Capítulo 16

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Sol seguía con su trabaja, en ocasiones salía de la oficina a sacar copias o por unos documentos. No había vuelto a ver a Emiliam, esperaba que no supiera que fue Ava, ya no quería más problemas.

Llegaba al restaurante y de nuevo comenzaba a arreglarse, estaba un poco nerviosa y no sabía si vendría Emiliam, estaba un poco impaciente.

— Veo que hoy también vendrá tu príncipe azul — entraba Martín y le daba un vaso de agua — la mesa está reservada, supongo que si vendrá.

— Me imagine, pero de eso a que venga. Creo que hay mucha diferencia, me llevaron un arreglo a la oficina y era Ava, espero no se diera cuenta.

— Creo que no solo es por protegerte, le gustas.

— La que le gusta es Tina, a Sol la ve como una amiga de su novia.

— Puede ser, pero creo que en el fondo su corazón, sabe que son la misma.

— Para nada, no debe de tener más ojos que para Violeta.

— No siempre las personas con las que estamos son las que amamos.

Solo bebió un poco de agua y volteo a ver a Martín.

— Yo amo a Daniel, sé que quiero estar con él y no me importa por lo que tenga que pasar para estar con él.

— Si tú lo dices.

Sol se presentaba de nuevo, veía de reojo llegar a Emiliam. Parecía muy elegante y con un porte que hacía voltear a más de una. Sabía cómo robar miradas y hacerse notar. Termino la melodía y se dispuso a ir a la mesa de Emiliam.

— Agustina — Emiliam se puso de pie y ayudo a sentarse — hoy tenemos un azul metálico precioso.

— Gracias, aunque en realidad usted se robó la atención con su gran llegada. Tiene mucho estilo.

— Para nada, solo soy un hombre más, si robo o no miradas, da igual. Solo me interesa una — le dio una sonrisa y ella se ruborizó — Si no te molesta ya ordene pescado.

— Me encanta, creo que tiene un magnífico buen gusto.

— Claro — tomo la mano de la mujer — si no, no estaría acá contigo.

— Emiliam — se soltó — no sé qué buscas de mí, so no tengo nada en especial y quiero saber cuál es tu intención.

— Me gustaría que comiéramos primero, muero de hambre y la oficina me tiene muerto.

Justo llegaba la comida, no era mucha ni poco. Era solo basta, tenían camarones, mojarras y un poco de caldo. A Sol le recordaba un poco a su abuela, ella al vivir cerca del mar, sabía preparar pescado e incluso filetearlo. Mientras cenaban Emiliam no decía absolutamente nada, parecía muy concentrado. Al terminar este pidió la cuenta.

— Por primera vez lo vi muy callado.

— Tenía hambre, además me gusta disfrutar de la comida.

— ¿Ya nos vamos?

— Claro, tengo más cosas de que hablar contigo. Además, creo que quieres respuestas y te las daré.

Emiliam parecía sorprendente cada vez más, era como si fueran dos personas diferentes. Uno era su jefe, totalmente responsable y recto. Pero con el que estaba hoy, era completamente diferente, veía su lado sexy, podría ser fácil excitarse estando con él. Este hombre era un sueño, pero también un misterio.

Después de pagar la cuenta, se levantaron para poder irse del lugar, Emiliam la guiaba a donde estaba su auto. Le abría la puerta del copiloto, para después subirse él.

— ¿Dónde iremos? — le preguntaba Sol, tenía curiosidad.

— A mi departamento, te mostraré algo muy particular.

— ¿Particular? — no entendía a lo que se refería.

— Ya lo descubrirás, tu tranquila — puso su mano en la rodilla y arranco.

Durante el camino ninguno decía nada, solo miraba por la ventana el pasar de la gente y reflexionaba como había llegado hasta estar en el auto de Emiliam, parecía un sueño. Llegaron y él la tomo de la mano, empezó a caminar directo al ascensor y mientras subían, él solo seguía sujetando su mano. Se abrieron las puertas del ascensor dejando ver a la persona que menos esperaba.

— Hola — Ava traía una copa de vino en la mano, lucia una lencería negra.

— Ava — murmuro Sol.

Emiliam se acercó a Ava y le dio un beso en la boca. Sol se quedaba más sorprendida, no sabía qué pasaba.

— ¿Alguno me podría explicar que es lo que hacemos aquí los tres? — preguntaba de manera desesperada.

— Tú — Ava se acercó a Sol — mi querida Agustina, serás parte fundamental de nuestras aventuras. Queremos que seas la tercera persona para este importante proyecto.

— No entiendo.

— Ava se refiere a que estés con nosotros en un trío — por fin hablo Emiliam.

— Correcto — Ava dio un par de aplausos — a los dos nos gustan los tríos y en ocasiones lo hacemos juntos, en mi fiesta nos dimos cuenta de que teníamos que hacer un trío más y pues tú le gustas a mi amigo. Se ve que no estás nada mal — la miraba de pies a cabeza — no debes perder de esta oportunidad.

— Bueno, es que...

Ava se iba a acercar a besarla, pero se alejó un poco. Ya la había visto tener un trío y aunque fue excitante, no quería engañar a su esposo, lo amaba y sabía que tenía que alejarse de ellos.

— Disculpen, pero no puedo. Yo pensé otra cosa, no que me invitarían a sus tríos. Respeto lo que les guste, pero no quiero estar con ninguno de los dos.

Ambos se miraron sorprendidos, no sabían que reaccionaria así, No sabían que más decirle, no podían detenerla.

— Tienes razón, creo que nos precipitamos — Emiliam solo dijo eso y se retiró dejando a las mujeres solas.

— Esto podía ser lo mejor que te podría pasar, pero se ve que eres tonta.

Sol salió del departamento, recordó que había dejado sus cosas en el restaurante. Tendría que irse de una vez al departamento, ya que era tarde y esperaba que Violeta no estuviera despierta.

Llego a su departamento, en el suelo había una nota de Violeta. Parecía que Emiliam la había llamado y se quedaría con él, claro, tenía que quitarse las ganas. Aunque, no sabía si sería con el trío. Se tiró a su cama con todo el look de Agustina, revisaba su celular y vio un mensaje de Daniel; le decía que por la mañana podrían hacer una llamada, le envió un mensaje aceptando.

Se puso a pensar en lo que paso, creía que Emiliam solo quería sexo con Tina, pero quería más, un trío. Quedo un poco decepcionada, pero debía recordad que tenía esposo y era al que le debía fidelidad, además, estaba su mejor amiga. No volvería ir a tocar al restaurante, él la buscaría y sabía que no se rendiría, extrañaría la faceta de Emiliam. Era alguien más relajado y aventurado, pero no podían tener nada más que una simple amistad y eso en parte la lastimaba. Empezó a llorar, no tenía una razón en particular, solo sentía que algo se había roto, él no quería a Tina para que sea su novia, la quiere para pasar el rato. Jamás dejaría a Violeta y por lo cual ella tampoco dejaría a su marido, todo estaba en su contra y aún tenía que estar unos meses y hacer de cuenta que no beso al novio de su amiga.

Pero no podía olvidar que Ava seguía insistiendo con tener un trío con ella. No sabía si Daniel quisiera tener esa experiencia con ella. Por su mente, pasaban muchas situaciones con finales totalmente desastrosos, esto la estaba sobrepasando y no sentía que alguien pudiera ayudarla, recuerda cuando su vida era muy simple y su única preocupación era su abuela y los padres de Daniel. Quería volver a México lo más pronto posible.

La PianistaWhere stories live. Discover now