Capítulo 13

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Sol corría para poder llegar al restaurante, entro por la puerta trasera y fue a su camerino.

— Pensé que no llegaba — se terminaba de arreglar mientras Martín le daba un café.

— Igual yo, espero que disfrutaras el día libre de ayer.

— Algo — recordaba lo que había pasado con Ava — pero ya estamos aquí para continuar.

— Tu jefe está de nuevo sentada, espera que ya salgas.

— Mi jefe, creo que no se va a cansar de esto — se sentó en la silla — pensé que se olvidaría de Tina.

—Quería saber cómo les fue en la clase — Martín tomo una silla y se sentó a un lado de Sol.

— Casi no hubo, le llamaron para una fiesta. Así, que después tuve que ir corriendo al departamento. Violeta quería que fuera — terminaba de colocarse la peluca.

— Vaya, que lío, espero que se solucione pronto y puedas dejar de esconderte.

— De aquí, hasta que me vaya de vuelta a casa.

Sol salía a tocar el piano, en esta ocasión la melodía seria Imagine de John Lennon. Miro a Emiliam y le dio una ligera sonrisa antes de comenzar. No venía solo, estaba con Agnes, quien se daba cuenta de sus miradas.

— Se ve que te gusta mucho como toca — le decía de manera sarcástica Agnes a Emiliam.

— Eso siempre lo dices — Emiliam no le quitaba la vista a Tina y veía como sus dedos acariciaban al piano.

— Si, también vi esas miradas con Sol — Emiliam la volteo a ver serio y ella soltó una pequeña risa.

— Te recuerdo que Solange es la mejor amiga de mi novia — recalco mucho la palabra novia.

— Te recuerdo, que eso tampoco evito hace mucho, que pasara lo que paso.

Ambos se quedaron en silencio, solo aplaudieron cuando Agustina, termino de tocar.

— Te llama Emiliam, quiere que vayas a sentarte con ellos — Martín se acercaba a Tina, le señalaba la mesa.

— Dile que estoy cansada — miraba a los amigos y estaban un tanto serios.

— Recuerda que debes ir y más tratándose de Emiliam.

Resignada se acercaba a la mesa de los amigos, les dio una sonrisa.

— Agustina.

— Señor Emiliam.

Este se puso de pie y ayudo a sentarse.

— Mi amiga quería hablar contigo — le dijo Emiliam, aun de manera seria.

— Es que me casaré pronto y quería pedirte un favor — Agnes hablaba muy emocionada.

Parecía que esta escena ya la había vivido antes, no sabía que le pedirían. Pero al mencionar la boda, sabía, que no podría aceptar todo lo que le pidieran.

— Dime, si puedo lo haré.

— Quiero que toques en mi boda, en la ceremonia y en la fiesta — Agnes seguía igual de emocionada.

A Sol se le caía el mundo encima, no podía ser su dama, madrina y tocar en la boda. Se darían cuenta de que es ella.

— Agnes, te agradezco que pensaras en mí. Pero no creo poder, tengo otros pendientes.

La cara de Agnes se volvía triste, contaba con que Agustina le dijera que sí. Se levantó rápido.

— Le llamaré a Camilo, debemos conseguir a alguien más — salió del lugar.

Emiliam ni Agustina pudieron hacer mucho por detenerla, ambos se miraron y no decían nada. El bullicio de la gente era lo único que se escuchaba en el lugar.

— Pensé que aceptarías, así como aceptaste ser mi maestra de piano — Emiliam por fin hablo, después bebió una copa de vino. Sol veía como este jugaba con sus labios y la miraba de reojo — mira que, si es por dinero, no te preocupes.

— No todo es dinero — le hablo de manera firme.

— Sé que no, pero ella contaba con un sí de tu parte. Es el día que más esperaba desde que éramos niños y me gustaría que al menos tuviera un poco de lo que esperaba — decía Emiliam soltando la copa y hablando con nostalgia.

— Veo que si se conocen muy bien.

— Más de lo que te imaginas, es de las personas más especiales en mi vida. Por eso quiero que haga de su boda es lo especial para ella, Tina debes de ir.

Podía ver en los ojos de Emiliam, que Agnes si era importante para él y que no le fallaría. No podía quedar mal a ella. Pero, tenía claro que no podía ser dos personas en el mismo evento, descubrirían la verdad.

— Hace mucho que no veo a mi familia, los extraño mucho y tengo la oportunidad de ir. Espero puedan entender que esto es igual de importante para mí y lo siento por Agnes, pero no le fallare a quien quiero — sabía que era una mentira piadosa.

— Claro, le diré y sé que lo entenderá — se acercó a ella, le daría un beso en la mejilla.

La chica volteo ocasionando que se besaran, Emiliam tomo sus manos. El momento era mágico, parecía que solo estaban ellos en el lugar. Que no existía nada ni nadie. Ella se alejó lentamente y aunque él iba hablar, ella solo se levantó y salió corriendo a su camerino.

Se sentó en la silla del tocador, se vio al espejo y quito la peluca. Se daba cuenta de lo que había pasado, se besó con el novio de su mejor amiga. Bueno en realidad, Agustina fue la que lo beso. Después de esto no podía volver a la casa a enseñarle piano, tendría que dejar a Tina atrás, lo del viaje sería un buen pretexto para no volver a jugar este juego. Después de unos minutos, volvía al escenario a trabajar y notaba que aquella mesa donde tuvo un beso con Emiliam, estaba vacía.

Llego al departamento, Violeta estaba ya dormida y se apresuraba para entrar a su cuarto sin hacer ruido, entro y empezó a cambiarse. Se recostó en su cama y vio que la agregaron al grupo de damas de honor. Agnes comentaba lo que pasaba con Tina y que tendrían que buscar a alguien más. Ava le decía que era de esperarse. Sabía que en momentos esta chica era insoportable.

Se pudo dar cuenta que tenía muchos mensajes y llamadas de Daniel, sabía que no le estaba prestando la atención suficiente, el requería también de ella, además, que no sabía que haría con lo que paso hace unas horas atrás. No debía mentirle, pero tampoco decirle.

Se ponía a pensar en lo que paso, realmente le había gustado. Pero no sabía que pasaba por la cabeza de Emiliam, si él quería que pasara eso o que pensaba de las clases. Su mente daba muchas vueltas y estaba cansada de tanto pensar en eso.

Al siguiente día, empezaba Sol a prepararse para ir a la Universidad, pero antes debía de hablar con Violeta sobre lo que paso con Agnes.

— Buenos días — su amiga le servía el desayuno y se sentaban — no te sentí llegar.

— Llegué ya tarde, no te quise molestar. Pero, quería comentarte algo — Sol estaba un poco nerviosa al decirle.

— Claro, dime. Sabes que me puedes contar — bebía un poco de su café.

— Agnes fue ayer a la oficina. Platico con Emiliam y le pidió que suplantará a una de sus damas de honor, que sería madrina junto con Emiliam.

— Eso no lo esperaba, pero me da gusto — le sonreía — es bueno que te lleves con ella. Confió en que serás una buena madrina.

— Pensé que te molestaría.

— Para nada — tomo la mano derecha de su amiga — confió en ti.

La PianistaWhere stories live. Discover now