El Pequeño Sol

Capítulo 13

Estaban comenzado a preocuparse, había pasado poco más de dos meses desde que su hermano había vuelto con ellos después de sus "vacaciones" y ya no era el mismo, sus bromas no constantes (para la tranquilidad y preocupación de Marco la tripulación), a menudo lo encontraban suspirando o con la mirada perdida en dirección al East Blue, y solo podían adivinar que podría estar pasando por la cabeza de su hermano.

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Era un día especialmente agradable para los estándares del nuevo mundo. La tripulación del hombre más fuerte del mundo, aprovechando el buen clima se encontraban disfrutando la poco común paz y tranquilidad que se respiraba en el ambiente. El de tupé corría de manera desastrosa, chocando con muchos de sus hermanos que descansaban sin saber la tormenta que se avecinaba, una vez llego hasta su padre se posicionó delante de uno de sus pies, y ante la atenta mirada de todos empezó a escalar a su padre, hasta quedar sobre el hombro del mismo.

Se acercó al oído de padre y de manera discreta le pregunto, lo que se había estado guardando desde que volvió al barco y lo único que recibió fue la risa de su padre.

La vergüenza del de tupé subió a un nuevo nivel y furiosamente sonrojado, le gritó a su padre— ¡Oyaji! ¡No te reías! —si bien la risa no había cesado del todo, se dispuso a responder la pregunta que aquejaba a su hijo— ¡Claro que sería interesante! ¡Guarararara! —la sonrisa del castaño creció hasta sus orejas, pero antes de que la felicidad lo terminará de inundar por completo, otra duda ensombreció su expresión— Oyaji ¿Cómo haces para no preocuparte cuando estamos lejos de ti?

La seriedad con la que llegó la pregunta le dio una pequeña idea de lo que estaba pasando por la cabeza su hijo, como su padre y Capitán no quería que su hijo tuviera ningún tipo de duda o arrepentimiento, por lo que dentro de lo posible busco la respuesta más adecuada y sincera— siempre estoy preocupado, pero no puedo tenerlos conmigo en todo momento, si ustedes algún día quieren seguir su propio camino lejos del mío, yo me hare a un lado y dejare que sigan su propio camino —las palabras de su padre terminaron por dejar una gran impresión en el corazón de los presentes, acompañada de una gran sonrisa en el rostro de todos. Los sentimientos que quería expresar su padre llegaron profundamente a todos los presentes, en especial a Thatch—, pero no creas que si están en problemas dudaré en ir a ayudarlo a cualquiera de ustedes, Guararararara —la risa del capitán resonó como un eco en el corazón de todos sus hijos.