El Heredero De Los Grindelwald

Animago

Gellert se encontraba en su cama totalmente tapado por enormes y gruesas mantas, el niño estaba temblando de frío mientras intentaba beber un vaso gigante de lo que parecía ser chocolate caliente, en su mesa de noche había una Pogacha que estaba a medio comer que ahora era el blanco principal de su Cheshire, esta situación últimamente se había vuelto un ritual que ocurría a diario, este ritual se repetía todas las mañanas y en las noches, el hechizo "Amato Animo Animato Animago" tenía un efecto extraño en su cuerpo, el heredero había buscado en casi todos los libros que encontro sobre la animagia pero estos eran increíblemente escasos y generalmente solo se repasaban los casos más comunes de transformaciones fallidas o algunos de los casos de animagia más famosa, nadie decía nada sobre una sensación de frío extremo.

Aún peor el frío era algo progresivo, día con día se hacía más fuerte pero incluso con eso el ritual de cambio debería de estar funcionando de la manera correcta, ahora no tenía duda sobre la culpabilidad de la varita de saúco... Solo podía esperar a ver el resultado y según los elfos está noche habría una gran tormenta eléctrica, así cumpliría el último paso para concluir con el ritual, definitivamente había sido lo correcto iniciar con el ritual justo antes del inicio de la temporada de lluvias.

Lamentablemente la tormenta no empezaría hasta pasada la media noche así que tendría que volver a sentir ese frío extremo una vez más, aunque estaba seguro que no le afectaría mucho, después de todo ya había pasado por esto varias veces, aún así la espera era lo más difícil, llevaba semanas preguntándose ¿Que animal sería su forma animaga?, solo esperaba que valiera la pena.

Definitivamente sería la primera persona en convertirse en Animago antes de entrar a Hogwarts, uno de mis primeros logros que seguramente pasarían a la historia como el mago más grande de todos los tiempos, un mago libre, no como lo que era en este momento, un niño encarcelado que soñaba con vivir en libertad.

Mientras tanto estaba leyendo un informe bastante detallado escrito y firmado por el propio Albus Dumbledore sobre los 12 usos de la sangre se dragón, ¿Quien diablos tenía el dinero suficiente para comprar litros de sangre de dragón para limpiar un maldito horno?... Bueno, seguramente él y otras familias nobles pero ese no era el punto, este sin duda era un desperdicio horrible de un material extremadamente valioso con capacidades únicas para la magia, como sea esto solo demostraba que cada criatura mágica tenía su valor, algunas valían más vivas y otras se vendían mejor por piezas.

El mundo mágico no se diferenciaba al mundo muggle en algunos aspectos, no es que lo fuera a admitir, después de todo tenía un cierto orgullo de magia sobre ciencia aunque los no mágicos habían logrado tener una potencia más destructiva pero mucho menos efectiva, de que sirve evaporar a millones de personas con una bomba cunado podrías usar objetos encantados para borrarles la memoria y no desperdiciar tantos recursos.

Si, había leído sobre muggle y debía admitir que sus guerras siempre fueron impresionantes pero aún así no tenían la gracia de los magos, les faltaba desarrollar sus propios pensamientos y sobretodo su propio sentido de conservación, ahora admiraba a su padre en sobre medida, el mago tenebroso Gellert Grindelwald pensaba que los avances tecnológicos de las personas no mágicas representaban un peligro para la comunidad mágica, lo mejor sería que sus avances se detuvieran y así lo hicieron, su padre había utilizado magia muy avanzada para bañar la atmósfera de magia que dañaba los apartamentos muggle atrasando así los avances tecnológicos e impidiendo el constante implemento de nuevas tecnologías, los muggle vivirían en 1950 por siempre al menos en lo tecnológico, una pena necesaria aunque el mismo se sentía intrigado sobre que habrían podido hacer con nuevas formas de tecnología.

El día había pasado casi en su totalidad cuando el sonido de la lluvia envolvió la mansión de los Grindelwald, Gellert se había levantado y se había bañado además de que se había arreglado de una forma bastante rigurosa, después de todo hoy sería una fecha especial, los elfos domésticos habían preparado una sala para su transformación, básicamente habían ampliado la sala solo esperaba que no se transformará en un animal marino o un animal gigante, si en estos momentos debía admitir que se sentía increíblemente nervioso y casi a punto de renunciar aún así no podía retroceder, bueno realmente si podía pero no lo haría.

-Amo, la poción está lista, tal como usted lo describió cambio a una tonalidad roja-, hablo un elfo con bastante emoción.

-Gracias, puedes marcharte-, hablo Gellert mientras se levantaba de su cama, su gato Cheshire empezó a seguirlo con una pereza notable, al joven heredero no le preocupaba lastimarlo durante el ritual ya que una de las habilidades natas de los Cheshire eran volverse intangibles, además confiaba en su dominio en las artes mentales para mantener el control en todo momento.

Los rayos caían del cielo y su corazón latía con rapidez, el entro en la habitación y miro a su alrededor, no había nada que pudiera romper solo había un recipiente de cristal en el suelo de la habitación, su gato se quedó sentado cerca de la puerta y parecía que no se iba a acercar más, tomo la varita de saúco y la coloco en su pecho mientras hablaba con voz clara "Amato Animo Animato Animago", su pecho empezó a doler cuando un segundo latido se unió al suyo, rápidamente tomo la poción y la bebió para después estremecerse del dolor, sus pupilas se dilataron mientras que en su mente podía ver a su animal interior, Gellert cayó al suelo mientras que la varita de saúco brillaba levemente, la transformación había empezado.

♠️[<Nota del autor>]♠️

¿Alguno ya sospechaba sobre su ritual de Animago?

¿En qué animal creen que se transformara?

Bueno les daré una pista, es un animal del folclore europeo, se le menciona en los libros de Harry Potter, si alguien lo adivina le daré un premio especial.

♠️[<Fin de la nota del autor>]♠️