Capítulo 2

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Ambos estaban ya preparando todo lo que necesitaban para su boda, no necesitaban mucho, ya que solo sería por el civil y no tendrían una gran fiesta ni mucho menos. Solo sería algo entre los dos y no necesitaban testigos, esos los conseguirían en el juzgado, así que ya tenían todo listo y se causarían el viernes en la mañana antes de la fiesta.

Sol estaba emocionada, pero a la vez espantada, no sabía cómo se lo tomaría su abuela y la señora Cindy, le daba miedo defraudarlas, pero también quería estar con Daniel y soñaba que cuando regresara vivieran juntos sin que los padres de él, se opusieran.

— Quiero que luzcas más hermosa, sé que no haremos algo especial. Pero quiero que sea algo que nunca olvidemos, sé que no te puedo ofrecer nada.

— No te preocupes — tomo la mano de su novio — me conformo con este café — le dio un sorbo, se encontraban en la cafetería preferida de los dos — con casarme con la persona que quiero me basta.

— Pero, sé que tenías otro sueño.

— Bueno, en realidad tengo varios.

— Si, eso ya lo sé, solo que para la boda necesitaras algo más. Por eso pensé en algo y espero no te moleste — le dio una tarjeta — ve al lugar; es una tienda muy exclusiva y estoy seguro de que encontraras algo que te quedara para la ocasión, solo nos casaremos una vez y quiero que sea lo mejor posible y no acepto un, no, así que ve y después yo pagare.

— Dan, te lo agradezco, pero ya es mucho.

— Te dije que no aceptaría ese tipo de respuestas, tienes que ir a más tardar hoy.

— Ok, ya que salgamos de la última clase iré. Te lo prometo.

Se acercó a su novio y le dio un corto beso.

Al terminar las clases fue al lugar que Daniel le indico; parecía sacado de una película romántica o de un cuento de hadas, veía todo tipo de vestidos de novia. Se acercó a unos y los contemplaba y admirada, soñaba con que su abuela, la pudiera ver vestida de novia y ayudara a elegir el vestido correcto para ella.

— Buenas tardes — una voz la interrumpió y volteo, para encontrarse con una mujer joven y elegante.

— Hola, me indicaron que aquí podría encontrar lo que necesito — le entrego una tarjeta.

— Claro, nos habían comentado que vendría. Tenemos lo que necesita — le indico un lugar donde había varios vestidos de novia.

Había varios vestidos, unos muy largos y otros cortos. En realidad todos estaban increíbles, se veían muy perfectos. Aunque uno en especial llamaría la atención de Sol, era un vestido que llegaba a los talones y tenía una abertura en la rodilla izquierda, los hombros estaban un poco descubiertos y con escote pronunciado.

— Wow, este es hermoso — se acercó y tomo el vestido.

— Se lo puede probar si gusta.

No lo dudo y se lo probó. Le quedaba muy bien, ya ni mandado hacer estaba el vestido.

— En mi opinión, se le ve increíble.

— Si — se contemplaba en el espejo y no dejaba de tocar el vestido — pero quiero saber el precio.

— Por supuesto — reviso el precio — serian $4, 500.

Sol no sabía si estaba segura de que este fuera el vestido, pero, sabía que solo se casaría una vez en la vida y que tenía que sentirse como novia.

— Me lo llevo.

Llego a casa y se dispuso a hacer su tarea, estaba un poco impaciente en cuanto a todo lo de la boda, le daban nervios y miedo. Pero estaba dispuesta a correr el riesgo. Después de la tarea se fue hablar un poco con la señora Cindy.

La PianistaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu