Capítulo 4

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El silencio dominó ambiente, silencio que se vio interrumpido repentinamente por dos simultáneos y estridentes gritos—¡¿Cómo lo sabes?! —, se miraron y de un manotazo cubrieron sus bocas, una vez pasado el susto, se rindieron y revelaron al adulto...

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El silencio dominó ambiente, silencio que se vio interrumpido repentinamente por dos simultáneos y estridentes gritos—¡¿Cómo lo sabes?! —, se miraron y de un manotazo cubrieron sus bocas, una vez pasado el susto, se rindieron y revelaron al adulto la razón por la que lo hacían.

—Es la única manera que conocemos de ganar dinero fácil—dijo Sabo mientras la sombra de su sombrero le cubría los ojos, el adulto los miró con desconcierto.

—¿Por qué quieren conseguir dinero?

Se miraron, el rubio le susurro algo al del seño fruncido que el adulto no consiguió escuchar, ambos asintieron, Sabo miro nuevamente en dirección al de gran copete— Queremos comprar un barco —respondió nuevamente el rubio.

La respuesta si bien respondió la duda de Thatch, solo le genero más preguntas, sin ganas de quedarse con la pregunta atascada en la garganta pregunto— ¿Para qué quieren un barco? —nuevamente se miraron el uno al otro, voltearon sus cabezas en dirección al adulto y sus caras decían todo lo que estaban pensado "¿Eres idiota?", el adulto estaba comenzado a perder la paciencia.

Los chicos compartieron miradas y asintieron, el primero en mostrar resolución fue el azabache, quien se cruzo de brazos mientras alzaba la cabeza y dirigía su mirada desafiante al adulto, tomó aire, se preparó y grito fuerte y claro— ¡Seremos piratas! —el grito lleno de determinación de Ace resonó en el bosque, el adulto se sorprendió por la respuesta del niño y todas sus dudas quedaron olvidadas por un segundo, o lo estuvieron hasta que escucho el llanto del bebé en su espalda, tomo al pequeño y lo comenzó a mecer.

El adulto sin dejar el conste y gentil movimiento, alzo la cabeza y dirigió su mirada hacia los chicos frente a el— ¿Ah, si? —ambos asintieron, el adulto elevó una ceja—, ¿Acaso son idiotas? —los dos miraron con indignación al adulto sentado frente a ellos, el azabache quiso darle un golpe con su tubería pero su rubio amigo lo detuvo, antes de que pudiera liberarse del agarre el castaño decidió tomar el tema con seriedad y continuo— ¿Acaso saben lo peligroso que es ser pirata? —al mirar su rostro y el aura que desprendía, por primera vez que sintieron lo poderoso que era el hombre frente a ellos, incluso se veía un poco genial, ¡Pero solo un poco! , cosa que Ace nunca admitiría a nadie.

—Claro que lo sabemos —respondió Sabo luego de haber calmado a Ace lo suficiente como para no tener que retenerlo—, pero ¡Queremos ser libres! —el grito repleto de convicción lleno el ambienté.

Thatch quedo sorprendió por unos segundos, pero rápidamente se dio cuenta que en algún momento de la conversación olvidó con quiénes estaba tratando, la repentina risa del adulto causo que lo miraran como un bicho raro, Sabo se preocupo por un momento por el adulto, pero antes de dar un paso en dirección al adulto un miedo repentino inundó su mente ¡¿Y si tiene alguna enfermedad mental?!, ¡¿Que pasaría si intenta matarlos?! y lo más importante ¿¡Y si le hace daño a Luffy!?, con esas dudas inundando su mente y el claro miedo de que llegará a lastimar al pequeño Luffy, llevaron al de sombrero de copa intentar acercarse, el adulto hizo un rápido movimiento, causando que retrocediera antes de siquiera poder intentar algo en su contra.

El Pequeño SolWhere stories live. Discover now