Tiempo

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Jiho caminaba junto a su madre, habían ido a hacer algunas compras para que la señora no tenga que salir con su muñeca fracturada. La noche les había caído y con ella el frío del invierno.

-A partir de ahora no vuelvas a subir sola al ático, te dije que era peligroso para ti.

-Mi preciosa hija realmente se preocupa por mi... Pero yo necesito unas cosas de ahí.

-Pasaremos las cosas del ático a mi cuarto, así no tendrás que subir por esas cosas. -la señora se abrazo a Jiho mientras seguían caminando.

-Es tu cuarto ¿Porqué pasaría las cosas del ático ahí?

-Por que no quiero que te vuelvas a lastimar. -Jiho le sonrío- A parte, puedo quedarme en el sofá... Cualquier lugar es mejor que esa recamara. -dijo cabizbaja.

-Entonces tendrás que ayudarme.

-Hoy no, tal vez el fin de semana.

-Me parece bien ¿Quieres que te preparé chocolate caliente? Es bueno para el frío.

-Señora Kim, usted solo me hará engordar. -dijo sonriendo.

-Estas muy delgada, hija. -dijo la señora un poco preocupada.

-Prometí que no volvería a descuidarme, pero está bien, vayamos por ese chocolate caliente.

Caminaron unas calles mientras hablaban de cosas banales, cerca de la casa de la señora Taeri había una tienda local donde compraron leche y algunas galletas, Jiho se encargó de llevar casi todas las cosas, así que sus hombros le dolían tanto como sus manos.

Una vez compraron las cosas se fueron a casa, el frío se volvía cada vez más fuerte por lo que apresuraron el paso para llegar rápido. Eran las ocho cuando Jiho miro a alguien cerca de la puerta de la casa. Primero no sabía cómo reaccionar pero lo asimiló y camino hasta ella.

La chica que tanto se había robado sus pensamientos estaba ahí, con un saco que no la cubría lo suficiente para no sentir frío. Estando a dos metros Arin se percató de las mujeres.

-Buenas noches. -dijo muy apenada- Lamento venir sin avisar pero... Necesito hablar con Jiho.

La pelirrosa miro a su mamá y con la mirada le dijo que entrará, y así lo hizo.

-Ire a dejar esto... Ahora vuelvo. -Arin asintió y espero, el frío se le colaba y la hizo temblar, no sabía que decir, como disculparse. En cuestión de minutos sintió un abrigo largo en su espalda que Jiho le colocó con mucho cuidado- Hace mucho frío, deberías abrigarte bien.

Se miraron fijamente y en cuestión de segundos Arin comenzó a llorar.

-Perdoname. -dijo con la mirada en el piso- Yo soy muy tonta, suelo ser estúpida y a veces mis celos no me dejan ver las cosas con claridad... -la pelinegra hablaba tan rápido que Jiho casi no le entendía- Debí haberte escuchado, no debí dudar jamás de ti y es por eso que vengo con el corazón en las manos a pedirte perdón...

-No llores por favor... -le pidió Kim- Si tú lloras... Mi corazón se rompe cuando lo haces. -Jiho tomo a Arin de la muñeca y camino hasta una cafetería cercana.

Pidieron dos americanos, Arin había dejado de llorar pero Jiho se veía diferente.

-¿Porqué veniste, hace demasiado frío?

-Quería hablar contigo, no me importo nada...

-...

-Si... -el silencio era incómodo, tenía preguntas pero no quería verse peor de lo que ya se sentía- Escuché que... Tu y Shuhua no tienen nada que ver.

El Centro De Tu Universo [JiRin - OH MY GIRL]Where stories live. Discover now