Capitulo 5

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Me encontraba encogida en la entrada del puente, totalmente aterrorizada. ¿Qué clase de monstruo haría esto? . Una imagen rápida pasa frente a mi : La masacre de las noticias.

La sangre.
¿Podría ser esta? . Debía de serla.
Tenía que ir a decirle a la policía.

Es increíble la ignorancia de que no hayan buscado por aquí. Si yo fuera una asesina (lo cual no soy) ocultaría un cadáver por aquí. Y a ningún investigador se le ocurrió.

Sin más preámbulos, corro hacia la estación de policía más cercana.

.
Juro que mi mandíbula llego hasta el piso al ver lo que estaba en frente de mi. Más bien, lo que no estaba.

No había ni un rastro de sangre. Ni una gota.

¿Lo habría imaginado? . Sacudo no cabeza y los tres policías que han venido conmigo después de insistir me escrutan con la mirada.

-¿Y bien? ¿Dónde están los dibujos con sangre?- pregunta el calvo y rechoncho.
Abro la boca para decir que antes estaban ahí, pero sonaria como una loca. Cierro la boca y maldigo mentalmente.

-Mira nena, si esto es una broma, dinos. Por que tenemos mejores cosas que hacer que estar siguiendo a una niñata por lugares sin una razón- dice el segundo policía, uno moreno y con un pequeño afro.

Oigo una rama partirse y vuelvo mi vista hacia los árboles. ¿Qué esta pasando?. Siento una mano en mi hombro y me vuelvo hacia el tercer policía, que hasta ahora no había hablado.

-Se ve que te confundiste, no te meteremos en problemas, pero más te vale no volver a hacer esto. ¿Entendiste?- dice enarcando las cejas. Me hablaba como si fuera una amenaza. Asiento y aprieto mis puños.

Los policías se van y yo permanezco parada justo donde me habían advertido. Pensando y meditando. Me muerdo el labio y cierro los ojos.

-Estas loca- me digo, mascullando. Abro los ojos.

Mi corazón se detiene. ¿Pero qué putas esta pasando acá? La sangre ha vuelto, las caritas felices, justo como antes.

Gruño y pateo una roca. Pero hay algo diferente, una flecha. Señalaba el interior del bosque. La curiosidad mato al gato, pienso. Pero al menos murió sabiendo. Sonrio.

Estoy loca.

Sigo la flecha y me adentro en el bosque. Una serie de flechas me guían a través de los árboles con olores tranquilizantes y lúgubres.

La última flecha señala una especie de cueva de concreto, como un caño, pero sin agua. Quedaba conectado con el puente, seguramente en alguna época si fue un caño, pero debió de se hace mucho, por que no quedaba rastro de olor a residuos. Incluso crecían algunas plantas y malezas entre las grietas.

Hay algo en el fondo. Me acerco temerosa.
A medida que avanzo el color carmín se define en la pared. Líneas gruesas y finas se unen y admiro como puede quedar tan fluido para ser concreto sobre el que esta pintado.

Saco mi celular e ilumino la pared. Me alejo un poco de esta para relacionar los trazos.

Mi corazón palpita con fuerza. Es un rostro. Cabellos que caen en cascadas y ojos fijos.
Nuevamente, estaba loca.
Era yo, era un retrato de mi. Siento como mis piernas flaquean y tengo que apoyarme en una pared para no caer.

¿Quien? ¿Por qué?

Debía admitir que el retrato era exquisito, las líneas, el trazado y la profundidad eran perfectas. Como si me hubieran tomado una foto, y la hubieran pasado en sangre a una pared de concreto.

Ilumino más detalladamente el dibujo y descubro un pequeño mensaje debajo de mi cabello.

"Eres mi inspiración." Se leía en letra cursiva, y justo como el dibujo, era hermosa.

Siento mis mejillas colorarse, el asesino... ¿Me observaba? ¿Era su musa? ... Era mi acosador.

Me muerdo la mejilla y cubro mi rostro con mis manos. Y grito.

Más que todo por que no quería problemas, y ahora sabía que un asesino me observaba y me admiraba. Y aparte, era la primera muestra de romance que me daban.

No recibí flores o chocolates como las demás chicas. No, a mi me dibujaban en sangre en un caño.

Apago la luz de mi celular y salgo horrorizada de ahí. ¿Horrorizada? ¿Ese era mi sentimiento en aquella situación?
Por supuesto. Es un asesino quien lo hizo. Eso es todo lo que siento.

.
Me hago una coleta y bajo del autobús. Veo a Gia a lo lejos, mueve su mano de un lado a otro saludándome alegremente. Rio.

A su lado esta Andrew, que miraba a Gia con las mejillas rojas, ya que atraía la atención de quien pasara a su lado.

Me acerco a ellos y los abrazo.

-¿Hiciste la tarea de geometría?- me pregunta Andrew pasándome un brazo sobre los hombros.

Lo fulminó con la mirada y el rie, enseñando sus perfectos dientes. Aún no podía creer que se juntara con nosotras. Tenía pinta de ser el chico popular y mujeriego de un colegio, era rubio(como yo) alto y su piel parecía de porcelana. Sus ojos, eran grises, y los míos esmeraldas, era lo único que nos diferenciaba. Ah y que él era muy guapo.

-No, pequeño inútil- digo sonriéndole. Noto como algunas chicas me miran con odio, pues la mayoría querían algo con él y me veían a Gia y a mi como un obstáculo. Aún sabiendo que Gia tenía novio.

Agacho la mirada, a diferencia de mi, Gia levanta su dedo corazón y sonríe hacia ellas.

-¿Qué miran, perras?- les espeta. Las chicas están a punto de responderle, pero agarro a Gia del antebrazo y la jalo hacia mi, lejos de ellas.

-Déjalas, no valen la pena.

Suspiro e intentó controlar mis nervios. Que estaban a tope, más que todo por cierto retrato que parecía estar tatuado en mi mente.

The Painting |Bloody P.|Where stories live. Discover now