XXIV

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El reloj del celular en donde se divisaba la trayectoria del GPS de Kanawut ya marcaba las once y veinte, cinco minutos habían pasado desde que escucharon a Gulf por primera vez por el micrófono. Sho había podido salir bien librado al atravesar todo el infernal trafico de la ciudad a una velocidad envidiable y ahora se encontraba manejando a las afueras de Bangkok, los secuestradores habían recurrido a usar una carretera con el asfalto desgastado, casi intransitable, aún así siguiendo el rastreador del pendiente de Kanawut, les seguían el paso.
En estos momentos tanto ellos como los agentes en el hotel estaban en movimiento, sus voces se podían escuchar a través de los micrófonos, pero cada grupo estaba concentrado en su tarea, ellos tratando de rescatar a Gulf y los agentes en el hotel, a Mew.
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_¿A dónde me están llevando?,_ preguntó Kanawut reincorporándose del suelo, recostándose en la parte de metal que lo separaba del conductor del vehículo.
Uno de los tipos lo miraba con superioridad, otro de manera lasciva, los demás parecían indiferentes, sobretodo el tipo a su lado, en su derecha, el peliazul, este estaba con la brazos cruzados, su rostro estaba inclinando hacia abajo como si durmiera.

_¿No lo sabes?,_ espetó el que estaba vendado en el estómago, _te llevaremos a entregarte a tu dueño,_ sonrió levemente.

_¿De qué carajos estás hablando?,_ frunciendo el ceño el pelinegro miró a todos en el interior del vehículo.

_Ya déjalo, no le estés dando explicaciones, se nos dijo que lo lleváramos con el comprador,_ intervino uno de los que estaban vestidos de meseros.

_¡¡¿Esos imbéciles aún nos vienen siguiendo?!!,_ gritó otro de mesero mirando desde su posición hacia la pequeña ventana de metal que los separaba del conductor del vehículo.

_¡¡Así es, pero descuiden F., ya me habló, los refuerzos vienen en camino!!,_ contestó el conductor.

_Oh, vez te quieren tanto que hasta vienen por tí,_ musitó el que estaba vestido de overol a su lado izquierdo, cerca al oído de Kanawut haciendo que este se moviera para alejarse.

_Oye porque no nos divertimos un rato, de todas formas ya debe estar usado, ¿no?,_ agrego el otro que estaba vestido como personal de limpieza.

_Esa idea me agrada,_ sonrío el vestido de mesero en la esquina derecha cerca a los pies de Kanawut.

_¡¡Atrévanse a tocarme y haré que esa cosa que tienen entre las piernas les pueda entrar por la boca sin tener que quitársela!!._
La voz desafiante que usó Kanawut hizo que todos los seis que habían hablado se estremecieran ante sus palabras.

_Ya, Ya, el viejo solo dijo que lo entregaramos, si quieren un culo para coger, luego se buscan uno, ahora concéntrense,_ habló el peliazul que estaba vestido igual que Lin, había levantado la mirada y observaba severamente a sus colegas a través de sus gafas de aviador, lo que hizo que los demás bufaran fastidiados.

Kanawut volvió a mirar inquisitivo a la persona vestida de azul, no se explicaba porque lo estaba defendiendo, era la segunda vez que impedía que aquellos hombres le pusieran una mano encima.

_No seas aguafiestas, deja que ellos se diviertan, total para eso lo compraron,¿no?,_ el herido se tocó el estómago mientras intentaba reír.

_Es cierto, deberíamos tener algo de acción_ refutó uno de los falsos meseros.

_Sí, vengan, ni toda la acción que han tenido en su vida se va a comparar con la acción que yo les voy a dar de tanto golpe que recibirán por parte de mis puños,_ Kanawut intentó pararse pero los grilletes en sus extremidades inferiores lo inmovilizaron, esperaba haber sonado lo bastante intimidante al menos para ganar tiempo hasta que la ayuda apareciera, porque claramente luchar contra siete tipos con grilletes en sus extremidades era algo que no quería probar por ahora.

Novios Al RescateWhere stories live. Discover now