Capitulo 1

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Me encontraba con el pincel apoyado contra el lienzo, sin ideas ni inspiracion, de nuevo.

-Maldita sea Marzia, haz algo- susurro para mi misma. Gia se vuelve hacia mi y sonrie, alentandome. Pero ella ya llevaba media pintura hecha, igual que el resto de la clase. Mi mente se quedo en blanco.

Una mano arrugada agarra mi pincel, me vuelvo y me encuentro con mi profesor de artes, el señor Main. Me sonreia con ese aire de familiaridad, a él lo solian llamar ''el abuelo'' ya que te trataba como un abuelito cariñoso.

-¿Que pasa Mar? ¿No tienes inspiracion hoy?- me pregunta dulcemente. Asiento algo avergonzada y él rie.

-Es normal. No todo el tiempo estamos inspirados. Aunque la gente no lo crea, ser un artista es muy complicado- Alzo una ceja, mi madre siempre me decía que ser un artista era la profesión más absurda e infantil de todas, que los artistas se morían de hambre por que unos simples colores encima de un papel no hacian la diferencia en nada.

-¿Por que sería complicado?- le cuestiono. Él vuelve a sonreirme y me acaricia el cabello dorado.

-Recuerda esto, pequeña. Detrás de cada pintura, dibujo o libro, hay una historia, una razón y un sentimiento. Y no hay nada más difícil que escarbar en tus emociones y experiencias, y plasmarlas en un papel- dice ensoñado, sonaba como una de esas frases con las que conmemoran a la gente despues de morir. Estaba segura de que el señor Main seria conmemorado con esa, me encargaria de ello, pero la idea de que este amable señor de cabellos plateados muriera, me hacia tener un escalofrio.

Me quedo callada a pesar de que un monton de cosas pasan por mi mente y me limito a sonreirle. Sonaba totalmente inspirador, sin embargo, no sabia como escarbar en mis emociones y experiencias, y sabía que si lo hacia, solo me encontraria con un revoltijo de cosas frikis y malas experiencias.

La clase termina. Y mi lienzo esta justo como cuando empezo esta.

.

Me siento en mi cama y observo las hojas en las paredes de mi cuarto, casi todas eran dibujos de mi hermana. Una lagrima atraviesa mi rostro al recordar como ella dibujaba las cosas que veia a traves de las ventanas del hospital, recordaba como las dos soliamos dibujar juntas y aunque sus dibujos fueran excepcionales y los mios dieran pena, ella me decia que tenía talento, que nunca abandonara mi sueño.

-Cris... No puedo, aunque lo prometí...- sollozo. No quería fallarle a mi hermana, tenia que por lo menos cumplir su deseo en mi.

Trago fuerte y me limpio las lágrimas de las mejillas. Cristal tuvo fe en mi. Y nunca sería capaz de defraudarla. No me importaba cuanto tiempo el lienzo seguiría en blanco, ni cuantos borradores en la basura hubiera, iba a lograr enorgullecer a las dos personas que creían en mi, mi profesor y mi difunta hermana.

Me quedo mirando a la calle, buscando una figura para dibujar o pintar. Pero estaba lloviendo y la probabilidad de ver algo nitidamente o que alguien saliera era escasa.

Excepto ese muchacho. Hay un muchacho cabizbajo, sentado en una banca que queda mirando a mi casa y a mi ventana, parecia sumido en sus pensamientos, las gotas de lluvia mojaban su cabello de tal forma que quedaba en pequeñas olas brillantes. Era perfecto.

Agarro lapiz y papel, apoyo la hoja en un cuaderno y me siento casi pegada a la ventana. Comienzo a dibujar el contorno de su cabeza, no me estaba quedando tan abollada como pensé que quedaría, vuelvo la mirada al joven. Ha cambiado su posición, ha alzado la cabeza, y esos zafiros azules que tiene de ojos estan clavados en los míos.

Mi cara debe estar mas roja que la sangre. Sin ser muy inteligente, me tiro al suelo y suelto un gritico cual niñata de 5 años. Al cabo de unos segundos del sonido de mi respiracion agitada y de las gotas golpeando el vidrio de mi ventana, me levanto lentamente y veo hacia la banca, se ha ido.

The Painting |Bloody P.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora