo esperaba que llegara para salir a jugar... Así como alguna vez sonreí por la lluvia, también llore por ella.

El Centro De Tu Universo [JiRin - OH MY GIRL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora