Los tres hermanos

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Gellert se recostó suavemente en la cama mientras que sus ojos se oscurecían, su conciencia estaba atrapada en lo más profundo de su mente, navegando dentro de un mar de sueños, Gellert abrió sus ojos y se levantó con rapidez, estaba en un pequeño barco no más grande que su comedor, a su alrededor un hermoso cielo con tonalidades naranjas se extendía hasta donde acababa el horizonte, pequeñas nubes blancas se movían con pereza siendo arrastradas por el viento.

El pequeño Grindelwald se hubiera quedado  quieto contemplando la belleza de este mundo de no ser por el constantemente movimiento de las olas que golpeaban su velero, el joven heredero miro a su alrededor y noto que estaba perdido en medio de un enorme mar de aguas negras, la oscuridad de las profundidades era tal que devoraba la luz con el simple contacto haciendo imposible que viera más haya de la superficie de las aguas.

Pero incluso en la más profunda oscuridad había un rayo de luz, está luz provenía de una pequeña luna que brillaba con fuerza en la oscura e interminable profundidad del mar, la pequeña esfera trataba de eliminar la oscuridad pero solo lograba dispersarla en sus cercanías a su vez creaba sombras que bailaban a un ritmo hipnotizante que atraía la atención del pequeño heredero, que se acercó a las orillas del velero tratando de observar el espectáculo que la pequeña esfera  estaba creando, la esfera ascendió hacia la superficie mientras que emitía sonidos indestinguibles, la luz empezó a atenuarse mientras se acercaba a la superficie hasta que por fin emergió del agua  perdiendo casi toda su luz, el niño maravillado por la belleza de la esfera se acercó a ella mientras trataba de tocarla.

Gellert estiró su mano tratando de alcanzar la esfera pero antes de tocarla una mano negra salió del agua y lo empezó a jalar haciendo que perdiera el equilibrio y cayera al agua, el chico lanzo sus brazos hacia los lados tratando de salir del agua y se aferró a algo que había sujetado, miró con horror como lo que había sujetado era la esfera y su horror solo creció cuando varias manos lo sujetaron y lo arrastron hacia el fondo del agua, el chico siguió luchando con todas sus fuerzas tratando de escapar pero sintió que el mundo se invertia, las manos lo llevaron hasta el fondo pero al momento llegar atravesó el agua salio del agua, la esfera que aún tenía en sus manos brillo intensamente formando un mundo de sombras que se movían creando una ciénaga de sombras con el agua simulando un estanque, a su alrededor crecieron nenúfares y juncos que salieron de agua al mismo tiempo que varios ruidos de animales junto al viento creaban un ambiente perfecto.

–Andando, Cadmus, Ignotus, hermanos apúrense, tenemos que llegara a ese sitio–, se escuchó la voz de un hombre seguido de muchos pasos, las sobras se abrieron y mostraron tres figuras masculinas que miraban a mi posición fijamente.

–¿Quienes son ustedes?, ¿Donde estamos?–, grito Gellert asustado mientras trataba de nadar hacia la orilla, el agua lo mantenía sujeto de forma que no podía moverse, Gellert miro a los tres magos que sacaron sus varitas y decenas de raíces emergieron del agua creciendo hasta formar un puente, los tres magos se apresuraron a cruzar pero cuando estaban a la mitad del puente una sombra encapuchada apareció de la nada bloqueando su camino.

–Felicidades... Han logrado lo que muchos antes de ustedes no han conseguido, durante siglos nadie a salido de esta ciénega con vida pero su magia logro salvarles la vida... Cuando crucen el puente habrán salido de mi trampa, por lo tanto lograron engañarme, pueden irse de la ciénega  pero antes les pondré una última prueba–,  susurraron cientos de voces carentes de todo rastro de vida.

–¿¡Quien eres tú!?–, gritó el mayor de los tres hermanos mientras apuntaba su varita hacia la persona flotante.

–"Para los humanos soy universal,
Cuando llegó encuentran su final,
Lo que nos aleja pasa con las manecillas,
Que mientras más avanzan yo me acercó,
Del cobarde soy parte de sus peores pesadillas,
Del enfermo soy el consuelo,
Nadie a conseguido ganarme,
¿Ustedes creen que lograrán burlarme?,
Al final los tendré y eso nadie lo niega,
Para salir con vida de esta ciénega,
¿Quien soy?, eso deben saberlo,
Pero si después de esto no logran entenderlo,
Prueben nombres al azar y tienten a la suerte,
Que si fallan lo único que obtendrán es la muerte,
Dónde todos pierden sus miedos,
Pues detrás de mi velo nadie podrá verlos,"–, la criatura recito un acertijo mientras miraba a los hombres.

El Heredero De Los Grindelwald Where stories live. Discover now