Capítulo 3

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Thatch desbordaba felicidad, ¡por fin estaba siendo aceptado por los niños!, solo eso lo llenaba de felicidad, todos sus esfuerzos estaban dando frutos

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Thatch desbordaba felicidad, ¡por fin estaba siendo aceptado por los niños!, solo eso lo llenaba de felicidad, todos sus esfuerzos estaban dando frutos.

Estaba a unos pasos de la cabaña, la cual el adulto reconoció como en la que encontró a Luffy, se acercó al rubio— ¿Ustedes viven aquí?

El niño volteó su mirada para encontrar la del adulto— No, solo Ace y Luffy viven aquí, yo vivo en Grey Terminal —por un momento dejó de hablar, pareció pensar en algo y sonrió de la nada, el niño dirigió su mirada al par de azabaches—, pero parece que desde ahora nosotros también viviremos aquí —aceleró el paso quedando a la par de Ace, el adulto se quedó por detrás pensando con una sonrisa en las palabras del niño.

Todos estaban agotados y hambrientos por la aventura que fue el día, sobre todo Sabo, quien se llevo la peor parte. Una vez dentro del lugar, los estómagos de los niños rugieron, cosa que les provoco un leve puchero.

El adulto se rio— ¡De que te ríes cabeza de pan! —protestó con enojo el azabache.

—De lo tiernos que se ven —sorpresivamente recibió un golpe en la cabeza— ¡No hacia falta que me golpearas!

Volteó la mirada en otra dirección—Fue un accidente —argumentó en su defensa el azabache.

El de tupe dió un suspiro de rendición— dejando eso de lado, ¿No tienen hambre? —les preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Claro que no! —respondieron los dos al unísono, se escuchó en perfecta sincronía dos fuertes rugidos provenientes de sus estómagos, causando que se ruborizaran y voltearan la mirada en direcciones opuestas, otra vez.

—¿Seguros? —con una sonrisa aun más grande, ellos negaron aun más ahínco— ya que no tienen hambre solo voy a cocinar para Luffy y para mi —resolvió el adulto para tomar al pequeño de los brazos del rubio, lugar donde acabo al momento del "accidente" de Ace.

Los niños vieron como el adulto se alejaba con el pequeño en brazos, no paso mucho tiempo antes de que la cocina empezara a desprender un exquisito aroma, los dos tragaron duro, se dieron una mirada y un asentimiento de aprobación mutua, sigilosamente se acercaron a la cocina, cosa que no paso desapercibida por el adulto pero lo dejo pasar.

Una vez la comida estuvo lista y con Thatch habiendo servido la comida del pequeño, estaba por darle la mamadera al ansioso bebé, cuando atrapó dos pequeños intrusos queriendo saquear la olla, el bebe se quedo con las ganas de comer y al borde del llanto.

—¿No que no tenían hambre? —preguntó a los dos que tenía atrapados por la camisa, los dos se quedaron callados e ignoraron lo dicho por el adulto— si tienen hambre solo basta con que me pidan y les compartiré —les sonrió, cosa que irritó al azabache.

—¡Como si fuera a comer algo de la mierda que preparaste! —grito un irritado Ace.

—A diferencia de este idiota, yo si quiero —dijo con una sonrisa Sabo, pero pronto dejó de sonreír al recibir una patada en el costado y una mirada de traición, le devolvió una mirada de enojo.

El Pequeño SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora